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- 04/08/2024 23:00
- 02/08/2024 19:40
Existen legados que se pierdan. Aquella trayectoría que ha dejado Beatriz Miranda de Cabal buscan rescatarla. Al menos eso es lo que se plantea la Academia Panameña de la Lengua hacer con la lingüista que preservó el extinto dorasque, de los chibchas.
El pasado miércoles 31 de julio se realizó el conversatorio ‘Beatriz Miranda de Cabal en la literatura’ en el salón de actos de dicha entidad. La académica numeraria la doctora Margarita Vásquez y el doctor Martín Jamieson fueron los encargados de exponer sobre la labor de Beatriz Miranda de Cabal.
Beatriz Miranda de Cabal (1894 -1992) fue una reconocida maestra y profesora de Dolega, provincia de Chiriquí, lugar que la vio nacer. Entre sus obras más destacadas se encuentran: De la historia escolar de Chiriquí, Anotaciones al lenguaje popular, Un pueblo visto a través de su lenguaje, La huida del hijo de Balsá, Dolegó: el lugar del colibrí,
“El trabajo de Beatriz Miranda de Cabal es una joya oculta, desconocida, que se debe sacar a la luz y la Academia Panameña de la Lengua, que en dos años cumplirá 100 años, se está preparando para esa festividad”, expresó Margarita Vásquez a La Estrella de Panamá.
En honor al centenario, la Academia Panameña de la Lengua ya ha publicado libros de reconocidos escritores panameños. También se tiene planeado publicar toda la obra de Beatriz Miranda de Cabal. Dolegó: el lugar del colibrí, es uno de esos valioso textos que se digitalizarán, ya que “este libro lo tienen que leer los jóvenes porque se aprende sobre cómo era la vida antes”.
“En el caso de los diccionarios, doña Beatriz Miranda de Cabal tiene una cantidad de léxico trabajado, que tal vez, algunas palabras hayan desaparecido, o no se usen; pero habrán otras que aún [se utilizan] y qué van a servir como fondo para los panameñismos, porque ahora nosotros vamos detrás de los panameñismos”, aseguró la académica.
Margarita Vázquez es la autora del Diccionario del español en Panamá. Esta pieza literaria no es un diccionario de panameñismo, sino del español en Panamá, “las palabras del español que se usan en Panamá. Pero otra cosa es el panameñismo, que es una palabra que se usa en Panamá con sus significados particulares (...) En el trabajo de ella,[ [Beatriz Miranda de Cabal] seguramente tiene panameñismos”.
Beatriz Miranda de Cabal publicó Un pueblo visto a través de su lenguaje (1975) en el que rescató el vocabulario y narraciones del dorasque, antes de la pérdida definitiva de esta manera del hablar, concluyó Margarita Vázquez.
El académico Martín Jamieson centró su ponencia en tres pilares: ‘La familia dedicada a la cultura’, ‘Las personas que trabajan el lenguaje’. Y por último, ‘Beatriz y su conclusión’.
Sobre esto, Jamieson detalló que, muchos ciudadanos no sabían que doña Beatriz era hermana de María Olimpia de Obaldía. Existen familias que se dedican a la cultura, el arte, la música y en Panamá también, puntualizó.
“En Panamá aunque no hayan lingüistas profesionales, sí se han hecho estudios sobre el español en Panamá, que conviene rescatar y tomar en cuenta”, indicó a este medio.
Es importante señalar, agregó el académico, que Beatriz Miranda de Cabal trabajó la lingüística de urgencia cuando ella trabajó la recopilación del dorasque “y sus anotaciones sobre el lenguaje popular porque nos da una información diacrónica acerca del español de Panamá. El dorasque desapareció. Lo que hizo doña Beatriz fue recoger el vocabulario que le dio la última hablante de esa lengua”.
A juicio de Beatriz Miranda de Cabal, el libro Dolegó: el lugar del colibrí tiene una visión nostálgica de las cosas. “El tema de la nostalgia, el recuerdo y la memoria, es algo que tenemos muchos aquí pero que de todos modos es necesario. Mucha de la cultura no está registrada, hay vacíos en la historia de Panamá. Y libros como ese nos van dando información acerca de cómo se desarrolló la cultura panameña en lugares específicos del país”.
Beatriz Miranda de Cabal se desempeñó como maestra y profesora. A lo largo de su carrera los estudiantes aprendieron. Inclusive en Dolega, Chiriquí, bautizaron un colegio con su nombre en honor a esta insigne lingüista.
“La labor de ella fue fomentar la educación y servirle al que quisiera investigar. En Dolega fueron historiadores, porque como ella tenía una gran memoria y además conocía los detalles de esa época, el que quería corroborar un dato, alguna información acudían a ella”.
“Mi abuela tuvo la suerte de conocer la última persona en conocer el dorasque en una época en donde no había toda la tecnología que había ahora. La señora María, consciente también de preservar su lengua, venía en el verano a la casa de mi abuela y mi abuela escribía un vocabulario del dorasque, expresiones y relatos: Un pueblo visto a través de su lenguaje”.