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Un puente, un solo país
- 13/10/2024 00:00
- 12/10/2024 16:47
A pesar de que ahora el nombre del Puente de las Américas esté ligado a vigas y a la necesidad de un mantenimiento urgente, su historia está estrechamente ligada al desarrollo del Canal de Panamá, así como a la necesidad de Panamá de mejorar la infraestructura vial en el país.
Y es que antes de la construcción del puente sobre el Canal, la única opción para cruzar de una orilla a otra en este territorio era mediante transbordadores, lo que limitaba el tránsito y conectividad en el Canal de Panamá.
Cuando la vía acuática fue inaugurada en 1914, conectó los océanos Atlántico y Pacífico, pero también dividió físicamente el país en dos partes, ya que no existía ningún puente que permitiera cruzarla.
En un principio, se implementaron barcazas para transportar a las personas de orilla a orilla, sin embargo, este servicio fue quedando desfasado y en agosto de 1931 se implementan los dos primeros ferries, los cuales tuvieron un costo de $127 mil cada uno.
Los transbordadores fueron bautizados Presidente Porras y Presidente Roosevelt, en honor a los mandatarios de Panamá y Estados Unidos. Los cruces a bordo se realizaban desde las 6:00 a.m. hasta las 9:00 p.m. y en 1935 se extendió el horario a 24 horas.
En 1942, la flota de trasbordadores aumentó para mejorar la eficiencia del servicio y en la década de 1950 estos empezaron a ser utilizados de forma turística entre la población.
Sin embargo, a medida que el tráfico crecía en Panamá y la importancia del Canal aumentaba para el comercio internacional, también crecía la necesidad de una solución más eficiente para la movilidad en la zona.
De acuerdo al recuento histórico de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) sobre esta edificación, ante esta situación, el gobierno de Estados Unidos, que administraba el Canal de Panamá y la Zona del Canal en ese momento, impulsaron la idea de la construcción de un puente para mejorar el transporte de personas a lo largo del territorio.
Así, el proyecto de un puente sobre el Canal fue aprobado por la Asamblea Nacional a finales de la década de 1950, como parte de un esfuerzo para facilitar el paso vehicular entre las dos partes del país y así apoyar el creciente tráfico asociado a la expansión de la Carretera Panamericana.
Nueve años después, el proyecto inició siendo liderado por la firma estadounidense John F. Beasley Construction Company, bajo el financiamiento de los Estados Unidos, que había presupuestado un costo de alrededor de $20 millones.
En 1962 el puente fue terminado y fue oficialmente inaugurado el 12 de octubre de ese mismo año, en una ceremonia que contó con la participación de funcionarios de Panamá y de los Estados Unidos.
Al principio el puente llevó el nombre de ‘Thatcher Ferry Bridge’, en honor al transbordador que operaba en esa área y a Maurice H. Thatcher, un antiguo miembro de la Comisión del Canal que había supervisado la construcción del canal.
Sin embargo, después de la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977, que devolvieron el control del Canal de Panamá al istmo, el puente fue rebautizado como Puente de las Américas, reflejando su importancia como un conector continental.
Sin duda, el Puente de las Américas fue una obra de gran impacto, no solo por su función práctica, sino por su relevancia geopolítica.
En la década de 1960, Panamá era un punto estratégico debido al Canal, pero luego el puente también se convirtiría en un símbolo de la soberanía y de la modernización del país en la lucha por la recuperación del territorio dominado por los estadounidenses.
En cuanto a la connectividad en el país, también desempeñó un papel clave en la Carretera Panamericana, una ruta vial que conecta América del Norte y América del Sur, lo que facilitó el comercio y el turismo entre las Américas, según la ACP.
Además, la presencia del puente permitió que el área circundante, especialmente la ciudad de Panamá, creciera de manera significativa, contribuyendo a su desarrollo económico.
Aunque esta última función del Puente de las Américas fue reemplazada en su importancia estratégica por el Puente Centenario, inaugurado en 2004 para aliviar el tráfico, sigue siendo una vía vital.
A lo largo de los años, el puente ha sido objeto de varias renovaciones para garantizar su durabilidad y su capacidad de manejar el creciente tránsito vehicular.
Además, sigue siendo un símbolo nacional y una atracción turística, recordando tanto la historia de la construcción del canal como el crecimiento de Panamá como nación independiente, destacando su valor histórico y cultural.