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Incendio de Malambo y la historia del barrio colonial del arrabal
- 12/01/2025 00:00
- 11/01/2025 12:15
El incendio de Malambo quedó plasmado como uno de los terribles siniestros en los primeros años de Panamá como república independiente. El fuego, que destruyó numerosas edificaciones de este sector, dejó una profunda huella en la historia de la ciudad.
Y es que un incendio de proporciones catastróficas fue el que se desató aquel 12 de enero de 1906. El fuego se originaba de la casa número 14, propiedad de Melchor Lasso de la Vega, ubicada en la esquina de las Carreras de Darién y Víctor Beltrán.
La vivienda había sido recientemente fumigada como parte de una campaña sanitaria liderada por el coronel William Crawford Gorgas, que buscaba erradicar enfermedades como la fiebre amarilla y la malaria. Sin embargo, el uso de sustancias altamente inflamables como queroseno y alcohol metílico durante la fumigación probablemente contribuyó al inicio del siniestro.
Las llamas se propagaron con rapidez, alimentadas por los vientos característicos de la temporada seca panameña.
El Cuerpo de Bomberos intentó exntiguir las llamas con métodos tradicionales de bombas conectadas a los aljibes, sin embargo, en el proceso enfrentaron serias dificultades para contener el fuego debido a la limitada presión de agua, reseña esta misma entidad en su historia como institución.
La tragedia suscitó fuertes críticas hacia la desorganización del Cuerpo de Bomberos y la ineficacia de la Policía durante la emergencia. Además, señalaron al Departamento de Sanidad estadounidense como posible responsable, debido al uso de materiales inflamables en las fumigaciones.
Seis años después del incidente, estos métodos fueron suplantados con el bautizo del primer vehículo de extinción importado, la Knox, el 21 de enero de 1912, lo que permitió a los bomberos dar una mejor cobertura en caso de siniestros con menor esfuerzo físico.
Ya que en el caso de Malambo no se contaba con tal tecnología, aunque se logró extinguir el fuego, este arrasó varias residencias, entre ellas la del obispo Francisco Javier Junguito, y afectó gravemente al Orfanato San José de Malambo, un hogar para niños necesitados fundado en 1889. También fue destruida la cervecería de Juan Malek, considerada la primera en Panamá, de acuerdo a la reseña histórica de esta cervecería.
El desastre tuvo un saldo trágico: una vida humana perdida y daños materiales estimados en $53.800, una cifra considerable para la época.
Este lamentable evento evidenció la fragilidad de las infraestructuras urbanas de la Ciudad de Panamá y resaltó la urgente necesidad de implementar medidas de seguridad contra incendios. También puso en relieve la importancia de contar con una mejor coordinación y equipamiento para los cuerpos de emergencia, aspectos que serían revisados en años posteriores.
El incendio de Malambo de 1906 permanece como un recordatorio de los desafíos que enfrentó la ciudad en su camino hacia el desarrollo urbano y sanitario a inicios del siglo XX.
De acuerdo a Enrique Quiles y Juan Marchena, en el libro Las ciudades coloniales del Istmo de Panamá, el barrio de Malambo tiene sus orígenes en la época colonial. Durante este período, se establecieron diversas áreas residenciales y de servicios en las proximidades de la ciudad amurallada, destinadas a albergar a diferentes grupos sociales y actividades económicas.
Malambo se desarrolló como una zona periférica que albergaba a sectores de la población que no residían dentro de las murallas de la ciudad principal. Con el tiempo, este barrio se consolidó como una comunidad con identidad propia, contribuyendo al crecimiento y diversificación de la ciudad de Panamá.
La fundación en 1889 del Orfanato de San José de Malambo, lo que refleja el carácter asistencial y comunitario que caracterizó a este barrio desde sus inicios.
Instituciones como estas eran financiadas, en muchos casos, por donaciones de la élite local y la Iglesia Católica, que jugaba un papel central en la organización social de las ciudades coloniales.
Por otro lado, Malambo, como otras áreas periféricas, no contaba con la misma planificación urbana detallada que la ciudad intramuros. Las construcciones en este sector solían ser de materiales menos duraderos, como la madera, la caña y techos de palma, lo que las hacía vulnerables a incendios, inundaciones y otras calamidades, como se evidenció en el incendio de 1906.
Las casas en Malambo solían tener diseños modestos, reflejando las condiciones económicas de sus habitantes, mayoritariamente trabajadores manuales, libertos y sectores marginalizados. Mientras que las calles no estaban tan organizadas ni pavimentadas como las de la ciudad intramuros.
A menudo eran senderos de tierra que conectaban las viviendas y espacios comunitarios, lo que dificultaba la movilidad, especialmente en temporadas de lluvias. Sin embargo, el barrio cumplía un rol importante en el suministro de bienes y servicios para la población urbana.
Pero con el tiempo, especialmente después del incendio de 1906, Malambo comenzó a experimentar cambios significativos, adaptándose a las dinámicas de ciudad de Panamá.
La urbanización progresiva y el establecimiento de infraestructuras modernas en la ciudad llevaron a una mejora gradual en las condiciones de vida del barrio. Sin embargo, su carácter histórico y su vínculo con las raíces coloniales debido a la influencia de instituciones religiosas y su rol como espacio de transición entre lo urbano y lo rural lo conviertieron en un punto de referencia para entender el desarrollo urbano y social del istmo.
Malambo sigue siendo hoy en día un símbolo de resistencia y evolución dentro del contexto histórico de Panamá, destacándose no solo por su pasado, sino también por su impacto en el tejido social y cultural del país.