Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 17/12/2013 01:00
- 17/12/2013 01:00
PANAMÁ. El intangible buró de seguridad del Estado ha sufrido un remezón legal, con un fallo de la Corte Suprema de Justicia que le quitó el caparazón del artículo 1 de la Ley 74, de la norma orgánica de la Policía Nacional.
La noticia escurrió ayer, pero con asombros. El máximo tribunal de justicia lo mantuvo escondido por dos años. En diciembre de 2011 falló, pero no fue hasta ahora que llegó a la Secretaría General de la Corte y a manos del Colegio Nacional de Abogados (CNA).
El documento, que plantea que desde el momento, cualquier agente de la fuerza pública que sea acusado de abuso de poder podrá ser detenido preventivamente, si hay causas, deja un amargo sabor de boca a los activistas de derechos humanos, pese al toque del triunfo: la policía ya no tiene prerrogativas.
‘Con la prerrogativa funcional establecida en el artículo 1 de la ley demandada se deja de asegurar la efectividad de los derechos y deberes individuales... al permitir que los miembros de la Fuerza Pública hagan uso excesivo de la fuerza so pretexto de estar ejecutando un acto de servicio’, retrata el texto con el cual el máximo estrado de justicia declaró inconstitucional el artículo de la Ley de la Policía.
‘Yo creo que el magistrado quiso mandar un mensaje... lo tenían engavetado, y no queda más que averiguar en qué despacho estaba congelado’, se planteó el abogado Carlos Herrera Morán, quien presentó la demanda por la cual la Corte echó abajo el artículo 1 de la Ley 74. En ese lapso, recordó el jurista, bien se había podido evitar la muerte de dos niños en San Carlos, a mano de la Policía, así como que una mujer recibiera un disparo de agentes en Villa Zaíta.
Y no sólo ello: con ese fallo, las familias de Mauricio Méndez y Jerónimo Tugrí probablemente sabrían qué policías los mataron en las protestas antiminerías en San Félix. O las muertes en las manifestaciones de Colón no fueran un caso fantasmagórico.
La Asamblea Ciudadana, pese a la situación, alabó la unidad civil contra la norma. ‘La acción ciudadana logra, a pesar del silencio cómplice de algunos, evitar que ese eslabón de la cadena de represión permaneciese como un triunfo del militarismo rampante’.
El CNA pidió a la Policía mesurar el uso de armas letales.