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- 22/03/2025 00:00
- 21/03/2025 19:00
“Veamos adónde nos lleva el viento”. El 19 de febrero, la cuenta de Instagram @dayday.pty, manejada de Dayra Caicedo, publicó un reel promocionando su tienda de ropa deportiva. Dayra, de 23 años, lucía una falda larga floreada, una camisa blanca, cabello trenzado, maquillaje y uñas impecables. A las 9:45 de la noche de ese mismo día, Dayra sería amenazada por hombres armados que tomarían el control de su carro y se la llevarían a la fuerza frente a la mirada impotente de sus padres.
Su mamá, Dayra Miranda, recogería del suelo los restos del collar que le arrancaron del cuello durante el forcejeo. “Yo corrí para encima, el papá también, que es lo que presentan las imágenes”, cuenta su madre. “Yo iba detrás del papá cuando los hombres salieron armados, yo me aguanté y le dije a él que aguantara. Y entonces no pudimos hacer absolutamente nada”.
Ocurrió en Vista Alegre, Arraiján. El momento fue captado por cámaras de seguridad y viralizado en redes sociales. Panamá vio la violencia, las amenazas y la desaparición. Lo que no vio fue lo que ocurrió después.
Dayra tenía un teléfono iPhone 13 Pro Max. Este teléfono tiene con una aplicación que muestra su ubicación. Muchas mujeres utilizan esto como un salvavidas, una forma en que amistades o seres queridos puedan localizarlas en caso de encontrarse en peligro. Y eso fue exactamente lo que pasó, una amiga de Dayra utilizó la aplicación para localizar el teléfono. Estaba en Panamá Viejo.
El padre de Dayra llegó a Panamá Viejo a las 11:30 de la noche. Estaba solo, desesperado en busca de su hija. Fue en este momento cuando la policía conoció por primera vez del caso. De acuerdo con información judicial, colocaron retenes e intentaron localizar el sedán blanco en el que se llevaron a Dayra. Pero no tuvieron éxito.
Aproximadamente a la 1:30 a.m., la familia de Dayra presentó formalmente la denuncia ante el Ministerio Público por su desaparición.
El director de la Policía Nacional, Jaime Fernández, manifestó en una conferencia de prensa que las autoridades investigan posibles vínculos con pandillas. La investigación del Ministerio Público reveló que Dayra estaba en la mira desde hacía tiempo.
En febrero, camino a una fiesta en Chame, Dayra notó que personas sospechosas la seguían de cerca. Desistió de ir a la fiesta, llamó a su mamá y regresó a casa. Situaciones similares se repetirían en un restaurante de Ciudad de Panamá y en un bar de Panamá Oeste. Los investigadores del Ministerio Público encontraron un GPS dentro del carro de Dayra; probablemente así la habían logrado seguir.
El 21 de febrero, la Fiscalía Regional de Panamá Oeste solicitó apoyo de la ciudadanía para dar con la captura de Oldemar Alexis Forth Moya, señalando que era el principal sospechoso de la privación de libertad de Dayra. Sin embargo, hasta la fecha las autoridades no han dado con su paradero.
Hay dos personas que están aprehendidas en relación con el caso, Julio Bayo y Carol Rodríguez. En 2003, Bayo fue encontrado culpable y condenado a 20 años de prisión por el femicidio de otra joven de 23 años, Lilia Michelle Ramos. En 2017, seis años antes, salió libre. El director de la Policía reportó que había una tercera persona aprehendida, pero el Ministerio Público dice desconocer de un tercer imputado o aprehendido y la Policía Nacional no ha dado más detalles.
Carol Rodríguez fue pareja de Bayo por muchos años. De acuerdo con ella misma, su profesión es “independiente” y reside en casa de su madre en Panamá Viejo. Una de las teorías que se investiga es que Bayo llevó a Dayra a esta casa luego de que se la llevaran de Vista Alegre.
Las imágenes en redes sociales solo muestran un vehículo, pero en las cámaras de seguridad del área los investigadores pudieron observar cómo realmente hubo una caravana de carros que se llevaron a Dayra. El sedán blanco de ella fue abandonado en medio de la carretera, por eso su padre y la policía no lo encontraron cuando fueron a Panamá Viejo.
“Hay una pluralidad de personas y una pluralidad de vehículos que participaron en esto”, declaró Martín Caicedo, abogado querellante en representación de la familia de Dayra. “La línea de investigación, aunque eso no ha sido determinado a ciencia cierta, señala que pudiéramos estar en presencia de un grupo organizado que esté detrás de esta situación, pero no se puede asegurar porque también sería un poco de especular. Pero la forma en que se desarrollan los eventos, el seguimiento que le dieron previo a los hechos y las actividades involucran posiblemente a un grupo criminal organizado detrás de esto”, concluyó.
Bayo y Rodríguez permanecen bajo detención provisional, imputados con los cargos de privación de libertad, robo agravado y asociación ilícita para delinquir. Bayo desistió de una audiencia de apelación, mientras que Rodríguez tuvo una audiencia solicitando que se cambiara la medida cautelar para que estuviera en su casa, pero los magistrados del Órgano Judicial determinaron que debe seguir detenida.
“Ellos consideran que hay elementos que la vinculan. La defensa no coincide con esos planteamientos”, manifestó su abogado defensor, Valentín Jaén, al salir de la audiencia. “Ya esta fase se agota. Quedarían recursos de tipo extraordinario, o dentro de la misma investigación, aportar elementos que acrediten la tesis de nosotros, que es que la señora no guarda relación con los hechos”, añadió.
Mientras se desarrollaba la audiencia en las oficinas del Sistema Penal Acusatorio de San Miguelito, se escuchaban desde la calle los gritos de los familiares y amigos de Dayra.
“¡Viva se la llevaron y viva la queremos! ¡No estamos todos, nos hace falta Dayra! ¡No vamos a parar hasta verla regresar!”
Dayra Caicedo tiene 23 años. Le gusta la salsa sensual, leer a Paulo Coelho y su comida favorita es la pasta. Es estudiante de Derecho en la Universidad Santa María La Antigua; ya terminó materias y espera graduarse pronto. Su negocio actual es una boutique de ropa femenina llamada DayDay Pty. En sus redes sociales sube fotos modelando su ropa, en algunas ocasiones junto a sus amigas.
“En el grupo de Whatsapp, ella nos mandaba todos los días salmos, nos mandaba consejos, nos mandaba mensajitos para apoyarnos”, cuenta su amiga Denisse. “Nos recordaba que nos ejercitáramos, que leyéramos la Palabra, que fuéramos al gimnasio, que habláramos con nuestros padres. Queremos que nos la regresen porque no estamos completas, nos hace falta Dayra”.
Su prima, Rifka, destaca que es una joven de familia, una de las más pequeñas de una gran familia. “Siempre ha querido que todos estemos unidos. Por eso decimos que es la estrella de nosotros. Porque, a pesar de que es una de las más pequeñas, es muy madura”, comparte Rifka. “Ella siempre ha querido tener una tienda para vender ropa, ser una licenciada. Sueña con tener un novio que vaya a la par de ella”, añadió.
La familia de Dayra es originaria de La Palma, provincia de Darién. Desde allá comparten videos con decenas de personas marchando por las calles de la mano del Servicio Nacional de Fronteras pidiendo por su libertad.
“El deseo de nosotros es que nos la regresen, eso es lo que todos estamos deseando. Ella es una buena persona, una buena nieta, una buena hija, una buena hermana”, cuenta su abuelita Dorila Rodríguez de Miranda, durante una marcha el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
La mamá de Dayra mantiene su frente en alto y la esperanza viva. Ella viajó desde Darién hasta Panamá para dar a luz a su niña por cesárea y no se va a rendir hasta que aparezca. No hace caso a los comentarios negativos en redes sociales, agradece a la policía y al Ministerio Público por el trabajo que siguen haciendo. Está cansada, triste, llena de preocupación, pero también de amor. En su voz no hay una nota de odio ni rencor. “A quien la tiene, que sepan que Dios los quiere, que tienen un buen corazón, lo único que se han equivocado. Dayra no se ha metido con ellos, que me la devuelvan, que abran su corazón a Dios y me la traigan”.