Los puestos de venta de legumbres, carnes y frutas deben ser mejorados

SANTIAGO. Aparte del evidente colapso de sus estructuras por el paso del tiempo, el espacio que comprende el mercado público es tan pequeño, que afuera hay más puestos de ventas que adentro.

Desde su última remodelación, cuando se habilitó una segunda planta para oficinas administrativas y se construyeron locales alrededor del edificio para kioscos, el interior del mercado funciona solo para la venta de carnes y mariscos, mientras que las ventas de legumbres y mercancía seca variada se han tomado las aceras circundantes y toda una calle que hace varios años fue cerrada totalmente para tal fin.

Los vendedores, preocupados por la situación, se preguntan cómo continuarán con sus negocios con el mercado principal lejos de ellos, quién iría a comprar.

Lo que temen los vendedores es que sus productos se les puedan perder y a la larga tendrían que cerrar el negocio.

Por ahora son más las dudas que las respuestas; no obstante, los santiagueños esperan con ansias que al fin la ciudad cuente con un mercado moderno, amplio y limpio.