Tras la salida de PISA, ¿cuáles son las alternativas de Panamá?

Actualizado
  • 18/10/2024 00:00
Creado
  • 17/10/2024 18:55
Las pruebas Timss, Pirls o Erce ya son aplicadas en otros países de la región

Panamá ya no forma parte del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) por decisión de la ministra de Educación, Lucy Molinar, con respaldo del presidente de la República, José Raúl Mulino. Una medida cuestionada por diversos sectores, que lo ven como una improvisación más en una ya deficiente sistema educativo.

Molinar apuesta por aplicar el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) que realiza la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

No obstante, ERCE y PISA no son las únicas pruebas aplicadas a nivel global para medir el rendimiento estudiantil y la calidad del sistema.

Unas de esas pruebas es el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (Timss, por sus siglas en inglés), que mide el rendimiento de los estudiantes a través de pruebas en computadora o en papel, sobre matemáticas y ciencias.

La misma se aplica a estudiantes de cuarto grado de primaria y tiene la capacidad de adaptarse a los países en que las habilidades matemáticas no están completamente desarrolladas en ese nivel de escolaridad.

Esta prueba es desarrollada por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), una organización con sede en los Países Bajos, que se dedica a la medición de los distintos sistemas educativos en más de 60 países.

También funciona el Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (Pirls), desarrollado también por la IEA, que es otra prueba que miden la capacidad de los sistemas educativos, pero se enfoca en conocer cómo el sistema facilita el aprendizaje del estudiante en lectura.

En la región, Colombia, Chile, Argentina, El Salvador, Honduras y México han aplicado estas pruebas.

La alternativa del Meduca

Por su parte, la prueba Erce, desarrollada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación de la Unesco, evalúa el desempeño en las áreas de lenguaje, escritura, matemáticas y ciencias, pero también implica la aplicación de cuestionarios a los estudiantes, docentes, directores, madres y padres de familia, para recabar información sobre el contexto específico en que se desarrolla el aprendizaje.

Panamá ya participó en el ERCE en 2013 y 2019 junto a otros 15 países de la región. El rendimiento de los estudiantes panameños, por ejemplo, fue relativamente inferior en matemáticas y ciencias cuando se compara al vecino país de Costa Rica en ambas ediciones, pero superior a República Dominicana y relativamente igual al de Paraguay.

Críticas y ejemplos

La decisión de la ministra Molinar ha dividido las opiniones sobre cómo el país hace las evaluaciones de avance del sistema educativo. Mientras hay sectores que ponderan la decisión, otros advierten de los peligros de retirarse.

Mientras el sector empresarial a cuestionado la medida y algunos gremios magisteriales, en esta ocasión, si coinciden con Molinar aunque por razones distintas. Sostienen que PISA “no toma en cuenta” el contexto cultural de países como Panamá.

La agrupación Jóvenes Unidos por la Educación, cuestionó a Molinar y su argumento de que PISA ya “dice lo que sabemos” sobre el mal estado del sistema.

“Obviar o fingir que no existen las disparidades educativas no nos exime de la responsabilidad de resolverlas. Lo que no se mide no se puede mejorar’’.

En un punto medio están países como Chile, que integran hasta tres pruebas internacionales en diversas áreas del conocimiento. En matemáticas y ciencias, por ejemplo, han aplicado la prueba Timss en 2023, al tiempo que hacen evaluaciones que contemplan las habilidades digitales de los estudiantes y las socioemocionales, para las que también existen pruebas desarrolladas tanto por la IEA como por la propia promotora de la prueba PISA, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Jovenes unidos por la educación
Las disparidades educativas no nos eximen de la responsabilidad de resolverlas. Lo que no se mide no se puede mejorar”.
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