El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
Sergio Ramírez: 'Nicaragua es un país destinado a la democracia, a la libertad'
- 26/05/2023 00:00
- 26/05/2023 00:00
Sergio Ramírez nos espera sentado en la biblioteca de la residencia del embajador de España en Panamá. Viene de República Dominicana, donde recién finalizó la décima edición del Festival Centroamérica Cuenta, ventana de la literatura centroamericana a nivel internacional. Luego de 10 años de existencia, la cita anual se ha consolidado a pesar de los cambios a los que ha debido someterse; primero, la itinerancia, luego de que el escritor debiese salir del país y exilarse en España. Luego, con la pandemia, ofreciendo un espacio virtual que mantuviese la existencia del encuentro. Ese esfuerzo ha sido grande, pero se siente recompensado. Está satisfecho, aunque agotado. Pero no por ello descansa. Actualmente está haciendo gestiones para que Panamá albergue la próxima cita literaria más importante de la región. Y en el camino no puede dejar de hablar de las preocupaciones que como ciudadano siente sobre la situación que vive su país, Nicaragua.
La literatura, la ficción, dice, no son para opinar. Son para reflejar las complejidades de la humanidad. Por ello no utiliza sus libros para hacer campaña, pero como ciudadano no dejará de alzar la voz frente a realidades con las que no se siente satisfecho. Ramírez aboga por una democracia plena en Nicaragua y espera poder estar de vuelta en su patria pronto, eso sí, solo si las condiciones del país están abiertas a un cambio.
Muy contento con los resultados en Santo Domingo, de este décimo festival. Tuvimos un público extraordinario, muy entusiasta, salas llenas, desbordadas... El programa fue magnífico. Participaron más de 80 escritores de diferentes países, tuvimos muchas mesas de conversación literaria, talleres literarios... De manera que los resultados han sido muy buenos en República Dominicana.
Este festival nació en Nicaragua, se suponía que era un festival para realizarse en Nicaragua. Las circunstancias políticas adversas nos sacaron de Nicaragua y nos obligaron a hacer un festival itinerante, lo cual ha tenido sus ventajas porque nos ha permitido crecer, enriquecernos, vivir experiencias en distintos escenarios con distintos públicos, contribuir a crear un público lector en los países en donde el festival aterriza. Además de en Managua, lo hemos realizado en San José, Costa Rica, en la ciudad de Guatemala, ahora en República Dominicana, además de un festival paralelo que realizamos en Madrid cada año en septiembre, y la idea es que el festival del año entrante se pueda hacer en la ciudad de Panamá.
Sí, este es un festival que busca crear un puente de doble vía, es decir, que la literatura centroamericana sea conocida fuera de las fronteras de la región y que conecte a su vez con escritores de otras partes del mundo, se produzca este intercambio entre los escritores con el público; valorar la literatura centroamericana en la dimensión que realmente tiene, que es una excelente dimensión y conectarla con las otras literaturas que se escriben en España, en América Latina y en otros países del mundo. Esto es lo que nos ha permitido crecer como un festival verdaderamente internacional que incluye escritores centroamericanos y eso es lo que resulta muy atractivo para el público, porque puede ver a grandes figuras de la literatura internacional dialogar con los escritores centroamericanos.
Al conectar a los escritores centroamericanos con el mundo de fuera, con otros escritores, es importante abrir el diálogo sobre la literatura, sobre los temas de la literatura que son comunes a Centroamérica y otros países del continente y España. Vamos a ver literatura de inmigración, literatura y minorías raciales, literatura y género, literatura y mujer. Son temas que están en los libros, pero que también están en la conversación literaria. Pero también al festival traemos editores de casa editoriales internacionales que nos apoyan, traductores... hacemos mesas sobre traducción, también sobre edición de libros, sobre agencias literarias, entonces vamos conectando a los escritores centroamericanos con el mundo global de la escritura, y yo diría que en estos 10 años, gracias al respaldo de Centroamérica Cuenta, muchos escritores centroamericanos están colocados en el escenario internacional a través de editoriales de fuera de la región, que es uno de los fines que perseguimos.
Pues, igual que en el resto de Centroamérica. Es decir, hay una generación joven de escritores que pugna por romper los esquemas antiguos. Hay una emergencia de las mujeres como voces literarias nuevas tanto en la literatura en prosa como en la poesía, y yo creo que la promoción de la literatura joven es muy importante, desde la perspectiva pública e institucional. No porque yo crea que los gobiernos deben tener una política cultural de dirección de la cultura, la cultura no se puede dirigir. Lo que un Estado tiene que hacer es estimular la cultura, estimular la forma de creación cultural, facilitar la formación cultural. Me parece que la existencia de los premios Ricardo Miró es muy importante, es de los pocos países centroamericanos que tiene un sistema de premiación literaria por género en Panamá. Yo he participado como jurado del Miró, me parece que es un esfuerzo muy importante. Esto tiene que ir acompañado por festivales literarios, la Feria del Libro también es muy importante como escenario de la literatura y aquí ya está institucionalizada la Feria del Libro anual, y esa es una excelente herramienta y creemos que Centroamérica Cuenta nos va a ayudar a crear esa vitrina de los escritores panameños que obviamente son partícipes de Centroamérica Cuenta y que la literatura panameña sea mejor conocida.
Estamos en una primera exploración, hemos encontrado un eco muy bueno de respaldo, hemos hablado con dirigentes culturales, dirigentes del gobierno, vamos a seguir haciéndolo con embajadores europeos y estamos optimistas en construir los apoyos necesarios para poder llevar adelante en mayo del año que viene el festival en Panamá.
Sí, por la misma naturaleza de la realidad centroamericana y la realidad en América Latina. Soy un firme creyente de que la literatura vale por su dimensión artística, por lo que uno pueda poner de por medio en la escritura de arte, de literatura verdadera. Pero aparte de la creación literaria está el papel del escritor como ciudadano. Lo que yo opino sobre la realidad que me rodea, que no es precisamente lo que yo voy a opinar en mis libros, porque los libros no son para opinar. Los libros de ficción no son para opinar, son para hablar de los seres humanos, la complejidad que tiene la vida de los seres humanos. Pero si yo tengo prestigio como escritor y mi voz es escuchada como escritor, pues yo siempre me voy a estar refiriendo a la realidad que me rodea en la medida en que no esté satisfecho con esa realidad. Y yo siento como un deber alzar mi voz crítica frente a esa realidad. Esto no es un requisito para ser escritor. Uno puede ser un escritor y callarse, y eso no va a disminuir su obra literaria. Yo lo veo como una dimensión adicional al escritor, de la que yo participo. Yo soy ese tipo de escritor. El escritor que se expresa como ciudadano.
Yo diría que Nicaragua es un país destinado a la democracia, a la libertad. Las dictaduras, el gobierno autoritario los veo como un accidente de la historia, es decir, no son maneras definitivas. Ni un país puede estar condenado eternamente a vivir bajo una dictadura o un gobierno represivo. El camino de la libertad, los pueblos terminan por encontrarlo. Creo que la fórmula democracia-justicia social-democracia plena, que las instituciones funcionen plenamente, que el voto esté garantizado, que haya alternancia en el poder, que haya libertades públicas, libertad de expresión, tiene que ir acompañada de una transformación económica y social de los países centroamericanos, porque si no, con el germen de la irregularidad institucional va a estar de por medio la tentación de las dictaduras, del líder mesiánico que todo lo va a solucionar. Tenemos que crecer con equidad. Ese me parece que es el destino de los países centroamericanos: democracias equitativas, democracia con crecimiento económico y distribución justa de la riqueza.
Creo que tenemos mucho atraso de cultura política, mucha debilidad institucional. Creo que las instituciones en algunos países se están consolidando mejor, en otras sufren retrocesos, y yo creo que otro instrumento muy importante del desarrollo futuro de nuestros países es un sistema educativo que funcione de verdad. Sin un sistema educativo que funcione de verdad, siempre vamos a tener ciudadanos de primera y de segunda categoría; ciudadanos informados y ciudadanos desinformados, y la democracia plena no va a funcionar. Estas son las herramientas de la democracia: institucionalidad, educación, desarrollo económico. Pero yo no soy pesimista. Yo creo que hemos, en muchos sentidos, en algunos países, avanzado más que otros, pero, o sea, se ha avanzado.
Si me pregunta por mis esperanzas, sí. Yo tengo la esperanza de que volveremos a Nicaragua porque todo depende de un cambio de las circunstancias políticas. Es decir, yo nunca contemplo un regreso mío a Nicaragua en la situación actual en que se encuentra; volver como fruto de una concesión política a vivir ¿en qué país? Es decir, en un país silenciado, un país que vive en el miedo, en el aislamiento, ¿cuál sería mi papel en ese país? ninguno... Yo contemplo mi regreso como el regreso de quienes nos hemos ido al exilio por las mismas razones, que son falta de libertad, falta de democracia y represión, que por lo menos las condiciones del país estén abiertas a un cambio de sistema, a un cambio democrático. Esa sería la circunstancia de mi regreso.