Este 3 de noviembre en el Palacio de Las Garzas el presidente José Raúl Mulino encabezó los actos en honor a los 121 años de la separación de Panamá de...
- 22/02/2020 00:00
- 22/02/2020 00:00
“Alegría y tradición” son dos palabras que se unen para darle nombre y vida al Carnaval de la ciudad de Panamá 2020, caracterizado por las populares “mojaderas” o “culecos”.
Durante cuatro días, el país se paraliza: las calles de la capital y de las principales ciudades están destinadas al jolgorio y la alegría.
La fiesta de los panameños, que empezó ayer con la coronación de las reinas de distintas regiones del país y que concluirá el miércoles de ceniza con el entierro de la sardina, convoca a miles de visitantes en busca de diversión, fiesta y tradiciones.
Los panameños suelen desplazarse al interior del país, donde perduran las tradiciones y costumbres de hace cien años. El evento genera una importante inyección económica en el interior, que podría alcanzar $400 millones, aseguró Enrique Orillac, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Panamá.
Los negocios en los restaurantes, bares, hoteles, transporte, y hasta las excursiones experimentan mejoras durante los cuatros días de fiesta. La ocupación hotelera (que ahora pasa por una crisis) se dispara en el interior del país por encima del 90%. “Hay un éxodo masivo. Las personas se vuelcan a gastar en esta fecha”, añadió Orillac.
Muchos disfrutan de las fiestas carnesdolendas. Uno de los lugares que destaca como destino por excelencia es Las Tablas, en la provincia de Los Santos. La competición por los mejores disfraces y las carrozas más espectaculares entre dos calles, calle arriba y calle Abajo, centra gran parte de la festividad
Lujosas carrozas, tunas, desfiles, fuegos artificiales, culecos, polleras, y las mejores galas, sin escatimar en esfuerzo, dinero ni trabajo, hacen del Carnaval tableño “el mejor del país”, para muchos.
Otras personas aprovechan los días libres para disfrutar de la playa, la montaña e islas. Los destinos preferidos son Boquete, Volcán, Bocas del Toro, golfo de Chiriquí, Coclé, Pedasí, Venado y el Valle de Antón.
En la capital, sin embargo, el Carnaval no termina de despegar, no atrae a turistas. La ciudad prácticamente se queda vacía. La ocupación hotelera no experimenta retribuciones. La actividad se encuentra en un 39%. Y, aunque, en el mes de febrero los hoteles de la ciudad han experimentado un incremento de entre 2% y 3%, no está asociado a las fiestas del rey Momo, aseguró Orillac. El sector se encuentra en una crisis.
Este año, el Gobierno destinó $2.3 millones para las fiestas, de los cuales $750 mil son para el interior del país.
Unos 20 mil agentes de la Policía Nacional se desplazarán por 45 puntos del país.
Una de las recomendaciones más recurrentes para los viajeros, es no combinar alcohol con manejo de vehículos, y además utilizar un conductor designado para evitar accidentes que puedan empañar las fiestas más esperadas de los panameños.
El origen de las fiestas carnestolendas se remontan a épocas coloniales, cuando algunas personas se disfrazaban de reyes, esclavos, soldados... que simulaban batallas partiendo desde la Avenida Balboa en la capital, ciudad de Panamá.
En el año 1910, el entonces alcalde de la ciudad, José Agustín Arango, publicó un decreto en el que se hicieron oficiales los carnavales en Panamá, eligiendo además a una reina que se hizo famosa por su gran belleza y que fue sucedida cada año por otras mujeres hasta la actualidad.