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- 16/03/2025 00:00
- 15/03/2025 17:53
La medicina en Panamá enfrenta un momento crítico. Las reformas a la seguridad social han llevado al personal de salud a protestar, un alto porcentaje de graduandos no pasan los exámenes de certificación médica, mientras los pacientes siguen padeciendo por falta de medicamentos y dificultades para conseguir citas. Raquel Mock, presidenta del Colegio Médico de Panamá (CMP), compartió con La Estrella de Panamá su perspectiva sobre estos y otros temas.
Nosotros pensamos que una reforma es necesaria. Es necesario tomar decisiones, pero que sea una ley que no afecte tanto la calidad de la jubilación que se va a tener en el futuro, porque pensamos que sí lo va a reducir bastante para los jóvenes. Queremos que mejore la calidad de los servicios de salud, que mejore la calidad de los servicios de salud, que también contemple la adquisición de medicamentos, la dotación, todo eso, y pensamos que en el área que tiene que ver con esto de la invalidez y muerte debe ser mejorada.
Se necesitan cambios. Y a la larga, la edad de jubilación es insostenible tal como está actualmente.
Vivimos más que antes. Y una persona jubilada a los 60 años, pero que dura hasta los 90, o más años, ¿cómo se hace sostenible esto? Yo hablo a título personal como presidente del Colegio Médico, la edad de jubilación es algo insostenible.
Los médicos sí tienen derecho a manifestarse ante situaciones sobre todo que afectan a los pacientes, o nuestra calidad de atención. Pero las protestas médicas siempre deben tener por delante cómo van a quedar los pacientes, que eso no afecte su vida, su condición.
Tiene que ser algo muy bien acordado, muy bien consensuado, porque al final lo que queremos es que los pacientes mejoren. Hay un desafío y es garantizar que la protesta no agrave la crisis en la atención de salud, es un compromiso que debemos tener los médicos y que las demandas de los médicos sean escuchadas sin perjudicar a los pacientes, porque muchas veces se está protestando por algo que afecta a los pacientes, por ejemplo que no hay medicamentos, que no hay oportunidades de cirugía, no hay insumos, no hay una serie de cosas, y los médicos también podemos protestar por estas cosas.
Lo importante es no poner en riesgo la vida y la salud de los pacientes, porque ellos son nuestra principal razón de ser.
Este problema no es exclusivo de Panamá. Hay muchas universidades privadas en Latinoamérica que han crecido de una manera exponencial en países como Bolivia, Paraguay, Perú y Brasil, porque la medicina se ha constituido lastimosamente en un negocio. Entonces las universidades privadas han crecido porque hay un mercado de personas que desean estudiar medicina legítimamente. ¿Qué sucede? Estudiar medicina nunca dejará de ser una tarea muy meticulosa y minuciosa y hay que tener mucho cuidado porque estamos formando personas para tratar los problemas de salud de la población y hay que formarlos con la actitud, los conocimientos, las habilidades y destrezas necesarias para luego llenar el perfil de lo que es ser un médico.
Si la formación no ha tenido ese rigor, obviamente se van a producir médicos que no van a tener el grado de preparación en la actitud y en los conocimientos. Nosotros pensamos y le hemos propuesto al Ministerio de Salud que todas las universidades deberían poner un examen previo al entrar a la carrera y esto es necesario para que los estudiantes que aspiran a ser médicos y tengan ese deseo legítimo sepan a lo que están enfrentándose, lo que van a hacer, ya que prepararse para este examen ya te está forjando una actitud de cierta responsabilidad y de cierto rigor, para poder graduarte tienes que esmerarte.
También es importante que las universidades, antes de ofrecer los cupos, aseguren que estos estudiantes van a tener los cupos en las rotaciones clínicas. Ser médico requiere fundamentalmente una buena rotación clínica y muchas de estas universidades no le aseguran eso a los estudiantes.
La certificación es necesaria, es un rendir cuentas, que todo nuevo profesional que va a salir a la sociedad a brindar sus cuidados, presente un examen o muestras de que realmente está bien preparado, capacitado, y que su preparación es tal que va a mejorar la salud de los pacientes y no afectarla en cierta forma, porque los médicos también podemos hacer daño cuando cometemos errores y también gozamos de impericia. Impericia quiere decir que uno tiene pocos conocimientos, y debemos asegurarnos que esta persona, que el Estado le otorga una licencia, o sea, una idoneidad, realmente merece ser recibida.
Vemos a toda la familia de forma integral, no hay límite de edad. Para cada paciente se toman en cuenta sus determinantes sociales. Esto quiere decir su educación, dónde vive, de qué trabaja, cuánto gana, cómo es su familia, si vive en una familia completa o una familia desintegrada, si vive con los padres, con los abuelos, o no vive con nadie.
También hacemos historias clínicas completas, le preguntamos por todos sus aspectos biológicos y sus patrones de alimentación, el sueño, las intervenciones preventivas. Deseamos que nuestros pacientes lleven a cabo prevención, promoción, hagan ejercicio, coman saludable, lleven relaciones cordiales con su familia, tengan un buen patrón de sueño, se alimenten sano y que se apliquen intervenciones preventivas de acuerdo a la edad, al sexo, si es un varón que lleve su cuidado de la salud de la próstata, la mujer, su Papanicolau, su mamografía al día.
Queremos que la familia esté saludable, que se lleven bien y que vivan juntos, que se mantengan los lazos de unión, porque los pacientes que tienen una familia unida tienen mejor pronóstico, salen mejor de las enfermedades.
Son muchas las razones. Una de ellas es, por parte del sistema de salud, pues a nivel de medicina familiar somos muy pocos en el sistema.
Por otro lado, a los servicios de medicina general el modelo los empuja a una medicina dispensarial porque tienen que ver muchísimos pacientes, atender muchas morbilidades y eso les impide aplicar a veces medidas preventivas y escuchar a los pacientes y verdaderamente tomar una buena historia y educar al paciente. Prescribir todos los medicamentos, las referencias, eso lleva mucho tiempo y hace que un médico general que tenga que ver 32 pacientes no pueda darle tanto a un paciente como para impactar en que se concientice acerca de un estilo de vida.
Hay que dotar de más recursos a la atención primaria, sería muy importante que hubiese más médicos familiares y que los médicos generales que estén motivados a dar una atención más integral, se les capacite para que ellos también hagan cuidados preventivos y también escuchen más a los pacientes. Muchos pacientes están viviendo situaciones que le afecta enormemente su estado de ánimo y ellos a veces no tienen confianza en nadie a su alrededor, y los mandamos a cita con psiquiatra, con psicología, pero estas son citas muy difíciles de conseguir en el sistema. Nos toca a nosotros dedicarle unos minutos a esto, pero muchas veces no hay el tiempo suficiente, necesitamos más recursos de ese tipo, pero también más acceso a los laboratorios, porque si los pacientes pudieran conseguir los medicamentos, los laboratorios y con un poco más de recursos, de personal, un poco más de psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, nutricionistas, educadores para la salud, pudiéramos entonces hacer una mejor labor.