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Guillermo Márquez Amado: 'Los diputados no se han caracterizado por ser una voz vertical y sincera'
- 16/09/2021 00:00
- 16/09/2021 00:00
Al expresidente del Tribunal Electoral (TE) Guillermo Márquez Amado le gustaría que los diputados dejarán atrás las debilidades que los arrastran a legislar en función de sus propios intereses. Pero, en realidad, no tiene fe. No cree que esto vaya a ocurrir con el proyecto de reformas electorales.
Pero esto no pasará por alto, los diputados se van a encontrar con una creciente hostilidad y oposición de la ciudadanía. Hay un pueblo que se está empoderando, que está tomando fuerza. En sus propias palabras, “está ocurriendo un tsunami”, que apenas empieza a formarse, que todavía no aflora, no llega a las costas, donde podría arrasar con muchas cosas, entre ellas, probablemente las aspiraciones de muchos diputados en las próximas elecciones.
El artículo 150 de la Constitución Política de Panamá establece que los diputados representan a sus comunidades. Pero en la Asamblea Nacional de Panamá deben actuar en interés de la nación. Si el proyecto recibido representa los intereses de la nación, pues entonces moralmente no debían haber cambiado nada. Pero si no representa los intereses de la nación por ser insuficiente o por tener excesos, entonces debían moderar esos excesos o acentuar lo que hace falta, proponérselo y hacerlo. Eso es jurídica y moralmente el papel que deben desempeñar los diputados. La moralidad y la legalidad no es que andan por caminos separados. Normalmente, andan siempre de la mano.
Yo me temo que la letra de las modificaciones es insuficiente. Son muy insuficientes para lo que en realidad se necesita, para lo que podría constituir un avance. Entonces (los diputados) han propuesto cosas que empeoran lo que recibieron.
Al final, como si fueran unos buhoneros, ni para ti ni para mí. Dejemos las cosas como estaban antes, eso es lo que están haciendo. Y tenemos que darnos cuenta de que hay un diputado que debe ser muy aficionado al béisbol y quiere robarse las bases.
Conozco el proyecto. Desde hace mucho tiempo, más de 25 años. Desde que estaba en el Tribunal Electoral venía sosteniendo que se había avanzado (en el tema electoral), pero que faltaba mucho. Voy a decir qué cosas concretamente, de lo que tengo en la memoria porque cuando me pongo a entrar en detalle son muchas más y, son cosas que no deberían estar en el Código. Las donaciones privadas deben desaparecer. Pero lo que se hizo fue reducirlas de $10 millones a $7,5 millones en la campaña presidencial. Pero, en la campaña a diputado, a representante y a alcalde sigue estando. Los aportes siguen siendo significativos, por el orden de $300 mil, para cada candidato a diputado. Creo que San Miguelito saca siete diputados. Es decir, solamente en ese circuito son $2.100,000.
Por la vía de las donaciones privadas ingresan los capitales oscuros. Ha ocurrido en otras partes. Colombia es el mejor y el más cercano ejemplo. Los grandes capitales se meten en la política y consiguen la protección de los partidos políticos. Y de esa manera consiguen cierta invulnerabilidad del Estado. Es decir, para no ser perseguidos por sus delitos. Lo mismo pasa con la empresa privada, la decente. Pero no es ni tan decente ni moral cuando se trata de lograr los contratos. Lo hemos visto en el gobierno anterior en que hubo contratistas estatales que hicieron aportes importantes a las campañas presidenciales. Luego consiguieron contratos muy beneficiosos que constituyeron incluso un robo a las arcas nacionales. No lo hacen solo en Panamá, sino en muchas partes.
Primero que consideran propaganda política cualquier cosa que diga cualquier persona, aunque sea a favor o en contra. Eso no es normal en la política. Yo, como ciudadano, tengo derecho a pensar que muchos de los diputados que están sentados en la asamblea no sirven para nada. Y tengo el derecho de decirlo si quiero. Y puedo decirlo con nombre propio, es mi opinión y tienen que respetarla porque así es la libertad de expresión.
Lo que yo no puedo hacer es insultar. Pero ellos no quieren que se diga nada de ellos. Solamente quieren que se cuente lo que contratan con agencias de publicidad. Es decir, solo lo bonito. Eso está muy mal porque atenta contra la libertad de expresión.
Es altísimo. Para las campañas políticas, el Estado tiene dispuesto el 50% del subsidio electoral, que representa el 1% del ingreso del gobierno central, que en un número es $70 millones. Y eso significa más o menos que $35 millones se destinan a la campaña política de todos los partidos. Hay partidos que se metieron $12,5 en el bolsillo para contratar publicidad, para tratar de pintar bonito lo que no necesariamente lo es. Y como esa hay otra excusa. Ese subsidio electoral debe reducirse drásticamente. Y, además, debe controlarse que se gaste en lo que se debe.
El subsidio también está previsto para que los partidos políticos hagan educación cívica en la ciudadanía y en los miembros de los colectivos. Pero, ¿sabe lo que hacen con ese dinero que fue concebido de esa manera?: pagar salarios a los candidatos que no ganaron elecciones para que se queden y vuelvan a lanzarse en las próximas elecciones porque son considerados líderes naturales. Les dan $2 mil, $3, $4 mil al mes por cinco años.
Ha estado ausente, aunque ha ido ganando terreno. Ahora hay mujeres en la Asamblea, antes no había. Hace 80 años no había ninguna mujer en la Asamblea Nacional de Panamá.
Por eso se han diseñado normas que apuntan a que por cada hombre haya una mujer también en el campo político. No lo han sabido aplicar porque casi todos siguen siendo hombres. Y quieren preservar esas cuotas monopólicas de poder.
Mi lectura es que ha nacido un tsunami de un pueblo que se está empoderando, que tiene fuerza, que sabe que los argumentos que están utilizando los diputados son pueriles y tontos, y además engañosos. Y esos ciudadanos que están en esa posición todavía no han aflorado a la superficie con la fuerza que un tsunami tiene cuando llega a la orilla del mar.
Eso es lo que han dicho. Los diputados no se han caracterizado por ser una voz vertical y sincera.
A mí me gustaría que sean capaces de apuntar a actuar en función de las virtudes no de las debilidades. Ojalá lo hicieran, pero no tengo fe en que eso vaya a ocurrir. En cambio, creo que se van a encontrar, por no querer hacerlo, con una creciente hostilidad y oposición de la ciudadanía. Incluso van a encontrar dificultades en sus propios partidos políticos porque hay liderazgos emergentes que también están agotados. La Asamblea Nacional de Panamá se ha contagiado de lo peor que puede contagiarse una institución democrática en una nación.
Recurro al artículo de la Constitución que les ordena a los miembros del TE ser garantes de la libertad, honradez y eficacia del sufragio. No les dice que sean garantes de que continúen los mismos partidos, los mismos diputados ni las mismas prácticas, cuando son nocivas para la nación, sino que fortalezcan la democracia. En esa medida ganarán el respeto que en otros tiempos mereció el TE.