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Gabriel Arroyavez: Solidaridad y sacrificio, aptitudes que caracterizan a los hombres y mujeres de la Ftcss
- 12/08/2021 00:00
- 12/08/2021 00:00
Detrás de la pandemia hay héroes anónimos: hombres y mujeres que se ven obligados a alejarse de los suyos para cuidar a los ajenos de un virus mortal que amenaza al mundo, porque su lema es proteger y servir.
Vestidos con su peculiar uniforme de faena y su respectiva mascarilla salen todos los días a las calles a custodiar a médicos y enfermeras que atienden a los pacientes con covid-19.
Otros asignados a la confección de bolsas con comidas contribuyen para que los necesitados de la pandemia pueden tener un bocado. Algunos recorren áreas de difícil acceso, cruzan ríos y sortean dificultades para llevar alimentos y medicamentos a los enfermos.
Los encuentran en las puertas de los hoteles custodiando a los turistas que provienen de países en los que circulan variantes del virus que pueden complicar la situación sanitaria. Ellos son los 30 mil hombres y mujeres que forman la Fuerza de Tarea Conjunta de Seguridad Sanitaria (Ftcss), que comanda Gabriel Arroyabez Flores.
En esta edición de “Jueves de entrevista con La Estrella de Panamá” conversamos con el comisionado Arroyabez, un oficial egresado del Instituto Universitario de la Policía Metropolitana de Caracas, Venezuela, sobre la loable labor del ejército de oficiales que dirige. Pero habla también de los momentos difíciles, de los 50 agentes que han perecido sirviendo a todo un país.
Mediante decreto ejecutivo emanado por el presidente se crea la Fuerza de Tarea Conjunta de Seguridad Sanitaria (Ftcss), con miembros de los cinco estamentos, cuya misión principal es brindar seguridad a las operaciones realizadas por el Ministerio de Salud (Minsa) en la lucha contra la covid-19.
Principalmente, a darles seguridad a los equipos de respuesta rápida que están ejerciendo funciones en la zona metropolitana, San Miguelito y el norte del país. Se les presta seguridad a todos los médicos y enfermeras que visitan todos estos pacientes covid positivos para hacerles llegar sus medicamentos, verificar su estado de salud o ante cualquier otra situación. La Ftcss, repito, es la que presta la seguridad a todo este personal.
¡Correcto! Además, colaboramos con los equipos unificados de trazabilidad, que es consecuente al de respuestas rápidas. A raíz de esto nacen otras tareas colaterales. La Fuerza de Tarea Conjunta tiene la seguridad del centro de acopio que se mantiene en el Centro de Convenciones Atlapa. También prestamos apoyo en la confección de las bolsas con comida. Estamos con ellos en este plan solidario.
Igualmente, nos mantenemos custodiando y vigilando los hoteles de aislamientos donde se mantienen los turistas que vienen de países donde han aparecido las nuevas cepas. Son entre ocho y nueve hoteles que estamos vigilando para que los turistas cumplan su aislamiento.
Al inicio de la pandemia éramos más de 30 mil en todo el país. Nos concentramos donde están los mayores índices de contagios. Tenemos personal entrenado y capacitado para armar los hospitales campaña. Contamos con personal técnico disponible, entre ellos, electricistas y plomeros para cuando se requiera armar estas carpas. Al momento hemos armados cinco hospitales a nivel nacional. Y prestamos apoyo a nivel internacional, en la hermana República de Costa Rica, en Heredia.
No todos los países estaban preparados para enfrentar una pandemia. Hubo temores, esto fue una tarea titánica. Pero lo más importante fue el trabajo en equipo, fue muy importante en esta operación. Al igual que la población hemos sufrido, hemos dado esa gota de sacrificio. Hemos tenido 50 miembros fallecidos, que son hombres y mujeres que en su momento estuvieron en un punto de control, en un cerco sanitario y fueron contagiados, y hoy no están. Fui difícil porque era una operación en la que nada estaba escrito y tuvimos que ir aprendiendo sobre la marcha. Ahora sabemos cómo atacar de forma directa al virus.
Mucha solidaridad. En los momentos difíciles, la Fuerza de Tarea Conjunta tenía que estar con las otras autoridades gubernamentales en los cercos sanitarios para hacer llegar ese apoyo, esa mano humana a quienes más lo necesitaban. Había que tener mucha solidaridad. Estuvimos en cercos sanitarios, en áreas de difícil acceso y, siempre estábamos allí, llevándoles sus medicamentos, y siempre preparados.
Aportamos nuestro sacrificio. El Estado, o nuestra institución, usó buenas estrategias para la conservación de la salud de nosotros. Hubo momentos en que los agentes de la Fuerza Pública pasaron meses sin ir a sus casas, cuando el país los necesitaba. Y digo estrategias porque se usaron los hoteles de descanso o de acuartelamiento para los agentes, lo que evitaba que se fueran para sus casas sin saber si estaban contagiados. Allí se quedaban ocho días y se les hacía un hisopado antes de irse libre a su casa. Esto evitaba que contagiaran a sus familiares y a la población. Al ingresar de servicio regresaban a los hoteles y después de ocho días se les hisopaba, antes de empezar a prestar sus servicios a las comunidades. Fue un sacrificio alejarlos de sus familias, pero el momento era demasiado exigente. Aparte de cumplir con las misiones de seguridad se nos sumó el complemento de combatir un virus. Tuvimos mayores tareas y esfuerzos.
Hay compañeros que han perdido padres, madres e hijos. Pero como jefe del grupo lo que más me ha impactado es ver a un compañero en cuidados intensivos que había que trasladarlo a otro centro de atención médica porque le dio una insuficiencia renal y no había los equipos para atenderlo. Me impactó verlo montar a la ambulancia de la Caja de Seguro Social (CSS) y que le dijeran a su esposa que él tenía 10 minutos críticos y que ella era responsable de lo que firmaba para hacer el traslado. Ver a ese compañero entubado fue impactante, y me marcó mucho ver a una persona que conoces, en ese estado crítico y que en 10 minutos de trayectoria podía morir. Hoy esa persona está activa, bien de salud. Siempre lo he dicho, tienes que haberlo vivido para ponerle seriedad a esto porque el virus es mortal, no es un resfriado normal. Si no nos cuidamos todos, va a haber más contagios.
En todas las instalaciones tenemos comités de bioseguridad que están encargados de que se cumplan todas las normas. Este tiene médicos y directores regionales que verifican que se cumplan todos los procedimientos. Los comités de bioseguridad nos reunimos aquí, en la Policía Nacional, donde tenemos nuestra principal base de la Fuerza de Tarea Conjunta; nos reunimos mensualmente y verificamos todos los procedimientos.
Igualmente, tenemos campañas mediáticas en todas las instalaciones: “lávate las manos” y “el virus no se ha ido”. Esto lo vivimos nosotros como si fuera el primer día de la pandemia por las nuevas variantes. De hecho, ya no tenemos muchos contagios como en diciembre, cuando tuvimos hasta 1,600 casos positivos, que sabemos que fue producto de la movilidad comercial. Se ve que los protocolos estén funcionando. Igualmente, las vacunas están dando sus resultados.
Activar los cercos sanitarios fue un reto muy grande. Los panameños estamos acostumbrados a salir a movernos, somos una población inquieta. Llegar a una población y hacerle entender que tenía que quedarse en ese lugar... y hacerle llegar la ayuda inmediata porque si los mantienes encerrados lógicamente tienes que hacerle llegar insumos y medicamentos y mantener la calma. Fue muy difícil. Eran a veces lugares de difícil acceso, había que cruzar hasta ríos para que llegara esa mano amiga.
Los resultados han sido positivos... A través de las acciones que realizan las autoridades sanitarias se han reducido los casos positivos. Lo medimos a través de los números estadísticos de positividad. No podemos estar en todos lados, pero en los lugares en donde hemos estado se ha visto el resultado.