La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 01/09/2019 02:00
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Durante toda la reciente campaña electoral, el hoy Presidente de la República estuvo insistiendo en la educación como su primera prioridad. Es así que en su Plan de Acción Uniendo Fuerzas se aseguraba que ‘la estrella que alumbrará nuestro gobierno será la educación de calidad…', mientras que en el discurso de toma de posesión afirmaba que ‘cumpliendo con el Compromiso Nacional por la Educación… avanzaremos con la transformación de nuestro sistema educativo… para que enseñe a nuestros estudiantes a pensar… a trabajar… y a resolver problemas'.
La importancia de la educación
Entre los acuerdos que existen entre los economistas, que practican una disciplina caracterizada por la controversia, se destaca la idea de la importancia que tiene la educación para el logro de un verdadero desarrollo con inclusión social.
Ya en 1990 G. Mankiw, D. Romer y D. Weil, en una investigación titulada ‘A Contribution to The Empirics of Economics', que buscaba consolidar el llamado modelo aumentado de Solow, llamaron la atención sobre la importancia de la formación del capital humano para el crecimiento económico. Por su parte, Robert Barro, en su obra ‘Determinants of Economic Growth' (1997), llegó, utilizando métodos econométricos, a postular que existe un impacto positivo significativo de la educación secundaria y superior sobre la tasa de crecimiento. Estas posiciones, cada una desde su visión, coinciden con la idea de la Economía Política, que postula que el trabajo complejo capaz de producir más valor en el mismo tiempo que el trabajo simple, solo es posible, como lo señaló Hilferding tempranamente (1904), gracias al esfuerzo que se realiza en generar una fuerza de trabajo compleja, donde la educación juega un papel esencial.
No menos importante es destacar la importancia que puede tener la educación en mejorar la distribución del ingreso hacia el trabajo, en la medida que este posea formación. De acuerdo a Obsfeild y Rogoff (1996), el análisis de Mankiw, Romer y Weil ‘sugiere que aproximadamente la mitad de la participación laboral en el ingreso nacional puede verse como un retorno del capital humano'.
La literatura económica también postula que el avance tecnológico es fundamental para el desarrollo. En este caso, todos los llamados modelos de crecimiento endógeno, ya sea en su visión determinística (Paul Romer, 1990) o en la estocástica (Aghion y Howwit, 1998), llaman la atención sobre el hecho de que la investigación y desarrollo no puede devolverse sin la presencia de personal calificado, es decir capital humano, capaz de desarrollarla. El papel central de la educación queda claro si se tiene en cuenta que recientemente Stiglitz y Greenwald (2014) han subrayado la importancia que tiene para el desarrollo la creación de una sociedad del aprendizaje.
Vale la pena señalar que algunos autores, tal como es el caso de Jonathan H. Harris (2013), sostienen que una de las ventajas de la inversión en capital humano es que la misma se puede realizar con costos ambientales prácticamente nulos, a diferencia de la que se realiza en bienes de capital.
Las carencias de Panamá
Tomando en cuenta lo anterior, resulta fácil encontrar las graves carencias que en términos de educación y capital humano tiene nuestro país.
Desde el punto de vista de la cobertura, vale la pena citar un reciente documento del Banco Interamericano de Desarrollo, de acuerdo al que ‘solo el 54.7% de los jóvenes panameños finaliza la escuela secundaria, en comparación con un 79.4% en Chile'.
En relación a la calidad de la educación, recordemos que el cálculo del Índice de Capital Humano realizado por el Banco Mundial para Panamá se concluyó que si bien un niño panameño puede llegar a estudiar durante 11.3 años, estos, cuando se toma en cuenta la calidad, se reducen a 7.2 años equivalentes.
Estas deficiencias, resultado de diversos factores, no dejan de estar influidas por la falta de recursos para la educación oficial. De hecho ninguno de los recientes gobiernos ha sido capaz de cumplir con la Ley que dispone que el presupuesto de educación debe ser igual al 6.0% del PIB del año previo. El nuevo, obviamente, tampoco logrará hacerlo.
Una estrella en declive
De lo anterior se desprende que la promesa de hacer de la educación la estrella de toda la actual gestión gubernamental resultaba un hecho no solo conveniente, sino necesario. Sin embargo, esta promesa empieza a chocar con la realidad.
El actual gobierno emitió la Resolución de Gabinete N° 65 del 25 de julio de 2019, que inicia la llamada ‘austeridad con eficiencia', la cual reduce el gasto de funcionamiento e inversión del sector público. En esta resolución, en contra de lo que se podría pronosticar, el conjunto de las instituciones que en las estadísticas del INEC aparecen como parte del gasto en educación reciben un fuerte impacto con un recorte presupuestario que alcanza la suma de 153.6 millones de balboas. Llama la atención que el 59.0% del recorte se de en gastos de funcionamientos.
MISIÓN Y VISIÓN
Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.
Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.
Sin embargo, también resulta significativo que frente a los problemas de infraestructura que presenta la educación oficial, se haya recortado el gasto de capital en B/.62.9 millones. ¿Se trata de una forma de abrir espacios a las Asociaciones Público Privadas en la generación de infraestructura, ya que no pueden operar en la prestación del servicio?
En términos de prioridad del impacto de la contención del gasto se puede señalar que el conjunto del sector de la educación pública carga con el 10.4% del costo del mismo. Esto contrasta, para dar un ejemplo, con el gasto del Ministerio de Seguridad Pública, que solo explica el 2.9% de la compactación presupuestaria. Esto expresa claramente que la prioridad del gobierno parece anteponer los intereses militares y de la represión a los vinculados con los servicios sociales. Esto se hace más claro si se tiene en cuenta que entre el Sector de la Educación y el Ministerio de Salud soportan casi el 20.0% de la llamada austeridad con eficiencia.
También se debe destacar que dentro del recorte a la educación, el de la educación superior resulta bastante significativo, alcanzando a B/.40.4 millones, que representa una significativa disminución equivalente al 7.6% de su presupuesto original para el año 2019. Esto, obviamente, representa un impacto negativo si se tiene en cuenta el papel que la educación superior puede significar en términos de la formación del capital humano y en la investigación tanto en el área de la producción como de la realidad social e institucional.
A manera de conclusión
De todo lo anterior se desprende que la educación es un factor fundamental, tanto para el desarrollo económico como para la formación de ciudadanos conscientes de sus derechos. También se desprende que las promesas de campaña del actual gobierno parecen desvanecerse, convirtiendo a la educación panameña en una estrella fugaz.