Felipe Argote: ‘Ningún profesional debería iniciar ganando menos de $1.500’

Actualizado
  • 19/12/2023 00:00
Creado
  • 18/12/2023 19:28

De acuerdo con el más reciente ranking de ciudades más caras del mundo, publicado por la sociedad de servicios financieros suiza UBS Group AG, entre las metrópolis más caras del planeta figura la ciudad de Panamá. Una lista la integran otras urbes como Barcelona, Nueva York, Hong Kong y Zúrich.

Una situación que es absurda a juicio del economista y docente universitario Felipe Argote, quien considera que los costos de vivir en la capital panameña son de países de alta renta, mientras que los servicios y salarios siguen siendo de un país pobre de la periferia global.

El docente universitario analizó este fenómeno el lunes en “Portada” de La Estrella de Panamá. Dijo que existe un problema entre el alto costo de la vida y el salario mínimo. El tema es analizado en la Comisión de Salario Mínimo instalada por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel), y hasta el momento los empresarios y trabajadores organizados no se han puesto de acuerdo.

Argote manifestó que la actual forma y composición de la Comisión del Salario Mínimo debe revisarse. Además, cuestionó que sea un espacio dominado por abogados, tanto de empresarios como de trabajadores, que deciden sobre temas económicos.

A su juicio, la mesa debe ser un mecanismo multidisciplinario y enmarcado en una política pública que incluya las decisiones dentro de una plan económico de Estado.

Destacó que en el país debe haber un solo salario mínimo, como ocurre en la mayoría de los países desarrollados, y no los 92 que tiene Panamá actualmente.

“En la década de 1980 empecé trabajar como asistente de economía y me pagaban $785, entonces era el salario normal de un profesional. Hoy están ofreciendo a un ingeniero electromecánico $700, a un periodista $500 y en la mesa acuerdan que un abogado gane $500 de salario mínimo, eso es absurdo”, sostuvo Argote.

El economista indicó que los bajos salarios comprometen el crecimiento del país, particularmente la demanda que dinamiza la economía.

“Tú tienes que generar demanda. Los países desarrollados con economías modernas aumentan la demanda, poniéndole plata en el bolsillo a la gente, sobre todo la clase media, que es la que carga con la economía”, destacó.

En momentos de crisis o dificultades, el Estado puede intervenir con políticas que faciliten las condiciones para que tanto el sector público como el privado ayuden a aumentar el poder adquisitivo de la población, sostuvo.

En cuanto al impacto económico de las protestas, consideró que el sector agropecuario fue el más afectado, sin embargo, representa menos del 4% del PIB, por lo que sus efectos no son significativos en el conjunto de la economía nacional.

En el caso del comercio al por menor subrayó que también tuvo efectos negativos, pero este puede recuperarse.

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