Ocupación y precariedad: dinámica reciente del trabajo

Actualizado
  • 24/02/2019 01:00
Creado
  • 24/02/2019 01:00
En la próxima década, tres de cada cinco trabajadores, realizarán trabajos por cuenta propia, trabajos familiares y actividades vinculadas a los servicios en el hogar

TRABAJO

Los cambios recientes en la composición de la estructura ocupacional muestran veinticuatro años después, el impacto de las trasformaciones en el mundo del trabajo y los resultados de las reformas estructurales en las relaciones laborales.

Los cambios en el comportamiento de los tipos ocupacionales terminarán por caracterizar un modelo de organización del trabajo que varía las modalidades de ingreso, permanencia y egreso del proceso de producción, modifica de los mecanismos de disciplinamiento pasivo dentro y fuera del espacio productivo en tanto redefine la subjetividad del trabajo y caracteriza la misma.

En la próxima década, tres de cada cinco trabajadores, realizarán trabajos por cuenta propia, trabajos familiares y actividades vinculadas a los servicios en el hogar. Como contraparte, estas ocupaciones configuran un circuito de bajos niveles de educación, bajo uso de tecnologías, bajos salarios y con ello la precarización ascendente de relaciones laborales. De no cambiar la tendencia, en el mismo estarán insertos, en diez años, cuatro de cada cinco trabajadores.

PRECARIEDAD

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

La precariedad, en sentido general, combina desigualdades estructurales con asimetrías laborales que se expresan de diversas maneras. Desde esa perspectiva, la precariedad es la otra cara de la flexibilización del trabajo. En el caso de las relaciones laborales, la precariedad se observa diariamente en las modalidades de contratación, los tipos de salarios, la extensión y duración de jornada de trabajo además de la previsión social contributiva.

Como tal, la precariedad es el resultado de la reorganización del proceso de trabajo; la redefinición de las cualificaciones, competencias y habilidades para el trabajo; el establecimiento de nuevas formas de movilidad dentro y fuera del puesto de trabajo; y por último, la instauración clara de las diferencias entre el salario directo y las compensaciones indirectas por productividad.

En el caso de Panamá, la precariedad constituye una matriz que incluye, principalmente, modalidad de contrato, tipo de ocupación, horas trabajadas, estabilidad laboral y seguridad social. La matriz permite caracterizar tipos de precariedad: contractual, laboral, salarial, previsional. Es decir, la precariedad facilita, por un lado, una mayor movilidad en el trabajo, por el otro, una reducción de los costos de contratación y despido. Como fenómeno, las formas de precariedad pueden combinarse según los contextos laborales y sociales.

En sentido general, la precariedad delimita la efectividad de las políticas laborales y de empleo. Por ello, periódicamente la Encuesta de Mercado Laboral, como instrumento de medición, puede proporcionar información sobre el comportamiento de la precariedad y el empleo decente.

PRECARIEDAD CONTRACTUAL

La precariedad contractual se define a partir de un contrato que rige una relación laboral a través de mínimos legales. La propagación de este tipo de contratación tiene al menos tres límites: jurisprudencia laboral, inspecciones de trabajo, dinámica sindical. Estos tres candado reducen pasivamente la precariedad contractual en las áreas urbanas. En este momento, sólo uno de cada cinco trabajadores, tiene un contrato laboral precario y, por tanto, una alta precariedad.

PRECARIEDAD LABORAL

La precariedad laboral se caracteriza por la inestabilidad en el puesto de trabajo y desmejoramiento gradual y ascendente de las condiciones de trabajo. Es decir, la precariedad laboral se caracteriza por la realización de actividades laborales formales en condiciones mínimas y poco adecuadas para el desempeño de competencias para una alta productividad.

En el caso de Panamá, la precariedad laboral se observa en la alta rotación y la baja permanencia en los puestos de trabajo. Actualmente, sólo dos de cada cinco trabajadores desarrollan sus actividades diarias en condiciones de precariedad alta, mientras que sólo uno de cada cinco tiene acceso a un trabajo decente y condiciones de trabajo adecuadas para su calidad de vida. Con los cambios en la estructura ocupacional, gradualmente los trabajadores con estas condiciones se reducirán.

PRECARIEDAD SALARIAL

La precariedad salarial tiene una dinámica inversa a la precariedad laboral. Es decir, mientras que en el caso de la precariedad laboral, una proporción importante de la población empleada se encontraba en niveles de precariedad alta, en el caso de la precariedad salarial, una proporción importante de la población tien e precariedad baja.

En el momento actual, dos de cada cinco trabajadores tienen precariedad salarial, pero al mismo tiempo, dos de cada cinco tienen salarios o que no corresponden con la actividad que se realiza o que la actividad no es productiva. Esto puede ser el resultado o de la discriminación laboral que afecta principalmente a la población afrodescendiente o de la combinación de las formas de precariedad que afecta principalmente a la población rural.

PRECARIEDAD PREVISIONAL

La precariedad previsional hace referencia a la ausencia e inexistencia de seguridad social en tanto las personas ocupadas no cuentan con las garantías para la realización de ese derecho. La precariedad previsional combina mínimos laborales con alta precariedad en materia de cobertura de la seguridad social, aun cuando las disposiciones legales y contractuales son objeto de inspección laboral. Hasta el momento, hasta dos de cada cinco trabajadores son afectados por la precariedad previsional.

BALANCE Y PERSPECTIVAS

A lo largo de las últimas cinco décadas, la transformación de las relaciones laborales fue larga y sinuosa. El ciclo de reformas se extendió veinticinco años. De igual manera, el ciclo de contra reformas tiene ya, otros veinticinco años más. En cada ciclo se registraron dinámicas distintas, pero todas orientadas hacia la transformación del sistema de relaciones laborales: racionalización del número de trabajadores, condicionalidad de incentivos e incrementos salariales a la productividad, movilidad vertical y horizontal tanto entre los puestos de trabajo como entre los centro de trabajos.

De hecho, durante el ciclo de contra reformas, se preservó la libertad sindical y garantizó la organización sindical, pero también, al mismo tiempo, se gestaron las condiciones para el desmejoramiento de las condiciones de trabajo y las relaciones laborales, en tanto se facilitó por distintas vías, modalidades de flexibilidad laboral que combinadas provocando un sigiloso proceso de precarización del trabajo, desmejoramiento de las condiciones de trabajo y cambios en las políticas laborales que hoy emerge en forma de cambio sustantivos en la estructura ocupacional.

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