Las calles peatonales de nuestras ciudades

La avenida Central de la ciudad de Panamá siempre se ha caracterizado por una gran actividad peatonal, incluso desde antes de la introducción de los automóviles. La escala humana de este sector peatonal era acompañada por un sistema de transporte, el tranvía
Calle Francisco Madero, ciudad de México.

Las calles de tránsito peatonal son una herencia de los tiempos medievales que concentraban también el principal distrito comercial.

En el siglo XX con la introducción y aumento progresivo de los automóviles la lucha por espacio se complejizó en los centros de las ciudades. La saturación de automóviles y la falta de espacios de estacionamientos obligaron a una decisión en diseño urbano en los centros urbanos de las ciudades para la construcción de calles exclusivamente dedicadas al tránsito peatonal.

En América Latina, una de las primeras calles peatonales fue la calle 15 de noviembre o paseo de las Flores en la ciudad de Curitiva, Brasil, en 1972.

Otras calles importantes que han sido peatonalizadas en el centro urbano de grandes ciudades son calle Francisco Madero en el centro histórico de la ciudad de México, la calle Florida de Buenos Aires, la Peatonal Sarandí en la ciudad vieja de Montevideo, Paseo Ahumada de Santiago de Chile, entre otros.

Paseo de las Flores y calle 15 de Noviembre, Curitiba Brasil.

En Panamá, la primera calle al ser peatonalizada fue la avenida Central en 1992 aunque la calle de Salsipuedes había sido cerrada para la utilización de la rodadura como espacio comercial de vendedores en los años setentas.

El establecimiento de las calles exclusivas para los peatones fue una respuesta de algunas ciudades escandinavas como Copenhaguen que transformó algunas calles comerciales en zonas exclusivas para el tránsito peatonal en los distritos de negocios o CBD (Central Business Districts) que tenían las principales fuentes de empleo y las áreas con mayor densidad de población.

Al principio esta propuesta recibió una fuerte oposición; por un lado debido a la queja de los comerciantes al decir que el mercado de clientes que se movilizan en automóviles ya no podrían acceder fácilmente a los locales, que arruinarían sus negocios. Los primeros cierres de las calles a los vehículos, incluyendo a las bicicletas, empezaron con programas experimentales, organizando el transporte de carga-descarga y facilitando opciones de transporte público, que resultó en un gran éxito.

Luego también hubo extensiones de cierres de calles en áreas que no contenían zonas comerciales sino donde estos precintos peatonales eran un oasis para el ocio y la recreación sin las grandes tiendas o los distritos de entretenimiento.

Paseo Ahumada en Santiago Centro, Santiago de Chile.

La avenida Central de la ciudad de Panamá siempre se ha caracterizado por una gran actividad peatonal, incluso desde antes de la introducción de los automóviles. La escala humana de este sector peatonal era acompañada por un sistema de transporte, el tranvía; que facilitaba la conexión con los suburbios de La Exposición, Bella Vista, Las Sabanas y la Zona del Canal. También la expansión de las líneas de buses alrededor de las calles de la avenida Central como la avenida B y Calle 17 ayudaba a la circulación hacia el CBD o alrededor del mismo. Es decir que los desarrollos peatonales siempre están sostenidos por una infraestructura de transporte público.

La peatonalización de la Avenida Central ocurrió tras un proyecto de mejoras ideado por la ex alcaldesa Mayín Correa quien propuso un proyecto de embellecimiento, que incluía una nueva pavimentación en concreto estampado en forma de adoquín, vegetación ornamental e iluminación. Para la implementación del proyecto fue necesaria la reubicación de los buhoneros que estaban en el lugar quienes se resistían a salir del área. Para ello la municipalidad habilitó un espacio donde vender sus productos, el Mercado de Buhonerías, en las inmediaciones del Museo Antropológico cerca de la Plaza 5 de Mayo. Al concluir la obra no estuvo claro si iban a permitir el ingreso de los autos, los buses y taxis por esta vía. Al parecer había una intención de reabrir el tráfico motorizado en el Concejo Municipal pero en 1992 mediante una normativa alcaldicia se establece la restricción de vehículos y salvaguardar el proyecto de infraestructura.

En 1993 se inaugura la Peatonal de la Avenida Central con sendas entradas conmemorativas. Desde entonces, la avenida Central es uno de los espacios que son símbolos de la vitalidad urbana de la ciudad con un diverso catalogo arquitectónico que aun merece ser protegido y rescatado además de una activa vida comercial que se ha transformado y ajustado a los distintos devenires.

¿Se necesitan más calles exclusivas para los peatones en Panamá?. En muchas ciudades que son capitales provinciales existen calles comerciales y centros urbanos con características para la creación de estos espacios públicos como lugares de encuentro cívico y de recreación para la población. Incluso en algunos barrios de la ciudad de Panamá es posible estos oasis urbanos que pueden ayudar a la construcción de una ciudad más policéntrica.

La normativa panameña puede resultar ambigua y contradictoria pues quien administra las calles es el Ministerio de Obras Públicas (MOP) cuya visión de las calles es sólo para los vehículos, el tránsito y el tráfico: la ATTT; mientras que los municipios solo tienen jurisdicción sobre el espacio entre el cordón de la calle y las líneas de propiedad de los predios privados. Sería responsabilidad de los gobiernos locales acompañado por las agencias gubernamentales en la realización de proyectos de infraestructura, de diseño y gestión urbana que contemplen elementos para este tipo de proyectos como la accesibilidad universal, la vegetación, la iluminación, el rescate de edificios de interés arquitectónico, el fortalecimiento comercial de los negocios, etc.

Avenida Central de la ciudad de Panamá antes de la peatonalización.

Para la implementación de estas iniciativas se necesita una inversión en transporte público masivo, ya sea ferroviario (metro, trenes ligeros) o de buses (BRT Bus Rapid Transit) así como la movilidad no motorizada (bicicletas) que acompañen la movilidad y acceso a estos lugares.

Actualmente existe un movimiento de re-descubrimiento del valor de las ciudades peatonales y los impactos van desde la mejora de la vida urbana, de la actividad comercial, de las relaciones sociales comunitarias, de la contaminación ambiental, cuando ha resultado un ambiente urbano atractivo tanto para residentes, visitantes y turistas.

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