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- 03/01/2023 00:00
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Como se sabe, hay empresas que actualmente son las primeras de su sector y, al mismo tiempo, no tienen ningún activo para llevar a cabo esta actividad. Por ejemplo, Uber, es la compañía de taxis más grande del mundo y no tiene un solo taxi en su inventario. Otro ejemplo, Airbnb, es la empresa hotelera más grande del mundo sin tener ningún hotel, apartamento o propiedad de esta actividad. Estas empresas, entre otras, existen gracias a los milagros que nos deleita la evolución tecnológica que estamos viviendo en este mismo momento, y que ya hemos bautizado como la cuarta revolución industrial. Esta revolución también podría dar paso a un nuevo modelo de banca, el banco sin dinero.
La cuarta revolución industrial, en gran parte se transmitirá a través de una tecnología llamada blockchain, de la cual, prácticamente todo el mundo ha oído hablar, pero muy poca gente llega a entenderlo plenamente.
En resumen, blockchain es una tecnología que registra cada cambio en una base de datos de una manera inmutable y descentralizada. Aquí la clave es la palabra descentralizada, es decir, esta tecnología no está gobernada por nadie y la información se almacena en diferentes servidores de todo el planeta. Cuantos más servidores, más descentralizados y al mismo tiempo, más seguro será contra los ataques informáticos.
Por ejemplo, mediante blockchain, se podría comprar un apartamento sin los intermediarios que actualmente intervienen en esta transacción (agente inmobiliario, notario, banco, etc…). En realidad, usted estaría comprando un token, que sería una representación digital de un activo real, es decir, la tecnología blockchain está certificando que este token representa un apartamento en concreto.
Al mismo tiempo, la tecnología blockchain requiere que la moneda utilizada para adquirir este token esté escrita en un lenguaje criptográfico, de ahí el uso de criptomonedas. Las monedas actuales en circulación como el dólar todavía no son digitales, aunque el presidente de la reserva federal de EE. UU. ya empieza a realizar comentarios en sus discursos, donde describe el futuro nacimiento del dólar digital y los intervinientes que podrán distribuir esta moneda criptográfica oficial, la cual tendría como peculiaridad principal, la transferencia inmediata durante las 24 horas los 7 días de la semana.
En el momento de la aparición del euro o dólar digital, gracias a su tecnología, sería posible acceder a la moneda sin intermediarios y se intercambiaría entre particulares sin tener ninguna entidad financiera en medio, es decir, no estaría obligado a disponer de un banco para poder tener una cuenta en esta moneda, ni siquiera para poder transferir euros digitales a otras personas. De ahí la existencia de profecías que predicen un futuro muy complicado para todos estos intermediarios, incluso algunos hablan de la futura muerte de los bancos, notarios, agentes inmobiliarios y distribuidores en general.
Ciertamente, la tecnología blockchain está llegando como una apisonadora que obliga a los intermediarios a transformar su modelo de negocio con mucho esfuerzo de adaptación, evitando no aferrarse al antiguo modelo. El peligro para cualquier institución sería negar lo inevitable, dado que contrariamente a lo que parecería, protegerse sólo generaría el camino hacia su autodestrucción. Es fundamental pues prepararse, centrándose más en las nuevas funciones que se ganan con el nuevo modelo, que en las que se pierden.
Volvamos al ejemplo del apartamento tokenizado. Es posible que sea precisamente un banco, como institución que genera confianza, quien custodie o mantenga este activo virtual llamado Token que representa el apartamento, añadiéndolo dentro del portal de su banca en línea o aplicación móvil como un activo patrimonial más. Como derivada, si el cliente tiene la necesidad de adquirir un producto de crédito, el banco podría utilizar este activo digital como garantía para este préstamo que, además, se concedería de modo automático. Este ejemplo entre muchos otros, donde ni una sola unidad monetaria ha intervenido, es el que en estos momentos cualquier entidad financiera debería estar investigando profundamente, con el fin de prepararse para su evolución.
¿Quién será el primer protagonista en desarrollar este nuevo modelo bancario?, ¿Qué país?, ¿Qué institución?. Para responder a estas preguntas, debemos mirar el pasado, especialmente en momentos de cambios o apariciones de nuevas tecnologías, como por ejemplo el teléfono móvil, en este caso en particular, ¿Habríamos dicho hace 30 años, que iba a ser Finlandia con la empresa Nokia, quien iba a ponernos un teléfono móvil en el bolsillo? Lo más probable es que nuestra primera opción hubiera sido Japón o Estados Unidos. Por lo tanto, la respuesta a las preguntas de quién será el iniciador de este modelo de servicios blockchain en la industria financiera, no se resolverá a través de la entidad más grande o del país más poderoso, más bien, me atrevo a decir, que quien liderará este cambio, será quien tenga un equipo creativo e innovador, bien establecido en las bases de decisión de una entidad financiera y al mismo tiempo, esta entidad estará en un país que, con anticipación, habrá diseñado e implementado un marco regulatorio adecuado para poder desarrollarse libremente en la nueva revolución tecnológica.
Panamá ya cuenta con la reciente aprobación de una ley para activos digitales y también la FED ha realizado sus estudios de un entorno de dólar digital mediante un Banco Central de Moneda Digital (CBDC, Central Bank Digital Currency), que centralice y monitoree su tráfico monetario. Sin duda, ¡emocionante!