La catedral de la Inmaculada abre sus puertas

Actualizado
  • 20/02/2016 01:00
Creado
  • 20/02/2016 01:00
Considerada una de las catedrales más bellas de América Central, ha vuelto a ser el marco para las misas

Tras cinco años cerrada por reparaciones, ha abierto finalmente sus puertas la Catedral de la Inmaculada Concepción, en calle 5 y avenida Amador Guerrero, en la ciudad de Colón.

La iglesia de estilo neogótico americano, considerada una de las catedrales más bellas de América Central, ha vuelto a ser el marco para las misas y otros oficios religiosos de los feligreses colonenses desde hace dos meses, explicó monseñor Manuel Ochogavía, de la diócesis de Colón y Guna Yala, quien realizó las gestiones para llevar a cabo el proyecto de renovación.

‘Todavía hace falta un 5% de los trabajos, englobados en la fase 2, que se hará en el transcurso de este año, pero, sin cerrar las puertas', explicó Surse Pierpoint, gerente de la Zona Libre de Colón, entidad que donó $4 millones para la reparación, que contribuye a dar una ‘nueva imagen' a la deteriorada ciudad de la costa atlántica, y dar un empuje a la autoestima de los colonenses.

Las reparaciones incluyeron techos, fachadas, paredes y escaleras, mobiliario de madera (púlpito, confesionario, las puertas talladas alusivas a la pasión de Cristo y los altares laterales).

Igualmente, se repararon los vitrales laterales originales, traídos especialmente en la década de los 30 de los afamados vitralistas franceses Maumejean, con motivos alusivos a la virgen María y San Vicente de Paúl. Es uno de los pocos vitrales de esta casa en America Latina.

En la segunda fase, se restaurará la cripta-capilla para dar sepultura a los restos de los obispos y se adecuarán las campanas para que funcionen de forma electrónica. Esta etapa también incluye la iluminación exterior, explicó el arquitecto Manuel Choy, diseñador e inspector del proyecto.

Para asegurar la calidad del trabajo, el proyecto no escatimó costos. El piso se restauró con mosaicos de mármol blanco de la región de carrara y márbol negro de Marquina, España.

Las tejas, planas, y todos los materiales usados son de primera.

La construcción de esta iglesia se inició en 1929, con un presupuesto de $110 mil, producto de diversas donaciones gestionadas por monseñor Juan José Maíztegui, primer obispo de la ciudad de Colón, quien tuvo la idea de transformar la vieja iglesia de la Inmaculada Concepción en una catedral con todas ‘las de la ley'.

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