8 de marzo: día internacional de la mujer

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, conmemoramos la lucha de las mujeres por su emancipación y reivindicación de los derechos conquistados. Es importante resaltar que este no es un día de celebración, es una fecha en la que emulamos y evocamos el esfuerzo, el sacrificio, la lucha, el coraje de aquellas mujeres que nos anteceden, mujeres valientes que dieron incluso su vida por la emancipación y los derechos que hoy tenemos.

Es importante considerar la esencia de lo que representa esta fecha, que guarda en su génesis una serie de acontecimientos que marcaron la historia y devinieron en el repensar del rol de la mujer en el engranaje social.

El primero —y uno de los impactantes— de estos acontecimientos se da en Nueva York, en 1857, cuando las trabajadoras de una fábrica textil salen a las calles a protestar ante la precariedad laboral, una realidad que era evidente para todos, pero particularmente en el caso de la mujer trabajadora, los salarios estaban por debajo de lo que devengaban los hombres, por el simple hecho de ser mujeres.

En 1910, durante la II Conferencia de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, Clara Zetkin proclamó que se designara internacionalmente una fecha para el día de la mujer trabajadora, propuesta que fue acogida y aprobada de manera unánime por mujeres asistentes al evento representantes de diecisiete países.

Un año después de los acuerdos de Copenhague, el 19 de marzo 1911, por primera vez, se conmemora en Alemania, Dinamarca, Australia y Suiza el Día de la Mujer Trabajadora. Seis días después —pero en 1857—, el 25 de marzo, en los Estados Unidos, Nueva York, un grupo de trabajadoras de la fábrica de Triangle Shirtwaist se encontraban en huelga, sus exigencias iban desde mejores condiciones laborales hasta salariales. Ante el proceder justo de las trabajadoras, fueron encerradas en la fábrica por los propietarios al momento que se producía un incendio. La consecuencia de esta cruel acción fue la muerte de decenas de trabajadoras, la mayoría eran migrantes.

En otro momento histórico, tras la muerte de dos millones de soldados durante la guerra, el 23 de febrero de 1917, las mujeres rusas se van a huelga en demanda de pan y paz. Como resultado de este movimiento, el 27 de febrero, se otorga a las mujeres rusas el derecho al voto. En ese contexto también abdica el zar de Rusia.

La realidad de estas y tantas otras mujeres alrededor del mundo dio pie a una serie de acontecimientos históricos que pretendían la reivindicación de los derechos y la emancipación de la mujer. Gracias a esto y a la lucha continua de las organizaciones de mujeres, en 1975, la Organización de Naciones Unidas reconoció el 8 de marzo como el Día Internaciones de la Mujer.

Pero la lucha sigue, queda mucho camino por recorrer. Aún persisten los problemas y situaciones que atraviesan los cuerpos de las mujeres. Una realidad que se agudizo con la pandemia por la covid-19, la cual dejó en evidencia el tema de la violencia doméstica y de género, los femicidios, entre tantos otros problemas a los que se reaccionó de manera distinta a otras épocas. En consecuencia, como suele suceder históricamente, y parafraseando a Simone de Beauvoir, “las mujeres somos tres veces afectadas”.

La pandemia con el consecuente confinamiento develó aquellos problemas que siempre han estado presentes en la sociedad panameña y que con la llegada de la covid-19 se han incrementado y visibilizado considerablemente.

La violencia de género y la violencia doméstica, entendida en sus distintas denominaciones, es un flagelo que ha estado y está presente en la vida de las mujeres y niñas panameñas, en donde las cuestiones de raza-etnia y clase junto a los de género atraviesan sus cuerpos particularmente. En Panamá, las denuncias registradas contra el orden Jurídico Familiar y el Estado Civil nacional están constituidas por la violencia doméstica, maltratos de niños, niñas o adolescentes, delitos contra la identidad y tráfico de menores de edad, delitos contra la familia y maltrato al adulto mayor. Los datos obtenidos del Ministerio Público de Panamá señalan que para el 2018 se reportaron 18,611; para el 2019, se registran 20,379 denuncias; para el 2020, un total de 17,824 denuncias; para el 2021 se registran 21,792; para el 2022 se registran 22,603 denuncias casos contra el orden jurídico familiar y el estado civil.

En cuanto a la violencia doméstica, particularmente, se registraron 15,123 durante el 2020, a nivel nacional. En el primer trimestre del año 2020 se interpusieron 4,225; mientras que en el segundo trimestre se presentaron 2,893. Para el tercer trimestre hubo 3,888 y para el cuarto trimestre (octubre, noviembre y diciembre) 4,117. Estos datos muestran que, durante el segundo trimestre de 2020, de abril a junio, el número de denuncias disminuyó considerablemente, periodo en el cual fue más rígido el confinamiento y las restricciones de movilidad.

Esto no quiere decir que los casos de violencia de género hayan disminuido, por el contrario, implica que durante ese periodo se dieron una serie de condiciones que imposibilitaron el acercamiento de las víctimas a las instituciones para interponer denuncias. Ejemplo de lo anterior fue no contar con el tiempo suficiente y necesario que permitiera a estas mujeres acercarse a la institución e interponer la denuncia; no contar con los recursos económicos que le permitieran tener acceso a las plataformas para interponer las denuncias, o no contar con un lugar seguro donde refugiarse, entre tantas otras cuestiones que pueden impedir que las víctimas pudieran interponer las denuncias. Porque durante la cuarentena muchas de las víctimas estaban bajo el mismo techo con sus agresores, lo que, por supuesto, pone en peligro su vida.

Los casos de femicidio reportados en Panamá entre los años de 2018 y 2022 tuvieron una tendencia al alza. Para el año 2018, se registraron 20 femicidios. Mientras que en el 2019, se registraron 25 femicidios a nivel nacional y para el 2020, año de la pandemia y del confinamiento, se registraron 31 femicidios; para el 2021, se registraron 22 femicidios y para el 2022 se dan 21 femicidios.

Ante este panorama, vemos con preocupación cómo con la llegada de la pandemia se incrementa la violencia de género considerablemente, ya que muchas de las mujeres y niñas durante el periodo de confinamiento estaban bajo el mismo techo que su victimario, lo que evidencia cómo, en algunos casos, aquellos logros y avances alcanzados durante largo tiempo se vieron afectados. Nos recuerda que hoy más que antes debemos emular a aquellas que lucharon y continuar por nuestros derechos.

Así, el 8 de marzo es un día de conmemoración y no de celebración. Lo cierto es que a la fecha se han conquistado muchos derechos: sí, actualmente como mujer puedes votar, puedes divorciarte, utilizar métodos anticonceptivos, denunciar el acoso sexual y laboral, disponer de un salario digno; sí, puedes elegir tu profesión, llevar pantalones, tener la custodia de tus hijos e hijas, entre muchos otros derechos. Lo que debemos recordar es que esto ha sido posible por la lucha de las mujeres, a la lucha feminista. Es una fecha para recordar y rendir honor a aquellas mujeres que lucharon y, sobre todo, es nuestro deber reflexionar sobre nuestros derechos y la realidad en la que vivimos.

La autora del Académica de la Universidad de Panamá. Departamento de Filosofía