• 02/07/2024 23:00
Entrelíneas

Asamblea

El mandato de la sociedad no es que unos mandan sobre otros, sino que ninguno tiene el control de la Asamblea y los obliga a negociar

La conformación de la junta directiva de la Asamblea estuvo marcada por dos corrientes. No es pecado, pero parte de una realidad que será insostenible en el tiempo. El Legislativo es un órgano colegiado, que requiere de la negociación y eso conlleva conversaciones entre sus miembros. Si esas negociaciones y conversaciones se hubiesen dado sin la radicalización de posiciones, hoy la junta directiva fuese conformada de consenso y quizás ninguno de los escogidos estuvieran en esos cargos. El mandato de la sociedad no es que unos mandan sobre otros, sino que ninguno tiene el control de la Asamblea y los obliga a negociar. Así tendrá que ser cuando cada uno de los diputados electos presente un anteproyecto de ley, que tendrá que negociar con sus colegas el apoyo a su propuesta. Vienen las comisiones y aquí también se impone el consenso. La nueva Asamblea tiene que autopurgarse, aliviar su carga de emplanillados que nada hacen, salvo cobrar un cheque porque es o era ficha de un diputado. Ya se empezó dando un mensaje con el recorte del presupuesto. Primero será no usando el dinero asignado para 2024, pero a partir del 2025 será con un presupuesto acorde a sus funciones y no al clientelismo. Por delante vienen leyes de suma importancia para el país y lo que menos queremos es diputados que se la pasen gritando en el período de incidencias, pero no logran pasar sus leyes, porque son incapaces de consensuar. Entiéndase, el mandato del pueblo es que nadie tiene el control y están obligados a consensuar. ¡Así de simple!

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