Rompamos el mito

E s hora de romper el fatídico mito. Aunque sea un reo quien acuse a Víctor Benavides, la Asamblea Nacional debe investigar. Al magistrado se le acusa de supuesta venta de fallos y de actos de pedofilia. La noticia ha sido uno de los escándalos del momento y ha ocasionado que todos los reflectores apunten, lamentablemente, otra vez a la Corte Suprema de Justicia. Simultáneamente, ha vuelto a cobrar fuerzas un secreto a voces: la Asamblea no juzga a la Corte para que los magistrados no hagan lo mismo con los diputados. La sociedad está dividida al discutir si las acusaciones del otrora jefe de seguridad son válidas por el hecho de que se trata de un convicto que decide hablar años después. Unos dicen que la compleja situación del acusador lo invalida, otros señalan que no hay una denuncia formal que respalde la apertura de un proceso. Una cosa es cierta: es la Asamblea quien tiene la posibilidad ahora de engrandecerse o de, una vez más, quedar en deuda con el pueblo que la eligió. Los diputados no pueden hacerse de oídos sordos ante lo que se ha dicho. Deben investigar, no importa quién haya señalado al magistrado. Si la denuncia no tiene sustento, entonces, el caso morirá en la cuna; en cambio, si las acusaciones son ciertas, todo el peso de la Ley se debe aplicar. Que la forma no sea una excusa para analizar el fondo, señores diputados. Demuestren que su interés está en la Patria. Es hora de acabar con el fatídico mito.