Inflación no es excusa

Los argumentos parecen sobrar. La medida de reducir el salario mínimo en los supermercados, no tiene sostenibilidad coherente. Dos hechos le restan la razón: lo primero es que se creó una subcategoría especial para segregar a las grandes cadenas del aumento , y lo segundo, que para remediar el mal, el Ejecutivo niveló hacia lo menos favorable al obrero. En lugar de llevar a los supermercados al nivel considerado justo para el resto de las grandes empresas, decidieron retrotraer a los demás a la reducción. Aún más desagradable es que lo hicieran el 30 de diciembre. Pero peor es que, haciendo gala de poca transparencia, el gobierno no explicó nada sobre el particular, hasta que la información se publicó en los medios y que ahora la excusa para acomodar a los supermercados sea evitar la inflación. Es inaceptable la respuesta, porque fue precisamente esa la advertencia de los empresarios y el gobierno la desestimó en público. La inflación vendrá de todas formas, pues los que se dedican al comercio al por mayor, que elaboran los productos, tendrán que ajustar sus costos. ¿O es que la inflación es solo un asunto del supermercado?