Error político

La pérdida del orden institucional ha sido el error político más grave cometido por CD. Esta administración concluye el año con balance negativos en torno a las afectaciones a la legalidad y la legitimidad de muchas de sus decisiones. Se cruzaron con desdén los límites entre el derecho y el poder. En consecuencia, en medio de las fiestas de fin de año, la sociedad civil lamenta las consecuencias de una administración que actuó de espalda al consenso y afectó la eficacia del funcionamiento de las instituciones. El Ejecutivo tomó decisiones ‘de facto’ para apurar proyectos económicos; debilitó la confianza política en los procesos democráticos; ignoró acuerdos de diálogos y el resultado ha sido una República neo-institucional que ya no recuerda qué institución rige qué cosa, pues se movieron a los antojos de un gabinete contrario a la institucionalidad. Un error político que podría costarnos la democracia.