El acuerdo alcanzado por Israel y Hamás es un primer paso para poner fin a la catástrofe que estaba teniendo lugar en la franja de Gaza. Aunque el mundo, casi unánimemente, celebra el inicio de este proceso, la esperanza de la paz no puede esconder el monstruoso costo humano que ha dejado hasta ahora el conflicto. Como lo ha denunciado la ONU y lo reconoce la Unión Europea, Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional, Gaza quedó arrasada por los bombardeos israelíes, incluyendo la destrucción total de sus hospitales, escuelas y centros de ayuda humanitaria. La guerra dejó 1,9 millones de desplazados palestinos y un territorio casi inhabitable luego de un asedio que la comunidad internacional jamás debió permitir. Las pérdidas de vidas son devastadoras: 1.200 israelíes y más de 46.500 palestinos. Los crímenes cometidos durante este conflicto y que se discuten en los tribunales internacionales deben terminar en condenas para los responsables.
Queda mucho trabajo para que termine la barbarie. Un cese al fuego permanente, el retorno de los ciudadanos israelíes secuestrados por Hamás, el ingreso urgente de ayuda humanitaria a Gaza y el retorno de los palestinos a sus hogares en la franja y Cisjordania, debe ser la prioridad del concierto de naciones. Panamá, ahora con un puesto en el Consejo de Seguridad, enfrenta una enorme responsabilidad de dar su aporte por esa anhelada paz.

Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber

En la plaza toca:

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