Un análisis crítico de Panamá

En la encrucijada de la historia actual de Panamá, la distinción entre el ser y el deber ser, un concepto filosófico que se remonta a los pensadores antiguos como Sócrates, Platón y Aristóteles, se presenta como una herramienta analítica crucial. Esta bifurcación conceptual nos permite examinar la realidad tal y como es (el ser) en contraposición a cómo idealmente debería ser (el deber ser), ofreciendo así una perspectiva profunda para entender y abordar los dilemas éticos y políticos que enfrenta Panamá en este 2023.

El “ser” de Panamá, observado a través de un prisma realista, revela un panorama de retos políticos y sociales profundos. La corrupción, un flagelo que aqueja a innumerables sociedades, se mantiene como un desafío significativo, minando la confianza pública en las instituciones del Estado. Por otro lado, las brechas económicas y sociales, intensificadas por las secuelas de la pandemia global, siguen definiendo el escenario social del país.

En contraste, el “deber ser”, inspirado en ideales de justicia y equidad, propone una ruta alternativa y deseable.

La visión de Aristóteles sobre la “polis”, como una comunidad que busca el bien común, resuena fuertemente en este contexto. En un Panamá ideal, veríamos una sociedad más igualitaria, donde el gobierno opere con una transparencia y responsabilidad inquebrantables, buscando siempre el bienestar colectivo.

Este estado ideal no es una mera fantasía, es un objetivo viable a través de una gobernanza efectiva y el respeto irrestricto al Estado de Derecho.

La historia está repleta de ejemplos de sociedades que se han reinventado, y Panamá no está condenada a ser la excepción. El cambio se ancla en la acción colectiva y el compromiso cívico, fundamentados en los valores de la democracia y la justicia social.

En resumen, aunque el “ser” de Panamá en la actualidad presenta desafíos significativos, el “deber ser” nos ofrece una visión de esperanza y transformación.

Es imperativo que los ciudadanos y líderes de Panamá se inspiren en las enseñanzas de los grandes pensadores de la antigüedad, aplicando estos principios dentro de un marco legal y ético. Solo a través de esta síntesis entre la tradición filosófica y la práctica contemporánea, Panamá podrá superar sus retos actuales y construir un futuro más justo y próspero. Esta metamorfosis, aunque ardua, es esencial para el avance y la estabilidad de la nación, marcando el inicio de un nuevo capítulo en su historia.

El autor es abogado.