• 28/09/2024 13:15

Tversky se merece su Nobel póstumo

Tversky murió en 1996 de melanoma maligno. Como el Premio Nobel no se puede otorgar póstumamente, Kahneman tuvo que aceptarlo individualmente en 2002

Daniel Kahneman murió el pasado 27 de marzo a la edad de 90 años. Sus ideas sobre el pensamiento y el comportamiento humano se infiltraron en campos que iban desde la salud pública hasta la política, desde los juegos de azar hasta el béisbol. Su impacto fue quizás más dramático en economía, disciplina por la que ganó el Premio Nobel en 2002. Siempre bromeó sobre el hecho de que nunca tomó una clase de economía y que su influencia en ese campo se debió en su totalidad a su compañero de investigación, el psicólogo israelí Amos Tversky. Juntos pasaron interminables horas durante las décadas de los 60 y 70, proponiéndose mutuamente escenarios hipotéticos que podrían identificar lagunas en la racionalidad humana.

Tversky murió en 1996 de melanoma maligno. Como el Premio Nobel no se puede otorgar póstumamente, Kahneman tuvo que aceptarlo individualmente en 2002. Pero todos, especialmente Kahneman, sabían que era por el trabajo que habían realizado ambos.

El trabajo de Tversky y Kahneman en última instancia desafió la antigua creencia en economía de que los humanos son criaturas lógicas que maximizan valor. A través de una lista larga de escenarios de investigación creativos e ingeniosos que ambos diseñaron, demostraron que esta suposición a menudo es falsa. Por ejemplo, pregúntele a alguien qué preferiría tener $500 garantizados o una oportunidad 50/50 de ganar $1,000. La mayoría de nosotros optaríamos por la seguridad de la primera opción. Pero luego haga la misma pregunta de una manera ligeramente diferente: ¿preferiría perder $500 con seguridad? o haga una apuesta 50/50 de perder $1,000. De repente, para la mayoría de las personas, sus respuestas cambian. Una pérdida garantizada no sienta demasiado bien. Y, sin embargo, en términos económicos, es la misma pregunta formulada, sólo que de una manera ligeramente diferente. Tversky y Kahneman revelaron que es la formulación de un escenario lo que afecta nuestra respuesta al mismo, más que un análisis objetivo de los riesgos. Esta simple idea incendió el campo de la economía durante los siguientes cincuenta años.

A ambos siempre les llamó la atención los temas de juicio y toma de decisiones. El juicio consiste en estimar (o adivinar) magnitudes y probabilidades. ¿Qué posibilidades hay de que un empresario multimillonario sin experiencia en política ni gobierno sea elegido presidente? La toma de decisiones radica en cómo elegimos, especialmente cuando hay incertidumbre (es decir, casi todo el tiempo). ¿Qué debemos hacer ahora? Tversky y Kahneman demostraron que, en ambos ámbitos, los seres humanos difícilmente se comportan como si fueran personas capacitadas o intuitivas. Más bien, sus juicios y decisiones se desvían de maneras identificables de los modelos económicos idealizados y cuando se enfrentan a una decisión que implica incertidumbre, piensan en la cantidad que se ganarán (utilidad esperada) en relación con un punto de referencia, como riqueza o status actual.

La importancia de la investigación de Tversky y Kahneman puede transmitirse fácilmente por el número de citas que han recibido sus principales artículos. En la literatura, la mayoría de los artículos académicos reciben sólo unas pocas citas. Recientemente se ha estimado que la mediana del número de citas de un artículo en ciencias sociales es cinco (Patience et al., 2017). En comparación, dos de los artículos de Tversky y Kahneman, divulgados en 1974 en la revista Science y 1979 en la publicación Econométrica, han recibido más de 50 mil y 80 mil citas, respectivamente (según las estimaciones de Google Scholar). Su artículo Econométrica es el artículo en economía más citado de la historia.

La razón del éxito de Tversky y Kahneman no es un reflejo de su creación de ideas radicalmente nuevas. Muy por el contrario, surge de proponer ideas transformadoras pero accesibles, aprovechar la investigación existente, recopilar una gran cantidad de evidencia empírica y mantener la compatibilidad con los principios económicos. De allí que ahora, a medida que los economistas continúan explorando el comportamiento humano, les corresponde investigar la naturaleza adaptativa de los conceptos identificados por Tversky y Kahneman, integrando al mismo tiempo las ideas modernas de la teoría económica con los hallazgos empíricos de otras ciencias del comportamiento.

Sin duda, la asociación intelectual entre Tversky y Kahneman fue extraordinaria en términos de su impacto científico. Fueron los Lennon y McCartney de las ciencias sociales. Y también los padres de la economía conductual, por demostrar que el cerebro humano a menudo lleva a las personas a fines irracionales. Por eso, en un mundo como el actual, con tantas suposiciones desatinadas y planteamientos irracionales, donde la mayoría de la gente no sabe reconocer entre lo bueno y lo malo, lo correcto de lo inexacto, es el momento preciso para otorgar el premio Nobel póstumo a Amos Tversky.

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