• 25/07/2021 00:00

Tú

“Te fuiste a un mejor lugar, hice lo que pude en mi corcel para poder salvar tu alma y espíritu, pero, por cosas del destino, solo quedará en mi memoria lo bello que hiciste tú en mí […]”

El vacío que había, se esfumó, no quedó nada de eso al tenerte cerca, escuchar tu voz, verte directamente a los ojos y con una sonrisa decirme: “Hola, ¿cómo estás?”.

Un recorrido de una hora se hizo segundos para ir intercambiando ideas, opiniones, fue fantástico que en un tiempo tan corto se hubiesen recortado inseguridades, que sumara plena confianza en hablar sin miedos y reír sin titubeos.

Verte a la distancia caminar, hacía que se detuviera el tiempo, en cada paso tocabas tu cabello de lado, yo no escuchaba nada, todo quedaba en silencio, dando paso al sonido de mi corazón acelerarse al saber que venías hacia mí, claro que mostraba tranquilidad con una emoción que a cada segundo quería expresar, tu sonrisa, tu voz y tu mirada me desarmaban por completo.

Esa y muchas cosas más hacías tú en mí, moviste un corazón que estaba cansado de intentar, casi entregado a la soledad eterna, donde solo quedaría la simple rutina del vivir sin tener un porqué y un por quien ser mejor en todo, eso lo hiciste tú y nadie más lo hará.

Mis sentidos y mi corazón estaban prestos para ti en la distancia, estaban concentrados en ti al tenerte a mi lado, no sé qué hiciste, no sé qué eras, pero eres lo mejor que me ha pasado en mi existir.

Todos mis días eran sueños de felicidad, fuera invierno o verano, no existen rosas ni presentes que representen lo que eres tú, toda belleza completa, en alma, cuerpo y espíritu; sé que nada es perfecto, pero para mí eres lo más cercano a eso, lo indescriptible, lo mejor, lo todo, lo bello y si alguna vez en mi corazón albergué un sentimiento puro y perfecto fue por ti y solo para ti.

Tus manos en mis manos, en mi rostro hacían que pudiera tocar el cielo, dudaba muchas veces en si en verdad eras real, si era un sueño poder sentirme así, que tú hicieras tanto en mí con tan poco esfuerzo; que sin dudar no sabía si era suficiente cómo demostraba lo que me hacías sentir e hiciste vivir tú, mujer hermosa.

Te fuiste a un mejor lugar, hice lo que pude en mi corcel para poder salvar tu alma y espíritu, pero, por cosas del destino, solo quedará en mi memoria lo bello que hiciste tú en mí; en la eternidad siempre estarás en mi corazón, porque no quiero a más nadie en mi vida que no seas tú, y, donde estés, quiero que sepas que este corazón se fue contigo y que palpitará para siempre en la eternidad para ti y solo por ti.

Administrador de empresas.
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