Tiempo de Navidad

“Navidad es una fiesta anual que conmemora el nacimiento de Jesucristo y que se celebra principalmente el 25 de diciembre como fiesta religiosa y cultural entre miles de millones de personas de todo el mundo”, (Wikipedia. 9 diciembre de 2024. Navidad).

Al sentir la suave brisa a finales del mes de noviembre, los abuelos decían “pronto llegará Navidad, época para compartir en familia, amigos y vecinos”.

Viajar a la ciudad, en la década de 1980, era el paseo del año y se esperaba con ansias. La carretera Panamericana era de dos carriles. Pasar por el Puente de las Américas era una maravilla, contemplar el mar azul y en el horizonte, los barcos. La terminal de buses del interior estaba ubicada en la Avenida B.

Itinerario y lista de compras era la estructura de desglose de trabajo para distribuir el tiempo y recorrer los almacenes ubicados en la Avenida Central donde la atracción eran las escaleras y los juguetes. Contemplar los pocos edificios altos que sobresalían en los corregimientos de Calidonia y Bella Vista. El majestuoso Museo Antropológico Reina Torres de Araúz ubicado al frente de la Plaza 5 de Mayo. Ver los casarones del área de Santa Ana y caminar por la Bajada de Salsipuedes.

Decidir por almorzar en los restaurantes de comida rápida era emocionante y sobre todo pasear en el transporte público, los buses tenían diseños y colores relacionados con la idiosincrasia del país.

Abordarlos para recorrer las calles de la ciudad era sumergirse en el ambiente navideño y la alegría de sus pasajeros cuando los veías tarareando letras de canciones como: “Cantemos” interpretada por Willie Colón y Héctor Lavoe, “Cantemos en navidades, brindemos en año nuevo, también a los reyes magos, cantando amaneceremos...”.

Deleitarse con las galletas que preparaban las panaderías establecidas en el área era una diversión.

Al pasar los años, la Avenida Central, fue convertida en una calle peatonal pero continuaba siendo el paseo del año. Devolverle su esplendor redefiniendo sus antiguos espacios peatonales garantizando la sostenibilidad medioambiental, social y económica podría convertirla en una tacita de oro. Revisar las lecciones aprendidas de transformaciones urbanas realizadas en ciudades de Norteamérica podría contribuir a mejorarla sin olvidar las leyendas que albergaron sus calles desde el siglo XIX.

La música era el preámbulo al tiempo de navidad y en el barrio las personas utilizaban el famoso tocadisco manual, con su disco de 12 pulgadas. Entonando los clásicos de salsa navideña mientras pintaban su casa las diferentes generaciones de la familia (abuelo, hijos y nietos).

Grandioso sería que las familias preserven sus tradiciones navideñas, visiten los lugares históricos para reencontrarse con sus raíces y continúen compartiendo esas anécdotas con las nuevas generaciones.

Revisar tu antepasado te acerca a tu familia y valoras tu país cuando lees las líneas de la poesía “Patria” escrita por Ricardo Miró: “La Patria son los viejos senderos retorcidos; que al pie, desde la infancia, sin tregua recorrió; en donde son los árboles antiguos conocidos; que al alma nos conversan de un tiempo que pasó”. Aprendes a agradecer por todo lo que tienes en este terruño.

Ir escribiendo tu historia te enseñará tus casos de éxito del pasado, disfrutarás tu presente y visualizarás tu futuro. Atesorar los momentos de la época de la Navidad es como sembrar una semilla dentro de tu corazón que poco a poco irá creciendo brindándote luz, paz, amor, alegría y prosperidad para tu vida, es tener presente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en todo momento.