La corrupción ha sido identificada como el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social del país por la ciudadanía y por organizaciones internacionales,...
- 18/06/2012 02:00
La suma de los esfuerzos
E ntre las líneas sueltas que escribo cuando estoy en reuniones, las que se me ocurren cuando los tranques me limitan, escuchando la radio, o simplemente tratando de formular las ideas para mis aportes semanales, encuentro ideas sin terminar que muchas veces no recuerdo qué las provocó.
Me he enviado notas al correo cuando me asalta una idea en la calle. Al revisarlas, muchas veces, no merecen mayor seguimiento o el tema es tratado en algún otro medio, incluyendo los electrónicos, como elementos de apoyo o comentarios a noticias o artículos con mayor conocimiento o hasta a veces mejor humor de lo que pueda tener yo. Rescato y amplío algunas de estas ideas para que no terminen en el basurero digital. Hay dos notas que quiero resaltar antes de profundizar en el tema de los medios de comunicación social y su realidad.
Primero: garabateé en una hoja que la canasta básica, el trasporte y los otros indicadores para que la clase trabajadora pueda salir a producir se han triplicado en tan solo dos años y los medios andan ocupados con los ‘realities’ y programas banales. Segundo: ¿cuándo los políticos o las figuras públicas dejarán de darle vuelta a la realidad y afrontar la verdad de sus actos y decisiones? Es decir, si las empresas y los gobiernos hicieran las cosas bien, con honestidad, no tendrían que tener tantos voceros mediáticos que salen a defender (muchas veces lo indefendible). Lo más probable es que pudieran conducir el día a día de sus funciones y alcanzar mayores objetivos.
Parece irreal que, en medio de las contrariedades y traumas sociales que vivimos y que en medio de las necesidades de seguridad y de la búsqueda de responsabilidad (para ver si al fin podemos dar inicio a un proceso de limpieza de las instituciones del Estado), día y noche en los programas de opinión, en los noticieros de televisión y en todas partes, los medios de mayor influencia a nivel nacional, insisten en la promoción de un programa de baile y sueños, astutamente diseñado, argumentando el apoyo a alguna causa de características nobles y humanos, pero que en el fondo, su objetivo fundamental son el ‘rating’, el lucro y la ventaja económica.
A pesar de los que exaltan el crecimiento económico del momento, la sociedad panameña experimenta traumas en ese ajuste necesario ante lo que todos percibimos como un cambio dramático en el costo de la vida. Igualmente, en estos momentos persisten las heridas profundas y de causales estructurales que merecen una actitud de introspección de todos y en particular de los que tienen responsabilidades de conducción de la cosa pública. Eso involucra también a los que tienen control de los medios.
Creo necesario señalar, como comunicador y como observador del entorno social, sus problemas y sus necesidades; puntualizar que estoy convencido de que para dar inicio a un proceso disciplinado, lógico y sostenido que nos encamine hacia una sociedad desarrollada y vencer las amenazas y problemas que enfrentamos como nación, es necesario reconocer que la política actual no es beneficiosa para el país. Debemos enfocarnos en trabajar para alcanzar los objetivos y las metas necesarias para corregir el rumbo. Que todos veamos el peligro que significó el rechazo a la ley de cultura y el descuido de los ahorros de la Nación. Los medios, los benditos medios de comunicación, deben servir de plataforma de impulso constante y continuo, para alcanzar estos objetivos.
En algún momento decíamos que el proceso de globalización y sus políticas generalizadas han llegado a nuestras naciones pobres con sus estrategias de comunicación masificadas en donde supuestamente proponen atender las insuficiencias de desarrollo de nuestros países con recetas globales y fórmulas sistematizadas. Esto constriñe los esfuerzos de nuestras naciones —si es que los hay— en la constitución de sus propias estrategias de comunicación que buscan valorar, desarrollar y explotar en su justa medida, su herencia y peculios culturales, sus condiciones económicas y sociales, la valía de sus activos como nación, para su propio beneficio y ante todo, para forjar su propia visión de Patria.
Desafortunadamente esta cultura de globalización ha alcanzado a los medios de comunicación de nuestros países latinoamericanos: y en particular las panameñas, desviándolos en lo que debiera ser sus objetivos primarios y fundamentales al servicio de sus pueblos y de sus naciones. Los medios de comunicación son un negocio y operan bajo los conceptos y las premisas básicas como tal. Esa es su verdadera naturaleza. Y la realidad es que todos los demás factores son secundarios a los objetivos de negocios. Los programas de bailes o cantos vienen fabricados desde afuera y dentro de ese marco sociocultural.
Si pudiéramos todos bailar o cantar para enfrentar nuestros sueños y resolver los problemas de reestructuración social, económica, cultural y política que merecemos todos como nación, entonces bailemos y cantemos. La realidad que enfrentamos como sociedad, sumados a un sentimiento de impotencia, insatisfacción y duda, han puesto de manifiesto las necesidad reales de cambio en las estructuras administrativas de las entidades nacionales, a fin de dar inicio a un proceso de adecentamiento de la administración pública y de todas las instituciones por igual.
Sería conveniente examinar en ese mismo sentido las necesidades reales de cambio del papel de los medios para sumar todos los esfuerzos mediáticos en razón y al servicio exclusivo de las auténticas necesidades de la sociedad.
COMUNICADOR SOCIAL.