Sindicato de Periodistas, un gremio en decadencia

El periodismo en Panamá ha escrito páginas de oro, desde la independencia de nuestro país de España, donde valientes periodistas y escritores hicieron significativos aportes tal cual lo señalé en el primer artículo publicado hace unas semanas en La Decana.

Como periodista idóneo y profesor de Periodismo de la Universidad de Panamá, le explico a los participantes las realidades del ejercicio y lo hago en base a la experiencia que adquirí cuando laboré en varios medios radiales y prensa escrita.

En mi amplia carrera, tanto en la praxis como en la academia, abogamos por la unidad colectiva, pluralista e ideológica, abrazamos el compromiso con nuestra sociedad por la construcción de un nuevo periodismo, en democracia y con justicia social.

En el artículo anterior abordé con mucha responsabilidad todos los logros obtenidos cuando ocupé por tres periodos la secretaria general del otrora combativo y glorioso Sindicato de Periodistas de Panamá, con juntas directivas de periodistas intelectuales y reconocidos en el ámbito nacional e internacional:

Norma Núñez Montoto, Guillermo Rodolfo Valdés, Euclides Fuentes Arroyo, Baltazar Renán Aizpurúa, Adán Castillo Galástica, Iván Zurita, Mario Velázquez, Rafael Zarzavilla, Luis “Lucho” Vejarano, José López Palma, José “Checo” González, Rubén Darío Murgas, Luis “Chevos” Ardines.

No cabe duda, hoy el periodismo se encuentra en una etapa de trance. Hay realidades ineludibles, como los bajos salarios, seguridad social y estabilidad laboral, reglamentación de la profesión y por ello se impone la perversa frase “La mejor Ley de Prensa es la que no existe”, a parte de que el gremio ha permitido complacientemente que extranjeros ocupen direcciones de noticias en algunos medios.

Ello es ilegal, irresponsable y da a entender que en nuestro país no hay profesionales idóneos, periodistas capaces para ocupar esas posiciones, en una época como dirigente esa situación no ocurrió, libramos luchas en las calles y sacamos del país al periodista Gustavo Gorriti, quien ejercía como director editorial del Diario La Prensa, independientemente de que era un buen periodista.

Debo señalar que hay corrientes de opinión que no provienen precisamente de periodistas que se inclinan por considerar el periodismo una profesión inherente a lo precario, éste concepto erróneo, lejos de fortalecer la libertad de expresión y cumplir una función social, transita en su contra, socava tanto las relaciones laborales en general como los derechos profesionales de los periodistas, lo cual camina en vía contraria de una auténtica democracia.

Debemos colectivizar la defensa de nuestro derecho y tomar conciencia acerca de nuestras responsabilidades, jamás aislarse en la estéril lucha del individualismo y oportunismo, ser generadores, forjadores, y defensores de la verdad (la objetividad en el periodismo no existe). No podemos aceptar el vergonzoso papel de perceptores pasivos de la información distorsionada política e ideológica.

Históricamente, podemos citar dignos ejemplos en los cuales la profesión se consagró jerarquizando el concepto revolucionario, la solidaridad, la ética, dándole un lugar de honor a la esperanza del hombre de a pie, el papel del periodismo como profesión y también el de los medios como eje de acción social se define no sólo por la producción de noticias o por su comunicación pública de compromiso.

Como observan, el periodismo está lleno de ricas historias de colegas que lucharon por el periodismo de jerarquía y de altura y en sindicato que enarboló luchas históricas de reivindicaciones. Y mencionamos otras figuras que se nos escaparon en el artículo anterior.

La Escuela de Periodismo, que fue creada por el prestigio que tenía el sindicato, siempre fue celosa de que el periodismo debe ser ejercido por quienes saben de periodismo y en consecuencia deben ser periodistas, como decía Platón, discípulo de Sócrates: “La nave debe ser gobernada por quienes saben”.

En el artículo anterior, destaqué importantes bardos periodistas fundadores y exsecretarios y expresidentes de gremio y que le dieron prestigio a la profesión, debo mencionar: Domingo H. Turner, Jorge Turner, Luis Estribí, Ramón Jiménez Vélez, Rodrigo “Cañita” Correa, Álvaro Menéndez Franco, José Franco, Orlando Kivers.

Es lamentable y vergonzoso que en las últimas elecciones del Sindicato de Periodistas de Panamá, votaron 97 miembros a nivel nacional, se refleja una decadencia, falta de liderazgo de un gremio con más de 74 años de fundación, no se merece la crisis que en estos momentos atraviesa por la tozudez de un minúsculo grupo, sectario que no entiende que hay que darle la oportunidad al relevo generacional, como en una época lo hizo el suscrito.