• 26/12/2009 01:00

Sheila Lichacs en la encrucijada de la ciencia frente al milagro

El extraño caso de la enfermedad de Sheila Lichacs, una connotada representante de la plástica nacional, nos llama a la meditación, a la...

El extraño caso de la enfermedad de Sheila Lichacs, una connotada representante de la plástica nacional, nos llama a la meditación, a la reflexión. Nosotros consideramos que el ser humano fue diseñado para tener conciencia de la existencia del cosmo y de sí mismo, con la virtud de que con su inteligencia pudiera investigar y sacar sus propias conclusiones sobre el porqué de los fenómenos físicos o espirituales que se le presentan en el corto tiempo de su existencia; pero no siempre eso se logra, porque, a pesar de todos sus esfuerzos, no le es posible en un momento dado descifrar la razón de ser de un fenómeno científico o espiritual. Entonces, muchos acuden al recurso del milagro, fenómeno que se define como un hecho sobrenatural debido al poder divino, tal como sucedió con la resurrección de Lázaro según las Sagradas Escrituras.

Adjunto al milagro se encuentra la milagrería, que es una narración de hechos maravillosos que el vulgo toma como milagro, al creer en las ridiculeces de la astrología y en la influencia maligna de cometas y eclipses, situación que afortunadamente ha sido bastante superada en la época actual.

Hemos hecho estas reflexiones, debido a los comentarios que indudablemente surgirán, ya sean en pro o en contra, si se considera el caso de Sheila Lichacs como un milagro realizado por el padre Junípero Serra, de quien Sheila es devota, y quien fue un sacerdote franciscano que murió hace 225 años, después de haber realizado una extraordinaria labor de catequización en California.

Sheila Lichacs está gravemente afectada por tumores malignos en la cabeza, llamados miningiomas, de efectos mortales por su condición cancerígena. Esos tumores le aparecieron cuando tenía 21 años, por lo que debido a tantas intervenciones quirúrgicas, a las que ha sido sometida, una tercera parte de su cerebro no tiene huesos ni protección ni placa alguna. Solo lo protege el cuero cabelludo; sin embargo, a pesar de sus condiciones de salud, Sheila mantiene un optimismo increíble, lo que la ayuda a no caer en una lamentable crisis o depresión.

Los médicos que han atendido a Sheila en su enfermedad, verdaderas eminencias en el campo de la medicina, no han podido explicarse cómo es posible que en esas condiciones de salud, esté aún con vida y dedicada con la mayor naturalidad, al arte de la pintura que tanto le fascina. Entonces, ¿se trata de un milagro o de alguna reacción propia de la naturaleza en defensa de sus órganos afectados y que los médicos no han podido detectar? ¡He ahí la gran incógnita!

En uno de esos viajes de Sheila a California, realizado para operarse una vez más, fue a visitar el recinto en donde se encuentra la tumba del padre Junípero Serra y le dijo: “¡Cuídame!, ¡Ayúdame que me voy a operar!”. Y al salir del recinto en el que se encontraba, nos cuenta que al caminar sintió una especie de levitación cuando se dirigía hacia el auto en el que la esperaba su esposo John.. Y cosa extraña, al ingresar a la clínica para operarse, el especialista que la atendía considero que había tenido una notable mejoría, por lo que no era necesario operarla por el momento. Extraño, ¿no?

Tiempo después y visiblemente afectada por la enfermedad que la aqueja, Sheila regresó a la clínica en donde se le advirtió que no había garantía de que sobreviviera a la operación; pero una vez más, superó la difícil prueba a la que el destino la sometía.

Hoy, los padres franciscanos estiman que Sheila se mantiene con vida gracias a un milagro realizado por este desaparecido sacerdote y dejan constancia de que los médicos no se explican la razón de que esté aún con vida.′Esta información fue dada a conocer en el mes de agosto de este año en un prestigioso periódico que se edita en California; pero lo cierto es que mundialmente el caso de Sheila Lichacs es estudiado tanto por la ciencia médica, como por la iglesia a través de los padres franciscanos. Por lo tanto, ellos tendrán la última palabra sobre si la existencia física de Sheila Lichacs, afectada por tan mortal enfermedad, se debe a un proceso científico en estudio o a un milagro.

Sabemos que esta crónica sobre el estado de salud de nuestra compatriota, causará hilaridad en muchos; pero en cuanto a nuestra apreciación, consideramos que en Panamá se ha producido el milagro de que una destacada representante de la plástica nacional, con una delicada enfermedad cerebral y que tiene años de estar produciendo óleos con figuras de tinajas, jarrones, frutas y cruces, como testimonio de su fe en Dios, ha sido distinguida con el alto honor de que sus cuadros formen parte de la colección de la Basílica del Santo Sepulcro, en Jerusalén, y también de la Colección del Santuario Sagrado del primer milagro de Cristo en Caná de Galilea, cual fue la conversión del agua en vino, según se registra en el Nuevo Testamento. Esperemos, pues, el resultado final de este extraño caso de la salud de Sheila Lichacs, en esta encrucijada de la Ciencia frente al Milagro.

*Presidente de la Fundación Cultural de las Américas (FUNCAM).drcedenocenci@hotmail.es

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