• 27/06/2021 00:00

Una semana de buena ciencia

“Ha sido una semana orgásmica para disfrutar ciencia y desvincularse, al menos transitoriamente, de todos los escándalos cotidianos que salpican tristemente a nuestra querida y ultrajada patria […]”

Esta semana se celebraron dos espectaculares congresos académicos, con la presencia virtual de numerosos protagonistas locales que dignificaron la calidad de la ciencia nacional, tanto básica como aplicada, en su “continuum” traslacional, y demostraron la fortaleza del recurso humano en nuestro país. “La ciencia como motor del desarrollo e innovación”, fue el lema escogido por la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (Apanac), fundada hace 35 años, para celebrar su XVIII Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología. El país invitado para este año fue Israel, nación que ha apostado por una gran inversión en desarrollo, investigación e innovación (5 % del PIB). Su embajada aportó la disertación de cuatro científicos de prestigio mundial, incluyendo a la premio nobel de Química en 2009, Ada Yonath, directora del Centro de Estructura Biomolecular del renombrado Instituto Weizmann. Este evento anual de Apanac, apoyado por la Senacyt y la Ciudad del Saber, representa la conferencia científica-tecnológica más importante de Panamá, la cual sirve como plataforma para el intercambio de experiencias entre científicos, tecnólogos, empresarios y miembros de la sociedad civil, un convivio público-privado que procura el mejoramiento de la ciencia y la tecnología en todo el territorio istmeño.

Los temas discutidos fueron de gran trascendencia y actualidad: biodiversidad de los hongos, control biológico de agrosistemas, calidad del agua en zonas rurales, investigación en ciencias sociales y humanidades, propiedad molecular y nanométrica de diversos materiales biomédicos, relevancia del manglar en la bahía de Panamá y en el golfo de Montijo, ensayo experimental en primates no humanos, fuente hídrica subterránea en el Arco Seco, educación a distancia durante situaciones de emergencia, enfoque holístico sobre el embarazo en adolescentes, exploración espacial como aventura o necesidad, plataforma 5G en América Latina y, por supuesto, una variada presentación conceptual sobre la COVID-19, con énfasis en bioética, embarazo, tratamiento, prevención y pronóstico, incluyendo la adecuada preparación para futuras pandemias. Un total de 359 trabajos, comunicados de forma oral o gráfica, testifica la eficiente productividad de nuestros científicos nacionales.

El segundo evento fue protagonizado por la Sociedad Panameña de Pediatría (SPP), fundada en 1954. Un amplio potpurrí de tópicos interesantes motivó la asistencia de muchos pediatras y médicos jóvenes en formación. La COVID-19 estuvo, por supuesto, en una tribuna especial, con pláticas sobre formas clínicas de la infección en niños, cierres y aperturas escolares, particularidades en vacunas, estrategias para combatir los bulos sobre inmunización y efectos del uso de dispositivos digitales o videojuegos durante la pandemia. Otras materias pedagógicas incluyeron: eliminación de paradigmas sobre las tallas en niños, reanimación neonatal, trastorno del neurodesarrollo en infantes, evolución del recién nacido prematuro, importancia de la lactancia materna, error médico en pediatría, exposición en el campo a enfermedades tropicales, prevención de accidentes en el hogar, manejo de las quemaduras, utilización racional de antibióticos, actualización en los desórdenes gastrointestinales y renales más comunes, protocolo óptimo del duelo, novedad en técnicas radiológicas, adversidad de la legalización de la marihuana, práctica deletérea del cigarrillo electrónico en adolescentes, existencia de mitos y realidades sobre los hijos de padres homosexuales y conexión a las redes sociales, pero desconexión a los vínculos emocionales en la juventud.

Deseo felicitar efusivamente a los directores y organizadores de ambos cónclaves académicos: José Fábrega Duque, Argentina Ying, Javier Sánchez Galán, Janelle Castrellón, Mairim Solís, Sandra López, Bruno Zachrisson, Yessica Sáez y María Gabriela Alvarado, entre otros, por parte de Apanac; y, Alberto Bissot, Cristóbal Almario, Mariana López, Briseida Bermúdez, Virginia Díaz, Florencio McCarthy, Geraldine Norte, Elizabeth Castaño, Yessenia Williams y Paul Gallardo, etc., por parte de la SPP. Ha sido una semana orgásmica para disfrutar ciencia y desvincularse, al menos transitoriamente, de todos los escándalos cotidianos que salpican tristemente a nuestra querida y ultrajada patria, donde superstición, hipocresía, egoísmo, charlatanería, noticia falsa, juegavivo, corrupción e impunidad opacan la labor de los ciudadanos honestos, decentes, solidarios y trabajadores que tiene Panamá.

Termino con las elocuentes y valiosas palabras del embajador israelí, Reda Mansour: “las ideologías políticas o económicas son superficiales, cambiantes y muchas veces intrascendentes, pero las actividades científicas o culturales son profundas, perdurables y siempre indispensables para propiciar el bienestar de toda la humanidad”. “La ciencia, sin duda, comete errores, pero esos yerros son los pasos útiles y necesarios para llegar a la verdad”. Como decía Max Planck: “La ciencia es la progresiva aproximación del hombre al mundo real”. Aunque, tristemente, la ciencia genera evidencia mucho más rápido de lo que la sociedad asimila sabiduría. Esta pandemia es el mejor ejemplo de ese pernicioso desfase…

Médico e investigador.
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