Segunda vuelta en el Perú

Es ampliamente sabido, por quien esté siguiendo el debate político en el Perú, que el próximo 6 de junio, en segunda vuelta, se decidirá el electorado de ese país entre Keiko Fujimori y el activista y dirigente magisterial Pedro Castillo. Este último, según las diferentes encuestas, le lleva una ventaja de ocho puntos a la anterior candidata. Esa imagen que hay entre ambos, me refiero a las diferencias de puntuación, no es, a mi juicio, advertencia desde ya de que el dirigente izquierdista tiene el triunfo asegurado contra su adversaria.

Debo decir, sin ambages, que la hija de aquel dictador que la justicia mantiene encerrado, lo ha imitado en lo peor, que ha transgredido el Código Penal de ese país; por lo tanto, lo que ella está buscando para su padre y para sí es inmunidad, a fin de que, si, por confusión del electorado en que no acierte escoger entre los dos el mejor, se está corriendo la esperanza de que la historia de Keiko Fujimori sufra a su favor un error de vacilación del electorado en que los resultados le sean adversos al candidato de la izquierda.

Esta próxima decisión, que sería tristemente lamentable en la crisis que se incrementaría en ese país del poeta César Vallejo, este afamado y prestigioso humanista de la letra y el verso, recuerdo cuando leía sus libros, en uno de ellos decía: “No sé si este pedazo de pan le pertenece a un pobre”, mientras lo comía.

Creo que, de más a menos, el candidato de la izquierda, Pedro Castillo, ha moderado su lenguaje inicial extremista, por uno que no deja de ser progresista, pero esa táctica muy necesaria de modo alguno, en mi opinión, puede asustar a los capitalistas, entonces de lo que se trata es de que los militares y las autoridades electorales del Perú, por la paz y la estabilidad económica, respeten la voluntad popular el próximo domingo 6 de junio. Y, bajo el pensamiento vallejista, desde la otra orilla de este planeta, la mejor orientación para las mayorías peruanas, lo que intento invocando aquel hondo pensamiento de sensibilidad social de quien, a mi juicio, por todos los tiempos es Vallejo, el mejor poeta del Perú y quizás de nuestra América, respetando la grandeza que le reconozco al poeta Pablo Neruda.