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- 23/11/2023 00:00
Rogamos para un buen tranque
En el bendito país de nombre Nunca Jamás existe un rico yacimiento de cobre, metal valioso que genera amor y odio. Agricultores, comerciantes, industriales, obreros, profesionales, educadores, médicos, políticos y el pueblo en pleno se manifiesta, toma posiciones a favor o en contra del cobre. Algunos avaros ven la mina igual que la riqueza del maná bíblico. Los pesimistas la miran como engendro diabólico confundiendo a los panameños que hoy hablan en lenguas al revés. Se nubla la mente colectiva y –por igual- en estado de confusión, los inocentes y los culpables del desastre nacional corremos derechito a quemarnos en el infierno de Donoso.
Un grupo antimina levanta bandera roja como la sangre, se apodera de calles y carreteras presionando al gobierno nacional para que convoque la Asamblea Nacional y de un plumazo revoque el recién aprobado Contrato Ley número 406. Con esa acción el país gana la medalla olímpica de la ignorancia (jurídica), la insensatez y el ridículo mundial. Pero con esa nueva ley, antes de que se conozca el fallo de la Corte Suprema de Justicia, los alzados nos apuntamos el triunfo de cerrar la mina conforme a la voluntad y el poder que emana del Reino Unido Saúl Amén. La contrapartida de tal exabrupto es que la nación panameña resulta paganini de los platos rotos, perdemos cualquier demanda internacional de First Quantum vs. Panamá. ¡Eso no importa, ganamos la pelea callejera!
El artículo 27 de la Constitución Política establece que toda persona puede transitar libremente por el territorio nacional… sin más limitaciones que las impuestas por leyes o reglamentos de tránsito. La violación de este derecho constitucional es letra muerta para los amos de la calle (y para tu Gobierno). Por gusto ustedes oran en la iglesia de todos los santos, abarrotan la Cinta Costera, hacen vigilia en las escalinatas de la Corte y pagan diezmos en los retenes con miedito de ir a la tienda del chino o al súper, salir a comprar el tanque de gas o la gasolina para el carro.
Las cosechas de los agricultores se pierden, no se prepara la tierra para siembra futura. Los ganaderos tiran leche que se agrió en los garrafones y los pollos de granja sin alimentos mueren por miles. El abarrote ya no tiene lentejas ni atún de lata, a falta de gas, la abuela atiza un improvisado fogón de leña y en pocos minutos tenemos café caliente; cuidado se quema la cortina. Solamente unos cuantos afectados levantan voz de protesta. Los alzados explican que esa gentuza les teme porque trancamos calles y carreteras, no entienden que nos mueve el sacrificio patriótico apoyando la pelea contra la minera. Nos duele mucho ver a los pobres taxeros, buseros y camioneros que transportan combustible, medicinas, comida, nos duele cuando vemos plátanos, cebolla y tomates podridos tirados en Merca-Panamá, sin mencionar San Félix o Gualaca, ni hay paso a Bocas del Toro.
No justificamos gente con lloradera por falta de comida. Tampoco nos conmueve la baja de cincuenta mil o cien mil trabajadores, consideren esto como una parte del sacrificio nacional. ¡Sin lucha no hay victoria! Los empresarios y gamonales políticos, que no lloren por haber perdido millones en sus negociados, todavía les queda mucha plata. Ya se recobrará la Zona Libre, el comercio con Centroamérica, el Casco Viejo, la Central, los negocios de playas, los moles, los restaurantes y bares, los cruceros volverán el próximo año o el que sigue y cuando pase el miedo, los aviones volarán con mejor tiempo, los hoteles se llenarán de futuros turistas y en dos o tres años tu papá recobrará el empleo perdido.
Los viejos que agonizan o mueren por falta de diálisis y otros enfermos de urgencia saben que los tranques son justos porque al sitiar el país estamos garantizando el futuro bienestar de la patria. Puede que los jóvenes estudiantes pierdan un año o dos, eso no importa, trabajarán de jornaleros. El tiempo que dura este problema es poco precio para una nación en guerra; con esta lucha se hace patria, es la causa común del Reino Unido Saúl Amén. ¡Abajo la minera!