• 28/04/2014 02:00

Reflexión electoral

Al fin llega el día de las elecciones, el ambiente atiborrado de propaganda en los medios de comunicación, en las calles, ...

Al fin llega el día de las elecciones, el ambiente atiborrado de propaganda en los medios de comunicación, en las calles, paradas e incluso cines, llegará a su fin, para dar paz a la sociedad que tiene definida su elección en los distintos cargos. Contamos en la oferta electoral con seis candidatos, de los cuales tres tienen el país dividido técnicamente en partes iguales.

Como sociedad estamos electoralmente en pañales, como país contamos con alto desarrollo económico, pero involucionamos socialmente; muestra de eso son aquellos candidatos que dan materiales, becas, lotes y demás beneficios en nombre propio para obtener votos, cuando esto es su trabajo, para eso se les elije.

Se tiene el concepto de que las autoridades electas están para resolver los problemas propios de la casa, para muestra está el periodo escolar cuando se da el uniforme, mochilas, cuadernos, Laptops, becas; y no me vengan con el discurso de que la cosa está dura, que la canasta básica no se aguanta, conozco quienes se quejan y tienen smartphones, tabletas, LCD, aires acondicionados y demás.

Es triste y deplorable ver candidatos repartir dinero, que toquen la puerta de tu casa para pagarte y colocar una bandera, que te condicionen a quién hablarle y a quién no, y lamentablemente la sociedad lo permite. Hago la salvedad de que hay quienes, a pesar de las necesidades, no hacen estas cosas, pero son muy pocas y creo que en la medida en que el electorado se instruya en ver propuestas y menos en qué recibirán a cambio a corto plazo será mucho mejor.

Al final, siempre la fiesta electoral al culminar se convierte todo en un círculo de nunca acabar, pero con distintos actores, quienes critican hoy serán criticados por la misma masa que espera recibir igual o más de lo que reciben hoy, porque la clase política ha hecho fiesta de los recursos con los discursos de redistribuir a la sociedad. Si las mayorías deciden seguir con el mismo gobierno, no pasará nada y si cambia, tampoco. Se han dado distintos argumentos sobre la elección de autoridades judiciales, que siguen siendo elegidas políticamente. Pase lo que pase será el mismo postre, pero de distinto sabor, adicionando que al elector, al que el Estado subsidia, no le interesan esos temas, solo qué le van a regalar, qué le saldrá más bajo o gratis. Triste, cruel, vergonzoso, pero es así, y nuestros políticos, que en su gran mayoría tienen menos créditos y preparación, lo saben, pues es la única forma en que sustentan su vida de lujos y falso alto nivel.

Que las mayorías hagan su elección y termine este circo pronto, al final los pueblos tienen los gobiernos que se merecen.

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