• 20/11/2022 00:00

Puede ser cualquiera

“El hecho de transitar en la vía nos da la vulnerabilidad de convertirnos en víctimas. Por lo que nadie está exento de verse sumergido en un evento como este”

Mi mente engavetó ese suceso, pero desde hace un año asignaciones laborales vinculadas con la representación de personas involucradas en hechos de tránsito, desempolvaron aquellos dormidos recuerdos. ¡Cuán difícil traer a la mente esos momentos! No hubo una despedida, solo un prematuro adiós.

Una noche de diciembre de 1992, recibí una llamada de un amigo informándome que un importante amigo en común sufrió un accidente de tránsito. Me dijo: “Los bomberos lo sacaron del carro lo más rápido que pudieron, tuvieron que hacer uso de acetileno para separarlo de entre los hierros malogrados del carro y está grave, en un hospital de la localidad”.

Por argucias del destino, sin tener vínculo familiar con él, pude ingresar a la unidad de cuidados intensivos. Al entrar a esa helada sala, atravesando dos puertas móviles, vi a mi amigo tendido en una cama, “dormido”, con cables en su pecho conectados a una máquina, toqué su mano izquierda, estaba tibia y noté un tímido movimiento, pero según los médicos “involuntario”. Supe en ese momento, que por lo fuerte del impacto, su cabeza golpeó con una estructura de metal y a su cerebro no llegó suficiente oxígeno. Por otro lado, el rescate demoró y fue complicada su extracción del auto. Justo entendí que aquellas máquinas que desplegaban un acompasado ruido le daban el soporte vital. Vi heridas, pero más que las heridas visibles en su cuerpo estaban las heridas internas, las que no se veían, las que le arrebataron la juventud y su vida impidiéndole cumplir sueños e ilusiones.

La noticia del accidente salió publicada en un diario, que no me permití ver ni leer por respeto a él.

Se celebraron misas para su recuperación, sus amigos de oficina organizaron cadenas de oración, los de la universidad hicieron lo mismo. Era lo menos que podíamos hacer por el amigo de todos.

Luego de seis días, otra llamada comunicaría su deceso. Era viernes a mediodía y ante el pronóstico de un día de verano, que debía ser soleado, el cielo se veía desconcertado y vestía nubes grises.

Con profundo dolor, mire el horizonte, sabía que su alma había partido. El vacío que dejó, inmenso e irreparable. Nadie sabía por qué una noche feliz, se tornó en un día oscuro. Su música quedó sin tocarse, sus melodías sin cantarse y su voz sin escucharse. Nadie planeó que esto fuera así. Un instante apagó todo. Su familia y amigos, apostábamos a que esto no tenía que haber pasado.

Con valor cuento esta historia, porque, yo iba a estar en ese vehículo. Esta historia puede ser la de cualquiera. Algunas historias nos serán más cercanas que otras, pero todas producen impacto. Uno mira con pesar esos trágicos eventos, pero siguen dándose y pienso que en gran medida se pueden evitar.

Y como nada es porque sí, la vida nos sorprende una y otra vez. Nunca imaginé que en esta etapa de mi vida, estaría al frente de la defensa de intereses de personas involucradas en colisiones de tránsito. De todas las prácticas que pude desarrollar, está jamás fue considerada, pero tal vez era la manera en que la vida me conectaría con mi esencia y me ordenaba: escribir sobre esta asignación pendiente. Y desde el momento en que recibí la primera tarea de atención a colisiones de tránsito, surgió la imperiosa idea de narrar “Puede ser cualquiera”.

Hoy, me sigue conmoviendo su partida, injusta y dolorosa, pero al tenor de la madurez de los años decido retomar este tema y desde mi pluma plantearlo de una forma contundente para que los conductores tengamos conocimiento de cómo un desacierto frente al volante, por descuido, negligencia o desatino propio o ajeno, una fallida acción acarrea terribles consecuencias emocionales, económicas y sociales para familiares y amigos de las personas involucradas y víctimas de cualquier accidente de tránsito.

El hecho de transitar en la vía nos da la vulnerabilidad de convertirnos en víctimas. Por lo que nadie está exento de verse sumergido en un evento como este.

Nadie en su sano juicio sale a la calle con la intención de provocar un accidente, pero las conductas imprudentes e irresponsables frente al volante pueden convertirnos en víctimas o victimarios. Han sido miles los panameños involucrados en tragedia similares.

Hoy, domingo 20 de noviembre, Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, me pregunto ¿si estos hechos de tránsito son prevenibles? Algunos accidentes se dan por imprudencia, descuido, ingesta de alcohol y en menor medida se dan por fallas mecánicas, condiciones viales, o mal tiempo.

Nuestras decisiones, en la vía, pueden impactar en que se dé o no una colisión o un accidente mayor y de darse qué se espera de un ciudadano responsable. De allí el compromiso que tenemos al tomar las riendas del volante.

Reducimos la incidencia de eventos conociendo las normas y procurando las mejores prácticas al conducir. Se pudiesen minimizar los accidentes y sus consecuencias con acciones como la cortesía en el manejo, uso del cinturón de seguridad y revisión de las condiciones mecánicas del vehículo. Asimismo, es importante el papel de las autoridades de establecer sanciones disuasorias, que por temor a que sufra el bolsillo impacten en la conciencia ciudadana.

Todos debemos participar frente a un evento de tránsito, autoridades, unidades de rescate y ciudadano común. El deber socorrer, pues la asistencia inmediata, puede ser el parteaguas que cambie una vida.

Este día es meritorio para hacer un ALTO en nuestra vida y recordar a las víctimas de tránsito, honrar su memoria promoviendo campañas de concienciación y simbolizar su paso terrenal con una propuesta de iluminación de lugares emblemáticos y de las oficinas públicas vinculadas a atender estos casos.

Si bien es cierto, ninguna de estas acciones devolverá la vida a los seres que hemos perdido en un accidente vehicular, pero si buscamos encontrar sus huellas en los espacios que dejaron, sería propicio abrirles paso en los espacios que recorremos.

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