• 28/10/2023 00:00

Protestas que van más allá de la minería

[...] la operación minera actual no se puede cerrar de un día para otro [...]

La jornada de protestas históricas que se viven en mi querido Panamá, han coincidido con un viaje que ya tenía planificado, por lo que me ha tocado seguirlas día a día a través de las redes sociales y medios. Viendo la magnitud de la protesta, tanto por cantidad de participantes como por cobertura a nivel nacional, mi sentir es que esto va más allá de la fugaz aprobación del contrato ley minero. Sin duda alguna esto ha sido la gota que derramó el vaso, tanto por fondo como forma, pero el panameño parece haber tocado fondo producto de múltiples temas.

Por supuesto, en primer lugar, la aprobación del contrato ley minero. Entendiendo y valorando el rol de la minería en nuestras vidas (a nivel mundial), estamos a todas luces ante un contrato leonino, inconstitucional y comercialmente perder (Panamá) / ganar (Minera) Un contrato que otorga excesivas concesiones y garantías a la minera, por un periodo de tiempo bastante largo y una renovación casi garantizada. Al punto de que compromete nuestra soberanía. Pero tampoco podemos olvidar que desde muchos gobiernos atrás se ha promovido la actividad minera en Panamá. Uno la inició, otro aprobó su comercialización y que el expresidente más cercano, inclusive prorrogo este contrato de forma altamente irresponsable con un plumazo. El gobierno actual promueve una mejora de condiciones, pero la ciudadanía no está satisfecha. Ejemplo: “Si me pagaban diez, y ahora me van a pagar veinte, pero mi valor de mercado es treinta, una negociación de veinte no es necesariamente una gran negociación”. Solo significa que ignoro voluntaria o involuntariamente factores de la ecuación, por las razones que sean.

Pero veo la cara de los panameños en la protesta, y esto va más allá. Están molestos por la tasa de desempleo de un 9% que este gobierno nos va a dejar como parte de su legado, maquillado por el alto crecimiento de la planilla estatal durante este quinquenio, donde solo en la municipalidad de la capital, hemos visto como se han sumado más de 1,000 nombres a la planilla estatal, de la mano de un deterioro en la calidad del servicio público prestado al segmento productivo. Están molestos por los longevos encierros durante la pandemia, la destrucción del sustento de muchas familias, sin ningún tipo de apoyo real, donde miles de negocios cerraron sus puertas para no volver a abrirlas. Están molestos por los conocidos negociados que se dieron durante este inolvidable periodo. Están molestos porque tuvimos el cierre más escolar más largo del mundo, impactando de forma permanente a una generación. Están molestos porque la estrella de la educación, nunca brillo.

Están molestos por la corrupción que viene de múltiples quinquenios, y ver cómo esta, producto del crecimiento del estado y el débil sistema judicial, produce nuevos millonarios por mes. No de los millonarios que queremos, producto de inversión, asumir riesgo, trabajo duro, innovación, y que generan empleo y contribuyen formalmente, sino millonarios producto del “robo” a las arcas del estado y de la coerción al sector privado. Están molestos porque llevan años en estrés producto de procesos judiciales en el que expresidentes, exministros, exfuncionarios públicos, bancos, abogados, entre otros, ejecutaron un esquema de blanqueo de capitales como nunca habíamos visto aquí. Están molestos porque la deuda ha aumentado en veinte mil millones de dólares, y a su vez elevado nuestra relación deuda / PIB, sin la puesta en marcha y/o ejecución de un solo proyecto de inversión importante. Aumento histórico, que solo hemos visto en el incremento irresponsable del tamaño del estado, botellas, clientelismo, y del incremento del estado de bienestar a través de masivos subsidios y/o subvenciones que parecen no tener fin, desincentivan a un segmento de la población a salir adelante, y que nadie está evaluando si funcionan o no. Están molestos porque un político te dice algo hoy, y al buscar en videos antiguos ves que te ha dicho todo lo contrario antes, o simplemente es una mentira tras otra. Están molestos porque a través de la política clientelar vulneran a diario la dignidad de las personas de los estratos socioeconómicos más bajos. Entre muchas mentiras más.

Mi posición personal es que la operación minera actual no se puede cerrar de un día para otro. Algunos extremistas tratan de minimizarlo irresponsablemente o tal vez por desconocimiento, pero la contribución de esta operación a la actividad económica del país, ya sea por empleados directos, indirectos, o proveedores, es muy real. Como también lo es el daño ambiental. Entonces no es un escenario sencillo. Por el contrario, es muy complejo.

Por lo que he leído de expertos en la materia, el camino a seguir es en la Corte Suprema de Justicia, quien debe hacerse sentir cuanto antes. Ya hay múltiples demandas interpuestas. Una vez declarado inconstitucional, deberíamos ir a referéndum. Lo que veo en las calles me indica que ganaría el “no”, pero es la vía correcta. En lo que este referéndum se completa, se debe llegar a un acuerdo para que la operación continue. Luego, el resultado del referéndum debe dictar los pasos a seguir. Si gana el sí, renegociar mejores condiciones ya liderado por el nuevo gobierno, si gana el no, acordar con la minera un plan de cierre responsable tanto con los colaboradores y proveedores, como con el ambiente (puede ser varios años).

A pesar de todo, soy fiel creyente en Panama. Soy optimista sobre el futuro y sé que lo mejor está por venir.

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