‘Pro mundi beneficio’: lema usurpado por la corrupción

El Escudo de Armas de Panamá fue creado por Don Nicanor Villalaz y Max Lemm en 1904, en él se representa la diversidad del país, destacando la soberanía, la rica historia y los valores de la nación. Importante símbolo de identidad nacional en el mundo.

En 1972 se le añade al escudo el pergamino con el lema “Pro mundi beneficio”, reflejando el compromiso de Panamá con la paz y progreso mundial.

Jamás los autores de este lema se imaginaron que estas tres palabras significarían para los funcionarios estatales a todo nivel: “para mi beneficio”.

La corrupción ha estado presente desde la creación del mundo. Adán y Eva fueron sobornados con una manzana por el mal, representado en la serpiente. Judas vendió a Jesús por 12 monedas.

La galopante corrupción en el imperio romano. Los escándalos de corrupción en el Vaticano. Los millones de ejemplos actuales de corrupción en las grandes potencias, sean de izquierda o derecha.

La corrupción en Panamá nace con el país. El negociado histórico entre un francés y el gobierno americano, que da origen al Canal de Panamá, y por ende, a la República de Panamá.

Con el transcurrir del tiempo, la corrupción ha permeado. Hoy, se hace cada vez más institucional a todo nivel. Es así que se llega a acuñar las frases “qué hay pa’ mi”, “robó, pero hizo ... y últimamente, “robó, pero no hizo”.

La corrupción se da cuando alguien ofrece algo a cambio de obtener un beneficio del costo real de lo ofertado, llámese contribución o coima. Se da porque alguien ofrece y otro acepta o alguien solicita y otro facilita.

En los entes estatales ocurre entre funcionarios del gobierno y empresarios de cuello negro, que buscan lucrar de las arcas del estado. Esto es parte de la ley desvirtuada de la oferta y la demanda del capitalismo.

También se da entre retorcidos políticos y ciudadanos ignorantes, que venden su voto por dádivas o promesas de empleo, provocando la elevación de la corruptela a puestos públicos, quienes solo ambicionan su bienestar, el de allegados y “patrocinadores”.

Otra forma de corrupción es la ineficiencia estatal. Ejemplo: el contrato del cuarto puente sobre el canal. Adjudicado en el 2018 por un costo total de US$1,420.00 millones a la empresa CPCP, por el cual pasaría la Line 3 del metro y contaría con un mirador-restaurante, novedoso, que representaba un nuevo atractivo turístico.

El actual gobierno negoció con CPCP un nuevo enfoque con nuevas especificaciones, eliminando el paso de la línea 3, el mirador y el restaurante. Ocasionando que el Metro de Panamá buscara una nueva solución para hacer viable la línea 3, lo que dilató la construcción de dos importantes obras que beneficiaría a más de medio millón de personas en Panamá Oeste, mejorando sus condiciones de vida.

5 años después (29/03/2023) se firma la adenda al contrato original por un monto de US$1,372 millones, con el nuevo enfoque, eliminando, además, la etapa de mantenimiento.

Esta “brillante” solución encareció el proyecto total en US$452 millones, al requerir ahora la línea 3 del metro, un túnel submarino, cuyo costo se elevó en US$500 millones (Anuncio del 13/01/2023 del Metro de Panamá). En teoría, esta adenda ahorraba al MOP unos US$48 millones. La realidad es que encareció la solución total, atrasando además dos megas obras de ingente necesidad.

Pero hay un dicho que dice: “no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista”.

Bueno hace escasamente unos días, ese pueblo se cansó de la corruptela y la desidia de los gobernantes, y por primera vez en los nuevos tiempos democráticos post dictadura militar, los ciudadanos emitieron un fuerte voto de castigo, aunque algunos de esos políticos depredadores, usando sus encantos draconianos, obtuvieron los votos necesarios para continuar figurando como “ciudadanos electos” con la diferencia que ahora ostentan un poder muy limitado para ejercer sus fechorías.

Hace varios meses atrás decía yo en un artículo, que si los políticos pretendían conducir esta campaña por los senderos de promesas, cantos de sirena y clientelismo, debían saber que había más de 1,452,562 jóvenes entre los 18 y 40 años (48% del padrón electoral) mirando, escuchando; que decidirían el futuro del país.

Haber hecho cómo que se escuchaba, haber prometido y no llevarlo a la acción, terminó con el vuelo de aquellos que se creían águilas.

Esperamos que este nuevo gobierno que está por iniciar, entienda a la perfección el mensaje ensordecedor de un pueblo empachado, cansado y decepcionado de los actuales políticos y partidos que nos han gobernado, responda a las ingentes necesidades por las que atraviesa el país y sus ciudadanos.

Por eso dije que el voto joven, se escuchaba o se escuchaba ... y se escuchó.