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- 29/04/2014 02:00
Preludio de las elecciones
Nos encontramos ante el umbral de nuevas elecciones generales, tiempo para serias consideraciones y reflexiones acerca de nuestra selección de las personas que representarán nuestros intereses y conducirán los destinos de la Nación por el próximo quinquenio.
En mi concepto, estas elecciones serán las más críticas del periodo posinvasión.
Tenemos que ser muy cuidadosos con nuestros votos. No podemos volver a equivocarnos, como lo hicimos en las elecciones pasadas, cuando, entusiasmados por cantos de sirenas, elegimos un gobierno que defraudó nuestras esperanzas de cambio.
Vale la pena recordar que no ha habido gobierno en el periodo posinvasión que haya ganado elecciones con tan alto margen como el gobierno actual. Aparte de un histórico triunfo con 60 % de votos, recibió unas cuentas nacionales saneadas con amplios fondos en tesorería. Un gobierno con sólido apoyo popular y dinero.
Fuertes elementos para la realización de obras de contenido social y beneficios para todos. Un gobierno que pudo ser recordado por sus realizaciones de beneficios sociales. Sin embargo, no fue así. Este gobierno violó las promesas de cambio desde sus inicios, fue conflictivo, autoritario y controversial. Un gobierno que nos rindió mal. Vale la pena hacer un breve recuento de sus actos, como recordatorio en los umbrales de elecciones.
Este gobierno afectó nuestra dignidad y nos humilló, con el uso de dinero para compra de conciencias; utilizó la chequera oficial como instrumento de poder y política social. Promovió el clientelismo y el amiguismo. En el proceso compró diputados, magistrados, procuradores aumentando la concentración de poder en la persona del presidente de la República, al extremo de que hoy no existe división de poderes, con gran afectación a la institucionalidad.
Estamos más cerca de ser una Autocracia que una Democracia. Solo el Tribunal Electoral ha permanecido fuera de las garras de su control, mas es hoy objeto de constantes ataques por parte del gobierno y sus adeptos, precisamente a los umbrales de las elecciones, con obvias intenciones de controlar el resultado de las mismas. Pero, no han tenido éxito en sus aviesas intenciones. No pasarán ante la firme decisión ciudadana de defender la integridad e independencia del Tribunal Electoral.
Cierto que han realizado grandes obras, megaobras, unas de real necesidad y bien administradas, como el Metro, otras de dudosas prioridad, como aeropuertos, hospitales y mercados públicos; unos recién inaugurados permaneciendo vacíos, sin uso; muchas con evidencias de altos sobrecostos, de acuerdo con los conocedores y acusaciones de favoritismo en la asignación de sus contratos.
Ha malgastado cientos de millones de nuestros dineros en un incesante bombardeo en los medios con propaganda estatal en el mejor estilo de Joseph Goebbels. Dinero que pudo haber sido mejor utilizado en obras sociales, como para el mejoramiento de las aulas escolares, por ejemplo. Solo en estos últimos meses del periodo electoral, ha malgastado cientos de millones de nuestros dineros en promover la figura del presidente y su candidato a reemplazarlo. En un apoyo oficial de propaganda con uso de recursos estatales, en abierta violación de todo precepto legal, ante la mirada culpable del fiscal Electoral.
Podría continuar enumerando los desafueros del actual gobierno, tales como la promoción del transfugismo, el nombramiento de acólitos en la CSJ y el Ministerio Público, pero sería redundante, pues son hechos harto conocidos.
En síntesis, las consideraciones en este crítico momento son simplemente decidir si queremos seguir con este gobierno o si realmente buscamos un cambio eligiendo un gobierno más serio. Particularmente, si queremos reelegir a los tránsfugas y premiarlos por su traición y uso de los dineros públicos para enriquecerse, o aplicarles el ostracismo social y borrarlos del mundo político para siempre, poniéndolos a la orden de la justicia, como lo merecen, y reemplazarlos por personas de mayor integridad moral.
Solo tú y tu conciencia pueden decidir. Yo votaré contra el continuismo y contra los tránsfugas.
BANQUERO