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- 20/07/2016 02:01
PRD: sumas o restas, divides o multiplicas
No conozco quién tenga bola mágica que le permita pronosticar resultados electorales. Los encuestadores pueden adelantar porcentajes de percepción de aprobación de los candidatos, mas no garantizan que los mismos serán los que se reflejen el día de las elecciones. Claro está que algunas firmas encuestadora aciertan, y otras se prestan para manipular la opinión/percepción del electorado. También están los politólogos, algunos tarifados descarados, leguleyos de la política al servicio del mejor postor. También hay, aunque muy pocos, los que realmente estudian hechos políticos y emiten opinión sincera y sin afán de beneficiar partido o candidato político. Así las cosas, el Partido Revolucionario Democrático está en mente y boca del electorado, unos a favor y otros en contra. Por la pluralidad ideológica de su membrecía, puntualmente hay diferentes visiones hacia un mismo objetivo. Formando parte de esta pluralidad existe la ambición de unos cuantos que pretenden ser eternos y manipular el partido para su beneficio, implementando vicios del pasado que condujeron al PRD a repetidas pérdidas electorales. Uno de esos vicios es el de forzar ser secretario general del CEN, para de allí saltar a ser el candidato ganador de las primarias, y convertirse así en candidato a la Presidencia.
Esta requeté probado que esto conduce a unas primarias de venado amarrado con tigre suelto. Los otros candidatos, ajenos a la administración del partido, no tienen ocasión de vencer al secretario general que maneja las estructuras del partido en su beneficio, distorsionando así el propósito de las primarias y convirtiéndolas en sinvergüencería política. Algunos argumentan que el ganar las elecciones internas a los puestos de administración del partido es muestra de la popularidad y aceptación del candidato a las primarias; o sea, se convierten en preprimarias. Nada más falso y carente de toda lógica. Más aun siendo esta ‘popularidad ' producto de manipulación, torcedura de brazos, y del clientelismo que compra conciencias. Lo que esto genera es resentimiento y desánimo entre las bases, y como consecuencia da lugar a la división que, con los años, acaba con la credibilidad del partido, destruyéndolo.
Para evitar esas acciones equivocadas, la voluntad de vasta mayoría es que los miembros del CEN no se postulen a cargos de elección popular. Ya en el pasado esta voluntad popular fue reglamentada luego de Congreso, pero Juan Carlos Navarro la violó, con la ayuda de los diputados del fugitivo Ricardo Martinelli, y el servicial concurso de Benicio Robinson (plan B del prófugo), modificaron el reglamento interno del PRD, mediante Ley de la República, logrando así ser secretario general y candidato a la Presidencia, perdiendo elecciones, ocupando el tercer lugar en votación. Sospecho que Benicio Robinson es factor, no solo de división, sino de juegavivo ambicioso, sin visión de futuro, a quien el PRD le debe la principal razón de mantenerse sumido en la oscuridad política. Un hombre tan pequeño en su pensamiento no divide, destruye. Sus actuar resta y no suma, descompone y no multiplica.
Está claro que sin partido no hay candidato. ¿Candidato de qué?, señalaría OMAR. Lo primero es rescatar al partido, y esto es labor de los 450 000 miembros y su participación en la escogencia de los delegados, que a su vez escogerán a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional. Otra equivocación es mortal para el PRD. No nos prestemos al juegavivo del clientelismo, pagado con plata mal habida de quien es prófugo en tierras gringas. Salgamos a votar el 31 de julio por los mejores, orgullosos de la militancia PRD, sabiendo que ‘solo el pueblo salva el pueblo '. Urgen nuevas caras, no importa la edad, porque todos valen igual. Lo que importa es que tengan voluntad de conciliación, tolerancia, que respeten nuestra dignidad, que no intenten comprar nuestra conciencia ni imponer sus intereses.
El PRD tiene suficientes profesionales miembros con capacidad, solvencia moral, carácter, sentido social, experiencia administrativa, y no necesita mesías ni ungidos del actual CEN. Nada de olas que se disipan con los primeros vientos, necesitamos volver a las raíces profundas que nos comprometieron con verdadera justicia social por Panamá.
Así lo percibo, así lo escribo.
CIUDADANO JUBILADO.