• 04/02/2019 01:02

También los campesinos pobres tienen derechos

La voluntad de construir una propuesta política y económica que tenga como fundamento la democracia deliberativa, constituye un nivel más profundo

La voluntad de construir una propuesta política y económica que tenga como fundamento la democracia deliberativa, constituye un nivel más profundo de participación ciudadana frente a modelos con ropaje democrático, pero desvinculados del Estado Constitucional de Derecho, de una riqueza distribuida proporcionalmente a las necesidades sociales, y finalmente, a una alternativa nacional y social, donde la cultura de la solidaridad y el respeto de los derechos humanos, sean el camino ético del desarrollo.

El peligro de ese camino es creer que todos están comprometidos con esa sociedad de oportunidades y dignidad. Allí en el fondo están vigentes los intereses y la codicia de la acumulación exacerbada. No queremos movernos dentro de un conflicto de clase, sino en espacios nacionales de dignidad y distribución del ingreso nacional. Sin embargo, los grupos poderosos del país han instalado un efecto mediático donde toda reforma social es un atentado a su restringida democracia, pues afecta sus insondables fortunas.

A pesar de esas antípodas funestas contra la función social y política de los que queremos transformar nuestro país, las clases medias y a veces populares son víctimas del consumismo y del confort como primer presupuesto de nuestra lealtad. Sin embargo, ya hemos pasado por momentos de nuestra historia patria donde estos sectores enervaron su dignidad, la cultura liberadora y la conciencia nacional para encauzarnos a estadios de mayor biofilia, es decir, la vida como expresión del amor. Aquí está el desafío central.

Por eso seguimos bregando y cultivando un pensamiento crítico que nos permita estar informados y exigir de los Estados, ya no un ente facilitador (pues allí se aprovechan los poderosos), sino un modelo de gestión pública, donde la soberanía, la revisión técnica y social en cada proyecto de desarrollo donde existan sanciones penales a los que entregan nuestros recursos a empresas nacionales o multinacionales depredadoras ambientalmente y socialmente hablando.

Hay que poner un alto en el camino y la ruta política debe ser el primer paso, pero se requiere la constante formación e información ciudadana para crear y consolidar instituciones con contenido histórico, ético, democrático y transparente, sin mentalidades sectarias y excluyentes.

En este orden de ideas no podemos aceptar que se plantee por la Sra. Eleta de Brenes, presidenta de Apede, la propuesta de un embalse en río Indio como reserva hídrica del Canal. ¿Es la posición de Apede? ¿Ya se hicieron los estudios técnicos para optar por esta vía? ¿Los campesinos de la Costa Abajo, sumidos en la pobreza, aislados de los beneficios de la empresa canalera, donde imperan los caminos lodosos e impenetrables, a pesar de que están al lado del Canal, fueron consultados? Los campesinos pobres de la Costa Abajo tuvieron que enfrentarse en el pasado con la Ley 44 del presidente Pérez Balladares para asegurarle a la APC más de 200 mil ha en la llamada Región Interoceánica, sin brindar alternativas y respuesta social a los campesinos. Todo era más importante que la vida de los campesinos pobres, que nacieron y han vivido allí por décadas.

Esta alarma encendida, coloca en el debate nacional las cosas que deben hacerse de conformidad con el respeto a todos los seres humanos y la ética pública con que debemos abordar estos temas. Ya los campesinos de la Costa Abajo han lanzado su protesta y su propuesta, además del examen crítico del Plan Maestro del Canal de Panamá en su versión agosto de 2004.

A los campesinos de la Costa Abajo, empobrecidos históricamente por un modelo económico excluyente, los quieren someter nuevamente a nuevos sacrificios sin que la ACP en todos estos años, junto al Gobierno nacional, impulsaran un plan de calidad de vida para nuestros hermanos.

Justamente a esto me refiero cuando exigimos el respeto para los campesinos y los recursos naturales: el agua de río Indio. Tal vez los directivos empresarios de ACP no consideren necesario este debate y este derecho social, pues los Gobiernos han cedido su rol dirigente en el desarrollo nacional marítimo-portuario a mercaderes nacionales e internacionales.

Está fresco el recuerdo de esas luchas y vigilias en la plaza 5 de Mayo de los campesinos pobres de la Costa Abajo. Nuevamente, ahora con más sacrificio y con un efecto mediático atrapado por los intereses de esta plutocracia, el desarrollo como propuesta de calidad de vida debe regresar al pueblo y en especial a los más vulnerables de nuestra sociedad.

Las víctimas de la pobreza también tienen voz y derechos.

ABOGADO EN DERECHOS HUMANOS, CEALP.

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