• 03/10/2018 02:00

Escuela para pensar

Lo importante ahora son todas las interrogantes que debemos hacernos frente a un mundo saturado de complejidades  

La educación no consiste en aprender hechos y memorizarlos, sino en preparar la mente para pensar críticamente. Aún guardo en mi memoria la concepción de mi profesor de la escuela secundaria, el maestro de maestros Sebastián Aguilar Vallejos, cuando nos señalaba que sus esfuerzos eran los de desarrollar para nosotros una metodología que nos enseñara a pensar y a ser críticos. A partir de allí aprendí sobre algo relevante: la importancia del pensamiento crítico. Situando a un costado mi historia personal, coincido con aquellos que exaltan la importancia del pensamiento crítico como uno de los ejes centrales de la ciencia y la educación. Albert Einstein decía que ‘lo importante es no dejar de hacer preguntas'. La habilidad de resolver problemas será una de las cualidades más valoradas en los profesionales del futuro, la cual estará determinada por un lado en la destreza de dominar las materias duras como las matemáticas y el dominio de las habilidades blandas como la creatividad y el pensamiento crítico.

El pensamiento crítico es una disposición intelectual que se convierte en una herramienta mediante la cual se posibilita el análisis o la evaluación de toda la estructuración y consistencia de los razonamientos. ‘Tal evaluación puede basarse en la observación, en la experiencia, en el razonamiento o en el método científico. El pensamiento crítico se basa en valores intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones y opiniones particulares, por lo que requiere claridad, exactitud, precisión, evidencia y equidad'. (El educador la revista educación, año 4, n° 16, noviembre 2008).

La clave de la tarea en la escuela panameña es enseñar a pensar, se trata de un gran reto y desafío, en estos tiempos tan complejos para el mundo y para nuestro país, tiempos de cambios e incertidumbres donde prevalece la idea de que unos triunfan y otros fracasan. Los actuales tiempos en Panamá nos imponen el reto diario de elevar la relevancia del trabajo pedagógico, enfrentar el reto diario de transformar la información en conocimiento y el conocimiento en sabiduría y esto nos exige contar con absoluta claridad sobre los objetivos de nuestra tarea como actores sociales en la actualidad.

Lo importante ahora son todas las interrogantes que debemos hacernos frente a un mundo saturado de complejidades y no a la cantidad de información que vaciamos sobre nuestros alumnos de forma mecánica, memorística, predeterminadas y muchas veces contestadas sin sentido.

En este mundo tan complejo en el que la escuela asume la enseñanza y el aprendizaje, y se caracteriza por la abundancia de información, es la primera vez en su historia que el hombre se encuentra donde se encuentra, rodeado de más información de la que es capaz de conocer. Secundando al maestro español Ángel Pérez Gómez, debo señalar que la escuela panameña debe lograr diseñar contextos de comunidades de aprendizajes y de interacción humana que nos convenzan que debe ser así, pero la única manera de alcanzar este objetivo es poner en función la estrategia pedagógica que nos permitirá triunfar es accionando la cooperación, la bondad, la ternura, el cariño, y fijar nuestra atención y esfuerzos sobre quien más nos necesita. El pedagogo Javier Bahon señala ‘El 99 % de los problemas del ser humano tienen un origen lingüístico y el saber trabajar en equipo. Por eso, hay que hacer de los alumnos sujetos activos en su aprendizaje y no pasivos, aportándoles herramientas que les capaciten para pensar de manera crítica e innovadora'.

DOCENTE UNIVERSITARIO.

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