• 05/12/2022 00:00

Pearl Harbor y nuestro canal (1)

“Nuestro Canal era un blanco militar, pero de menor importancia, ya que era estrictamente de tipo logístico y no táctico, como era Pearl Harbor”

En unos días, será otro aniversario más en que Japón atacó (1941) sorpresivamente a EU en su lejano archipiélago llamado Hawái. El ataque fue totalmente innecesario y un dramático fracaso táctico japonés.

Naturalmente EE. UU. le declara la guerra a Japón el día siguiente. Días después, Hitler le declara la guerra a los norteamericanos; otro fatal error. Un “faut pas”, ya que a Alemania solo le faltaba derrotar a la URSS para después, con solo un biombo, tumbar a Londres.

En vez, participó en despertar el afluente “stablishment” norteamericano y su reequiparar (en 90 días) a Detroit para producir tanques, aviones y pertrechos. Claro, por milenios, los viejos montan guerras y los jóvenes son los que mueren.

Nuestro Canal era un blanco militar, pero de menor importancia, ya que era estrictamente de tipo logístico y no táctico, como era Pearl Harbor. Todo daño contemplado a nuestro mayor activo era reparable en menos de seis meses, mientras que en Hawái solo dos barcos fueron pérdida total (el Oklahoma y el Arizona).

El resto de los chingos malogrados ese día estaban por ser dados de baja por sus años de operación y en camino a ser fundidos. Lo que Tokio perseguía eran obliterar los portaviones y destructores, pero estos habían zarpado días antes para maniobras cientos de millas de allí.

La distancia y riesgo de ir hacia Panamá era el doble que a Hawái; por ende, disminuía la probabilidad de sorpresa, debido a que se requeriría un gran volumen de barcos que serían fácilmente detectados y destruidos por la Séptima Flota del Navy a su triunfante regreso a Japón.

Con la invasión japonesa a China (1933), EU mojó sus barbas y comenzó a artillar el área canalera dramáticamente. Los norteamericanos seguían detenidamente y preocupados los exitosos movimientos militares de los japoneses en China y las colonias europeas próximas a Indochina. Los gringos se preguntaban cómo podía un país feudal 100 años atrás emerger a uno de corte “kick ass” militarmente.

EU ascendió su militarización en la Zona, de 19 mil soldados a 58 mil, ya llegando 10 años después de ese 7 de diciembre de 1941 a 65 mil. En esa década, Japón plantó pausadamente 10 mil espías en nuestro hemisferio, con 50 aquí en Panamá, pasando como barberos. Decenas más, pasaban como supuestos pescadores en Isla de las Perlas.

En 1941 no era acogedor ser asiático en Panamá. Por un lado, el G2 norteamericano correteaba a los japoneses y los arnulfistas a los chinos.

Aunque el sabotaje canalero era el mayor pavor norteamericano, no había manera, sin apoyo aéreo, de incapacitar explosivamente los cinco metros de cemento puro en espesor de la represa Madden o las rápidamente sustituibles esclusas.

Los barberos y pescadores nipones se dedicaban a recopilar datos de los barcos cruzando hacia el Pacífico. Datos numéricos, como tripulación, marinos, carga, destino y cantidad de soldados a bordo, era su tarea. Por lo general, los espías eran de élite, políglotas y oficiales de la Marina Imperial Japonesa (MIJ).

Ingeniero en Sistemas y Telecomunicaciones.
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