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- 27/11/2023 00:00
Paz para Panamá
Vivimos en un gran país llamado Panamá, una nación con enorme diversidad cultural, lugar elegido por muchos extranjeros, para vacacionar o permanecer después de retirarse. Nuestra patria ofrece grandes beneficios a los inversionistas, posee el mejor café del mundo en tierras altas, y una gastronomía tan variada, que incluye comida de todos los rincones del mundo. Pertenecemos a un país privilegiado donde convergen dos océanos, el Pacífico y el Atlántico, y gracias a su posición geográfica, crecimiento social y económico, es considerado como: Hub de las Américas. Es importante destacar que el mayor recurso de Panamá es su gente trabajadora y pujante.
Este mes, que Panamá cumple 120 años de vida republicana, miles de panameños se volcarían a las calles para conmemorar este y otros acontecimientos que se dieron a lo largo de la historia patria. Sin embargo, desde días antes de los festejos, la ciudadanía ha abarrotado las calles, no a celebrar, sino para protestar. Lo que debió ser un desfile de bandas, empolleradas y personas ondeando alegremente la bandera tricolor; se convirtió en una marcha masiva, en defensa de un Panamá mejor, libre de minas, protegiendo nuestro ambiente y nuestras vidas.
Tristemente, uno de los tantos resultados negativos producto de esta situación, es la que se ha visto en la educación, ya que cada día de preparación académica que se pierde, se retrasa el futuro de nuestros estudiantes y de nuestro país.
Somos seres sociales y necesitamos convivir con los demás de manera pacífica para seguir evolucionando, y aprendiendo el uno del otro. Las clases presenciales son esenciales tanto para el desarrollo intelectual, emocional, social, físico y cognitivo del estudiante. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura de un país, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos.
La escuela, ese lugar donde nos enseñan a respetar nuestra patria, donde circula el deseo de aprender, el compañerismo y la magia del encuentro entre los estudiantes y docentes, jamás debe detenerse.
La educación forma parte de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas. De los 17 objetivos, el número 4 habla sobre “Educación de calidad”; donde se debe garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, promoviendo oportunidades de aprendizaje de por vida para todos. Este objetivo se basa en la firme convicción de que la educación es uno de los motores más poderosos y comprobados para garantizar el desarrollo sostenible en una sociedad.
Panamá no puede quedarse atrás en materia educativa ni en ningún otro sector. Debemos prepararnos, y del mejor modo posible, encontrar soluciones sin afectar a terceros. Dentro de este contexto, es imprescindible agregar al currículum escolar y universitario “la educación para la paz”, pues con ella se pueden llevar a cabo la resolución de conflictos y la convivencia pacífica. Educar para la paz es una necesidad urgente en nuestra sociedad, ya que aquí están comprometidos valores como: la justicia, democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia, cooperación, autonomía, respeto y amor a la verdad.
Educación para la paz tiene que ver con dirigir, vivir, compartir, basado en políticas éticas, enseñar a generar habilidades, para así construir sociedades justas, armoniosas, y libres de violencia. La educación para la paz puede brindar muchos elementos para alcanzar el desarrollo de una nueva y mejor sociedad.
En tal sentido, el Dr. Daisaku Ikeda, quien fue un destacado filósofo, escritor, embajador de la paz y presidente de la Soka Gakkai Internacional, mencionó en un ensayo: “Los valores que subyacen a la educación, dan forma a los individuos y a la sociedad. El desarrollo de una sociedad humanista y enriquecedora depende en gran medida de una orientación humanista en la educación, que dirija a los estudiantes hacia la riqueza de sus vidas interiores y la interdependencia de sus vidas con la de los demás y con el planeta mismo”.
Como ciudadanos, debemos estar “bien informados” valiéndonos de fuentes confiables sobre lo que sucede en la comunidad y en nuestro país, para así, aportar ideas creativas y tomar las mejores decisiones. Es sumamente importante cuidar de forma pacífica, nuestro ambiente y nuestra tierra, sin perjudicar a nuestros semejantes.
Las adversidades y desafíos siempre estarán presentes, por tal motivo, debemos pensar más allá de los límites, usar la creatividad y el bien común.
Exclusivamente, nosotros debemos construir una sociedad donde predomine la tolerancia, el respeto a los derechos humanos, el respecto al espacio ajeno, y siempre abogar por resolver las diversas situaciones a través del diálogo. En esta lucha, podemos desistir -como si fuera una meta imposible- o continuar desafiándonos hasta lograr nuestro objetivo, pese a las dificultades; la decisión que tomemos, determinará el futuro de nuestro querido Panamá.