La OIT vino a mostrar ignorancia y generar desinformación

Después de casi un año de un vergonzoso silencio, la OIT vuelve a aparecer para no solo defender su estudio actuarial, el cual está lleno de inexactitudes y cálculos sesgados. También aparece para desinformar a la población y promover medidas paramétricas que afectarían de manera significativa y a un elevado costo a la población asegurada.

En primer lugar, se debe tener en cuenta que, tal como lo reporta el diario la Estrella de Panamá, los flamantes técnicos de la OIT afirman que la propuesta de los sindicalistas de unificar los dos subsistemas de jubilación “no soluciona el problema de las pensiones”. Se trata de un golpe bajo que, a nuestro juicio, carece de la seriedad profesional y académica que amerita un asunto tan serio como es el sistema de pensiones.

Lo que no dijeron los técnicos de la OIT es que el planteamiento de los trabajadores no se restringe a unificar los dos sistemas de pensiones actualmente existentes en la CSS. El mismo propone que, además, se debe hacer un esfuerzo por darle una base financiera sana al sistema solidario unificado. Para esto se han propuesto elementos tales como el de cero tolerancia con la permisiva evasión de cuotas que practican algunos empresarios, así como la necesidad de que el Gobierno tenga una política de eliminación de la evasión de impuestos por parte del sector empresarial, a fin de que pueda cumplir con su papel de subsidiaridad frente a la seguridad social.

No solo se trata de las medidas anteriores, también se plantea la necesidad de elevar los rendimientos de los fondos de la CSS, lo que se daría, entre otras vías, permitiendo que esta institución realice inversiones productivas que sean rentables y seguras. También se ha propuesto que el país pueda asegurarse de que la renta de los recursos naturales sostenibles sea utilizada para el desarrollo nacional, incluyendo al sistema de seguridad social. A esto se debe añadir la eliminación de las preferencias fiscales que tienen los grandes capitales financieros del país, empezando por los bancos.

Hubiera sido importante que los técnicos de la OIT reconocieran las debilidades de su proyección sobre las tasa de crecimiento de la economía panameña, la cual resultó totalmente sesgada por la utilización del llamado método de la productividad total de los factores (factor residual). En una investigación econométrica hecha para la Universidad de Panamá hemos demostrado que la función de producción implícita en los cálculos de la “Valuación Actuarial de la OIT” no se corresponde con los datos de nuestra economía. Esto llevó a una subestimación de la tasa de crecimiento y, consecuentemente, de las tasas de crecimiento del empleo y de las cuotas de la seguridad social. Es por esta razón, entre otras, que hemos venido exigiendo un debate público con los técnicos de la OIT. ¿Tendrán estos la valentía y la entereza científica para afrontar el debate?

La trampa de la OIT se completa con la idea de un simple diálogo tripartito, el cual sería totalmente inútil sin una permanente movilización de los trabajadores, los sectores medios asegurados y los pensionados. De lo contrario se repetiría la experiencia de prácticamente todos los supuestos diálogos que se han dado en nuestro país.

Se trata de que no se repita el triste resultado que llevó a la aprobación de la Ley 51 del 27 de diciembre de 2005, que destruyó el modelo solidario de pensiones. El hecho de que los técnicos de la OIT pregonen la solidaridad, pero no reconozcan este hecho básico, demuestra, a nuestro juicio, la doble moral de los mismos y de la institución que representan.