‘Ocú... Comarca de Los Manitos’

‘ Comarca de Los Manitos’, es la obra literaria, que público el Dr. Rodrigo Núñez Quintero, escrito en 1965 y que vino a llenar un vacío literario; cuentos de la tierra, costumbres y tradiciones, cuyo contenido dio a conocer la idiosincrasia, costumbres y tradiciones de un pueblo, lleno de cultura folclórica.

‘Un hombre de buena voluntad ha escrito esta obra de gran alcurnia; con esencias puras de nuestro vivir interiorano, las leyendas y anécdotas expresadas en un lenguaje de claridad y elegancia, La Comarca de Los Manitos, merece apreciación de los que pueden hacer una crítica que a mí no me compete. Yo, solo se decir: Doctor Núñez, su libro no es solo para mí, es también para mis hijos y nietos; en él han de saborear el jugo de nuestras cañas y aspirar aromas agrestes, pero gratos y puros porque son verdaderamente nuestro’, María Olimpia de Obaldía.

‘Con la serena madurez del fino escritor, nos brinda en ella el mapa espiritual de la península de Azuero. Artista de la palabra, maestro en el saber rodear de humo a la vida que lastima, el autor nutre la estructura de su obra con la sangre del hombre de barro que vive frente al sol, acosado por mugidos y trinos: que mide su imagen en el agua transparente de los ríos y mira a la naturaleza exuberante como su más cercano horizonte, esta obra es de Rodrigo, sueño balbuceado que encierra una revelación, porque las imágenes están ligadas a su vida misma’, Teresa López de Vallarino.

‘Libros como el de Rodrigo Núñez, hacen patria al par que humanizan. Los panameños necesitamos un más profundo conocimiento de lo que yo osaría llamar nuestra geografía humana. En el escenario agreste de la campiña ocueña, Rodrigo va haciendo desfilar sus personajes sencillos, con sus creencias, supersticiones y conceptos del honor, el amor y el deber. Las narraciones están adobadas con un sano humorismo combinación feliz de ironía y piedad’, Gil Blas Tejeira.

‘De Rodrigo habíamos visto publicado uno que otro artículo descriptivo de costumbres de la tierra ocueña, de donde es oriundo y a la que ama fervorosamente. Ambiente pueblano, sentido de fineza, rincones, gestas de vida intensa en donde alternan odios, puntillos, bravuras, y alegrías; vidas que son historias de un ayer cercano, padre de este hoy arrebatado que nos lleva a la deriva. He allí lo que respiran las páginas creadas por Rodrigo Núñez. Queremos dejar aquí constancia de nuestro reconocimiento por el regalo que nos ha procurado el amigo, el escritor’, Manuel Fernando Zárate.

La obra del Dr. Núñez Quintero, al igual que otras, que nos retrotraen a la vida cotidiana de los pueblos, ha servido de enseñanza y aprendizaje a estudiantes tanto de nivel medio como universitarios, puesto que son historias que no han pasado al olvido y no han perdido vigencia. El Dr. Rodrigo Núñez escribió en presente y futuro, a pesar de que ha pasado casi medio siglo de su publicación, los méritos aún son comentados por connotados escritores, periodistas y críticos de arte.

El saber popular desaparece, si no se le recuerda, si no se le convoca con la memoria, puede irse para jamás volver. Los hechos y logros realizados por muchos hombres y mujeres no siempre aparecen en la historia oficial, y hasta es posible que sus conquistas se las lleve el viento de la indiferencia, si no hay una forma de hacerlos permanentes. Una manera de tenerlos cerca, una ocasión para no perderlos, es que la gente los recuerde y valore en su justa medida. Otra forma de preservarlos es investigar y escribir obras literarias costumbristas, como la descrita por el Dr. Núñez Quintero, también promoviendo eventos como el Festival del Manito, para que el pasado se quede y no corra el riesgo de ser olvidado.

‘Podríamos considerar la cultura popular, como la cultura común de la gente común; es decir, cultura que se fabrica al calor de la labor cotidiana de la gente, por tanto una cultura popular es al mismo tiempo cultura de aceptación o rechazo’, O. Carrasquilla.

La nación se enriquece cuando sus habitantes promueven el verdadero amor por lo nuestro, por nuestra identidad nacional, cuando descubren que la enseñanza se concentra en pequeños caminos, proyectando el sendero de la luz que ilumina la vía hacia el conocimiento humano.

*PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN PARA LA CULTURA Y EL FOLCLOR.