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- 24/05/2019 02:00
Los museos y los espacios de la memoria
Notas de prensa en Panamá, refieren, en este mes de junio, la apertura del Museo de la Libertad y los Derechos Humanos como un lugar para reflejar los espacios de la memoria. Este Museo está dedicado al tema de los derechos humanos y cuya inauguración, distinguió con la participación de Michelle Bachelet, expresidenta de Chile y hoy Alta Comisionada en Derechos Humanos, de Naciones Unidas.
El concepto de ‘espacios de memoria' es una construcción social de data reciente, que refiere a las acciones desde el Estado, y que de alguna manera, atentan contra la integridad del individuo. Genocidios, masacres, desapariciones masivas de personas son parte de los eventos que detonan la reflexión sobre este concepto que tiene variaciones desde los mismos espacios de reflexión. En Europa fue detonado por el Holocausto y en América Latina por el paso de dictaduras militares en el poder, en la década de los años setenta y más recientes.
El Museo de la Libertad y los Derechos Humanos de Panamá, tiene dos objetivos principales, ‘una mirada hacia atrás, realizando un rescate histórico de eventos que no deben ser olvidados, y hacia adelante, en carácter de docencia, para que el ciudadano conozca sobre sus derechos fundamentales, particularmente los Derechos Humanos'. Estas dos miradas tienen como objetivo fortalecer la cultura democrática y fijar el conocimiento de los derechos de los ciudadanos. La tarea del Museo no es fácil, como tampoco sencilla. Es delicada y compleja.
Este alcance, a mi manera de ver, tiene la fortaleza de llenar espacios dentro de la educación formal que han sido abandonados y reconocer, como tales, los espacios de la memoria en Panamá.
La invasión a Panamá por los Estados Unidos, en diciembre de 1989, evento histórico que está ausente en los libros de historia, por ejemplo, podría ser un tema a tratar en el Museo. Bajo el esquema de educación formal de este país, el conocimiento objetivo de este hecho no ha permitido a jóvenes panameños, nacidos hace treinta años, conocer el origen y alcance de este triste y doloroso episodio de nuestra historia. ¿Tendrán las nuevas generaciones información objetiva de este negro y oscuro episodio de nuestra historia reciente? ¿Estará el Museo en capacidad de lograr educar sobre los errores del pasado para marchar hacia adelante, valorando el ejercicio de una democracia plena? Este es un gran desafío.
El Museo de la Libertad y la Democracia tiene un reto inmenso en sus manos de cara a este ejemplo, que no siendo el único, sí es uno que demanda con urgencia un tratamiento formal para no ser olvidado.
Estaré como ciudadano activo, expectante de que ese nicho importante de nuestra historia de derechos humanos y espacio de la memoria sea tratado con responsabilidad y objetividad en algunas de las salas del recién inaugurado Museo de la Libertad y Democracia.
INGENIERO