• 14/05/2023 00:00

Mujeres líderes: enfoques en América Latina

“[…] de 1945 al 2014 solo 64 mujeres han sido diputadas principales, versus 657 hombres; es decir, solo el 2 % de las mujeres llega a ocupar curules en la Asamblea Nacional”

“La mujer refleja en el tapiz un cúmulo de cualidades, experiencias y el deseo intrínseco de compartir y empoderar de conocimientos y facilidades económicas para construir una Nueva Sociedad Próspera”, REAL/.

Ante los avances tecnológicos y el aumento poblacional, todas las mujeres invierten tiempo en la actualización digital. Y en el año 2020 demostramos que una parte del trabajo laboral puede hacerse desde los rincones de cada hogar. Disciplina, adaptación y constancia fueron parte de la clave del éxito. Las mujeres de América Latina y el Caribe están siendo protagonistas de los cambios culturales. Sobre los derechos y las libertades conquistadas, ninguna mujer quiere repetir la vida del pasado.

La igualdad avanza a paso más lento y a pesar de los drásticos y, probablemente, irreversibles cambios producidos en las familias, el mundo del trabajo y la vida política, el malestar de las mujeres de la región pone al descubierto la brecha entre su aporte a la sociedad y el reconocimiento de que son objeto. Aunque han pasado a ocupar espacios cada vez más importantes en la toma de decisiones y son un factor clave en el mercado de trabajo, las mujeres siguen sobrerrepresentadas entre los pobres y su representadas en la política. Los buenos resultados en esta postergación y el tratamiento de las mujeres como minoría vulnerable por parte de las políticas públicas se explica, en gran medida, por la imposibilidad de las mujeres de romper el mandato cultural que las obliga a realizar las labores domésticas, así como por la ausencia de los hombres en las actividades de cuidado.

En diversas intervenciones, la ministra de la Mujer, Juana Herrera, explica que “casi la mitad de las mujeres mayores de 15 años no tiene ingresos propios, el número de hogares monoparentales encabezados por mujeres se ha incrementado y los hombres ocupados en el trabajo no remunerado son una minoría. Aunque gracias al trabajo de las mujeres el índice de pobreza en la región disminuye en casi diez puntos, siguen ganando menos que los hombres por un trabajo equitativo. Hemos conquistado el derecho al voto y a ser elegidas, ha sido necesario adoptar medidas de acción positiva como las leyes de cuotas para que en algunos países las mujeres ocupen alrededor del 40 % de los cargos de representación, mientras la gran mayoría se mantiene alejada de la toma de decisiones”.

Destaca la Federación de Mujeres Periodistas y Relacionistas Públicas que dos temas puntuales refuerzan la descripción de la realidad de las mujeres en las Américas. Un primer análisis señala la contribución de las mujeres a la economía y la protección social, especialmente en relación con el trabajo no remunerado y participación política y paridad de género en los procesos de adopción de decisiones a todos los niveles, se analizan a la luz de dos conceptos clave, el de discriminación. Definido en artículo 1 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, y el de división sexual del trabajo. De mucha importancia en la región ratificada por todos los países e incluso en algunos casos, como el de Argentina, Brasil y la República Bolivariana de Venezuela, forma parte, junto con otros instrumentos de derechos humanos, de la Constitución Política.

En diferentes países, como Ecuador y Costa Rica, los principios de la Convención se incorporan en el texto constitucional o se utiliza la definición de “discriminación contra la mujer” de esta Convención en leyes, tal como sucede en Costa Rica con la Ley 7.142 de 1990 de promoción de la igualdad social de la mujer, en la que se establece que la expresión “discriminación contra la mujer” denota “toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer. La abogada Sondra Macollins Garvin puntualiza sobre la definición como una base en un concepto de Derechos Humanos Universales, indivisibles, interdependientes y relacionados entre sí. “La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales”.

Markelda Montenegro, presidenta de Cenics, indicó que presentan investigaciones y brindan orientaciones a la población en distintos temas, porque son los grupos vulnerables, y las mujeres en condiciones de desigualdad social, las que más sufren sus efectos en lo económico, interpersonal, laboral y familiar. Actualmente, distintas investigaciones de las prioridades contenidas en la Agenda 2030, especialmente en la ODS 5 Igualdad de Género, en alianza con la Universidad Santa María la Antigua (USMA), organizaciones de mujeres e instituciones para disminuir las brechas de género y visibilizar los problemas de las mujeres y niñas.

El estudio “Factores” intervinientes en los Femicidios de mujeres indígenas Ngäbe Buglé y Afrodescendientes” de la USMA, en conjunto con investigadores del Cenics, permitió dar al Estado datos desagregados de la extrema expresión de la violencia, que permite por primera vez, tener datos desagregados por etnia, entre sus resultados muestra que durante el periodo entre 2014-2022 se dieron +45 % femicidios, de las cuales 58 eran mujeres blancas; 51, afrodescendientes; mientras que 6, eran indígenas Ngäbe Buglé. Este estudio es el primero que se realiza en el país, con financiamiento de la Senacyt.

Otras de las investigaciones es el estudios sobre “Desigualdad de género de las mujeres en el acceso a los cargos de elección popular”, financiada por Senacyt, donde uno de sus resultados reveló que de 1945 al 2014 solo 64 mujeres han sido diputadas principales, versus 657 hombres; es decir, solo el 2 % de las mujeres llega a ocupar curules en la Asamblea Nacional.

Asesora de Género y Mujer.
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