• 27/04/2014 02:00

El enemigo de mi enemigo...

El enemigo de mi enemigo es mi amigo, es un proverbio tan antiguo que se pierde en la historia su autoría como proverbio.

El enemigo de mi enemigo es mi amigo, es un proverbio tan antiguo que se pierde en la historia su autoría como proverbio, chino o árabe, su principio ofrece una salida desesperada donde dos partes que tienen un enemigo en común deben trabajar juntos para obtener una victoria conjunta contra él.

Ese fue el espectáculo al descorrer la cortina de la angustia de un grupo del poder económico panameño, tras la búsqueda desesperada de asegurar asirse dentro del poder político que vaya a gobernar.

Parlotean de valores cívicos y morales, y treinta segundos después muestran el cobre con la primera pregunta que reciben de los periodistas. No solo no contestan, sino que cierran el derecho a la libre prensa. SEÑORES, LOS TIEMPOS DE LLEVAR A LA GENTE OBLIGADA, CON GARROTILLO, A LAS VOTACIONES terminaron en el 68, ya el pueblo no se deja engañar.

Hemos visto un deplorable espectáculo de un grupo, que arropándose con la bandera de patria, está defendiendo la posibilidad de enquistarse en el poder político y seguir participando de condonaciones de impuestos y de los jugosos contratos de los cuales no tendrán participación JUANA la lavandera ni TIBURCIO el jornalero y este grupo pretende que el resto de los panameños nos sintamos henchidos de patria y nos dejemos manipular, porque son adversarios personales de otros millonarios en el poder.

Realmente poco conocen al panameño de hoy, no conocen a esos hombres y mujeres que cada día y después del 5 de mayo, se levantarán a trabajar para abrirse paso, venciendo con esa perseverancia de panameños patrióticos, útiles, honestos. Esos panameños que sí tienen valores patrióticos reales y no como los que actúan como ese antiguo proverbio EL ENEMIGO DE MI ENEMIGO ES MI AMIGO.

En relaciones internacionales, es una doctrina comúnmente usada para interactuar con un enemigo significativo a través de un intermediario en vez de tener una confrontación directa. Los ejemplos de aplicación de este principio son comunes a lo largo de la historia. Por ejemplo, el apoyo de los países capitalistas aliados a la Unión Soviética contra la invasión nazi durante la Segunda Guerra Mundial, o el apoyo a dictaduras comunistas o anticomunistas por parte de las superpotencias durante la Guerra Fría.

EDUCADOR

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones