• 28/05/2024 00:00

Los verdaderos desafíos de la política internacional de Panamá

La política internacional está compuesta por cinco pilares fundamentales, la política exterior, las relaciones internacionales, la diplomacia, la cooperación internacional y el derecho internacional, quienes obvien estos están destinados al fracaso, además quienes creen que la política exterior es la principal están cometiendo un error.

En materia de política internacional hay que acotar que esta es la base de todo Estado y que lejos de pensar “para qué sirve” es la base sólida y la más importante que debe tomar en cuenta todo Gobierno.

Al nuevo Gobierno Nacional se le presentan retos importantes en todos los aspectos de este país llamado Panamá. Con respecto a la política internacional, atender inmediatamente la problemática de los migrantes, la devolución al ministerio de Relaciones Exteriores de la aprobación de visados, otorgamiento del carné de marinos a nacionales panameños, homologar en un solo diseño los visados de Panamá, pues varían los diseños según cada quien dirija una embajada, en muchas embajadas se utiliza aún el sello, desfasado. De igual manera debe reformarse la Ley 28 Orgánica del ministerio de Relaciones Exteriores para dejar sentado por ley las funciones que le fueron quitadas, ordenar la política internacional, ser un país de primer mundo; devolver a este importante ministerio el control total de los denominados, por Panamá, Consulados de Marina Mercante y el cumplimiento de la Convención de Viena 1963 sobre relaciones consulares y que actualmente no se cumple con lo que señala en materia de su personal, que solo existirán dos tipos de funcionarios en los consulados, “honorarios y de carrera” los de carrera nunca han sido enviados a ningún consulado. Eliminar las oficinas consulares, pues para tales fines existen dos convenciones claras y bien entendidas, Viena 1961 sobre relaciones diplomáticas y Viena 1963 sobre relaciones consulares.

El artículo 184 de nuestra Carta Magna, sobre las atribuciones que ejerce el Presidente de la República con la participación del ministro respectivo, en su numeral 9 es claro y no da a otras interpretaciones, “dirigir las relaciones exteriores; celebrar tratados y convenios internacionales, los cuales serán sometidos a la consideración del Órgano Legislativo y acreditar y recibir agentes diplomáticos y consulares”, posterior a este se encuentra el artículo 305 de la propia, que se expone “se instituyen las siguientes carreras en la función pública, conforme a los principios del sistema de méritos” en su numeral 4 la carrera diplomática y consular, siendo un mandato Constitucional y que debe ser respetado y no visto con fines políticos; no se puede seguir viendo el servicio exterior como patrimonio de firmas forenses y familias aristocráticas, pues en unos llevan el control de consulados específicos y en otras hay familias que llevan hasta tres generaciones controlando embajadas, pero peor aún, en un país de casi cinco millones de seres, una sola persona ha sido designada tres veces al frente de una embajada, en tres gobiernos distintos, eso debe terminar, habiendo una carrera instituidas, con personas capaces al rango de embajadores y otros que pueden estar al frente de consulados.

Creemos que la carrera diplomática y consular debe implantarse al cien por ciento y no dar luces ni pies a que siga como hasta ahora se ha dado. Esperemos que las nuevas autoridades logren cambiar esto.

En materia internacional debemos abrir más embajadas estratégicas para captar inversiones a nuestro país, repotenciar la decaída zolicol, que sea un plan de nuestro servicio exterior. Buscar nuevos socios internacionales y mantener una política definida en materia de neutralidad, sin dejar de lado a nuestro mayor socio comercial, los Estados Unidos de América, pero fortaleciendo nuestras relaciones con el segundo mayor usuario del canal, la República Popular de China.

En la política internacional de Panamá, nos falta mucho por realizar, pero con los responsables designados, colocaremos una vez más el deseo en que las cosas cambien, para aquellos que defendemos el ideario bolivariano, sabemos que lo harán bien y lograremos avances, es nuestra esperanza y nuestro ideal.

El autor es abogado, diplomático de carrera
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